OPINIONES – Dr. Eduardo Tassano

jueves, 7 de enero de 2016

Hacia dónde va la salud pública en el mundo

 
 
 
 
Según la OMS, la salud es la condición de todo ser vivo que goza de bienestar tanto a nivel físico, mental y social. No sólo a la ausencia de enfermedad. El dicho concepto hay que aplicarlo tanto a nivel individual como a nivel social. Si bien las definiciones son discutibles tomémoslas como elementos de guía para la discusión.
 
Entre los determinantes que integran el nivel de salud de una población tenemos cuatro. En primer lugar la biología humana que tiene que ver con la carga genética de cada individuo, este determinante es casi inmodificable aunque estudios y avances modernos hablan de grandes avances en el campo de la genética que podrían modificar esto.

En segundo lugar los factores ambientales es decir todo lo que hace a lo que rodea al individuo, tanto el ambiente físico como cultural y lo predispone a actividades y una vida más saludable o no.
En tercer lugar el estilo de vida, es decir todos los hábitos de ese individuo en el grupo social que se desarrolla (este determinante es la actual niña bonita de los enfoques modernos de la salud). Por último, el sistema de atención de salud es decir el conjunto de elementos que hacen a la atención sanitaria, sea médicos, hospitales diversos, centros de salud. Esto gira en torno al control y la curación de las enfermedades principalmente y es lo que todos los ciudadanos percibimos primariamente como “salud pública”.

En general relacionamos un buen funcionamiento de un hospital con un funcionamiento de la salud aceptable, o la inauguración de centros de salud como gestiones en salud exitosas. Nada más alejado de la realidad. Esto es una parte y quizá la menos significativa para modificar positivamente el estado de salud de una población.


De esto se desprende que hay dos enfoques para “ver” la salud, el enfoque individual que se concentra en los factores que hacen a la salud de una persona y la curación de las enfermedades. Y el otro el enfoque comunitario que considera la salud como un bien de la población, y se tienen en cuenta las acciones de todo tipo que hacen al bienestar Sico físico de la población. Obviamente que este enfoque es multidisciplinario y considera todos los factores de estilo de vida o ambientales o sociales que hacen a la salud de toda la comunidad.

Los sistemas públicos de salud giran sobre el eje de la curación de enfermedades, no sobre la prevención y la promoción de la salud. Muchos países destinan sólo porcentajes muy bajos de su presupuesto a este rubro. De forma muy notoria, el enfoque individual de los sistemas de salud sigue primando sobre el enfoque comunitario. Mientras tanto, las políticas colectivas de reducción de riesgos (ambientales, laborales, nutricionales, de hábitos personales, etc.) se desatienden o abandonan. Esa desatención de hoy será la causante de que, en el futuro, sea necesario invertir un importante volumen de recursos en atender enfermedades que podrían evitarse (como la obesidad, por ejemplo).

Actualmente se dispone de una abundante evidencia sobre la compleja red de factores estructurales y ambientales que influyen en la salud. Más allá de los factores biológicos y los estilos de vida de los individuos, inciden numerosos determinantes de índole social, que incluyen las condiciones socioeconómicas, culturales y ambientales del entorno donde los individuos viven, las situaciones materiales y sociales en las que nacen y desarrollan su vida, así como las redes sociales y comunitarias que les son más próximas. Este conjunto de determinantes incluye, asimismo, la atención sanitaria, que se configura como un factor más (y no el más importante) de la salud final de una población.

El diseño costo-efectivo y equitativo de la política de salud implica reequilibrar las actuaciones individuales y colectivas. Ello exige, entre otras cosas, abordar los determinantes sociales de la salud y tomar conciencia del impacto de las políticas no sanitarias. En ese sentido, las acciones han de concentrarse fuera del ámbito de los cuidados sanitarios que los individuos reciben una vez la enfermedad ha hecho aparición.

Los esfuerzos han de orientarse, en primer lugar, a la lucha contra la exclusión social, un fenómeno íntimamente asociado a la mala salud. La inactividad es también causa importante de la morbilidad y de las desigualdades sociales en salud, que perjudican sistemáticamente a los individuos más desfavorecidos socialmente.

Por ello, combatir el desempleo, promover la actividad física en la tercera edad o fomentar el desarrollo de entretenimientos activos particularmente para aquellas personas que no desempeñan una actividad laboral podrían constituir acciones eficaces para incrementar los niveles de salud de la población y reducir la magnitud de las desigualdades en salud.




Por otra parte, mejorar el entorno en el que viven las personas, en especial las condiciones de la vivienda, se configura igualmente como una política eficaz en la lucha contra la desigualdad en salud.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) promueve la estrategia “Salud en todas las políticas”, ya adoptada por algunos países europeos. La idea que subyace en esta estrategia es la de que una política sanitaria eficaz debe estar presente en todos los campos políticos, dado que la salud viene determinada en gran medida por factores externos al ámbito sanitario.

Sin duda, la citada estrategia representa uno de los ejes principales de lo que ha de ser la salud pública del siglo XXI. Por ello, es necesario seguir los lineamientos que esta política promueve. Este enfoque tendería a reforzar la estructura de salud pública del país que las adopte y activar intervenciones de carácter intersectorial, que promuevan la salud de la población desde esferas no estrictamente sanitarias y actúen “sobre las causas de las causas” de la enfermedad.

El siglo XXI es el de la aplicación de las ciencias sociales en el enfoque y la búsqueda de soluciones de los problemas de la salud tanto individual como publica y requiere de políticos lucidos que tomen este tema dentro de las políticas de estado.

Un arma importante de la salud

 
 
La práctica del lavado de manos con jabón encabeza la agenda internacional de higiene el 15 de octubre, con la celebración del Día Mundial del Lavado de Manos. Desde sus inicios en el 2008, año que fue designado el Año Internacional del Saneamiento por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Día Mundial del Lavado de Manos ha estado reforzando el llamado de extender mejores prácticas de higiene en todo el mundo.
 
La higiene de manos es el término general que se aplica a cualquier lavado de manos, lavado antiséptico de manos, antisepsia de manos por frotación o antisepsia quirúrgica de manos, que se realiza en los centros sanitarios para prevenir las infecciones relacionadas con la atención sanitaria.
Aun cuando creemos que nuestras manos se encuentran limpias, éstas pueden alojar un gran número de virus y bacterias.

La forma más frecuente de efectuar este lavado consiste en aplicar agua y jabón: primero se mojan las manos con el agua, después se enjabonan y se frotan durante varios segundos, limpiando la palma, el dorso, los dedos, los espacios interdigitales y las muñecas. Finalmente hay que enjuagar las manos y secarlas.
Un poco de historia

Quien primero se dio cuenta de su importancia fue un médico de Budapest (Hungría), Ignác Fülöp Semmelweis (1818-1865), cuarto hijo de un comerciante, cuando aún no había cumplido los 35 años.


En 1840 en el mundo nada se sabía de bacterias, se descubrirán treinta años después, pero Semmelweis  ha dado con el secreto de su transmisión por las manos e instrumentos médicos y cirujanos, secreto que tres decenios después se convertiría en la base de la asepsia.

Los médicos sabían que algo pasaba con las enfermedades contagiosas pero, antes del desarrollo de la microbiología, no encontraban cómo explicarlo.

La pura observación bastó para el descubrimiento de Semmelweis.  En la década de 1840 trabajaba en el Hospicio General de Viena. Allí, para su horror, descubrió que las mujeres ingresadas que daban a luz tenían muchas más fiebres puerperales (es decir infecciones relacionadas con el parto) que las que alumbraban en sus casas. Lo vio y una de sus aportaciones lo midió: una mortalidad del 30% en el hospital y del 15% en los partos domiciliarios.

Semmelweis desarrolló una teoría: aquellas mujeres que recibían más visitas de médicos y estudiantes, muchos de ellos recién salidos del quirófano de tratar a otros enfermos o de la sala de disección, enfermaban y morían más. Y se le ocurrió medir qué pasaba si sus compañeros se lavaban las manos al entrar en la sala. Un recipiente con agua y un jabón fueron suficientes: al obligar al personal a lavarse las manos, las infecciones se redujeron a menos del 10% de las ingresadas. Él intuyó que habría corpúsculos de “suciedad” que podrían transmitir la enfermedad.

Semmelweis fue muy resistido. El cuerpo médico lo combatió mucho. Terminó en un hospital psiquiátrico. Incluso para comprobar una teoría se inyecta un residuo de una necropsia y fallece con una infección generalizada. Veinte años después se adoptaban las medidas propuestas por él.

El reconocimiento le llegó tarde. En 1952, Louis-Ferdinand Cèline publicó una obrita, Semmelweis, en la que, en tono épico, lamentaba el final del médico. El prólogo define su legado: “Señaló a la primera los medios profilácticos que deben adoptarse contra la infección puerperal, con una precisión tal que la moderna antisepsia nada tuvo que añadir a las reglas que él había prescrito”.Consideraciones


El lavado de manos con jabón puede evitar enfermedades que matan a millones de niños cada año. El lavado de manos con jabón es una de las maneras más efectivas de prevenir enfermedades diarreicas y la neumonía, que juntas son responsables de la mayoría de muertes infantiles. Cada año, más de 3,5 millones de niños no llegan a celebrar su quinto cumpleaños debido a la diarrea y a la neumonía.  También es útil para prevenir otras diversas enfermedades, de la piel de los ojos, entre otras.

El lavado de manos con jabón es la intervención de salud de mejor relación costo efectividad. La promoción del lavado de manos es más eficaz y costo-efectiva, en comparación con el financiamiento que requieren otras intervenciones de salud. Una inversión  en el lavado de manos trae los mismos beneficios que  una inversión de miles de dólares en inmunización.

La inversión en la promoción del lavado de manos con jabón también puede maximizar los beneficios a la salud de las inversiones en infraestructura de abastecimiento de agua y saneamiento y reducir los riesgos a la salud cuando las familias no tienen acceso a servicios de saneamiento básico ni de abastecimiento de agua.
Es preciso recordar que lavarse las manos solamente con agua, una práctica común alrededor del mundo, es significativamente menos efectivo que lavarse con jabón. 

El lavado de manos apropiado requiere jabón y sólo una pequeña cantidad de agua. Usar jabón facilita la frotación, lo que permite disolver la grasa y eliminar la suciedad que contienen la mayoría de los gérmenes, además deja un agradable olor en las manos.

Hay momentos a tener en cuenta. Esos momentos para el lavado de manos con jabón son después de usar el baño o de limpiar a un niño y antes de manipular alimentos.


La activa participación de los niños situados idealmente en la intersección formada por el hogar, la escuela, y la comunidad, junto con intervenciones culturalmente sensibles basadas en la comunidad, buscan asegurar el cambio sostenido de conducta. La finalidad del Día Mundial del Lavado de Manos es motivar a los niños para que hagan suyas y compartan las prácticas apropiadas del lavado de manos y hacerlos “embajadores del lavado de manos” en cada una de las iniciativas del país en el nivel nacional y local.

El lavado de manos es de vital importancia en la salud pública. A fines del siglo XIX, las nuevas conductas de higiene y los servicios sanitarios redujeron de forma drástica las muertes por enfermedades infecciosas en los países ricos. Junto con el aislamiento y la disposición segura de excretas, así como el suministro de cantidades suficientes de agua limpia, el lavado de manos con jabón es una de las maneras más efectivas de prevenir enfermedades  que impactan en la Salud Publica.
La deuda principal persiste en los países en vías de  desarrollo.


Las enfermedades cardiovasculares y la dieta

 
 
La diabetes y la hipercolesterolemia son causantes de enfermedades cardiovasculares, que pueden prevenirse con una dieta adecuada.Las enfermedades del mundo moderno están muy relacionadas con el estilo de vida y los factores ambientales.
 
 Dentro del estilo de vida la falta de actividad física y la mala alimentación son elementos de alto valor al considerar la producción de las enfermedades cardiovasculares y la diabetes.

Ambas enfermedades se potencian y producen daño principalmente las arterias que son las que llevan el oxigeno  y los nutrientes necesarios para la vida de todo el organismo.

Al realizar los análisis de estos pacientes siempre hay dos resultados que preocupan mucho, los niveles de colesterol y obviamente los niveles de glucemia (esto conocido como “azúcar en la sangre”).  Tanto los niveles elevados de colesterol como la diabetes son netamente influidos por la dieta. Los alimentos que se consumen están directamente relacionados con la elevación de estos valores.

Un gran aliado para el tratamiento es la implementación de dietas que, más que en cantidad es la calidad de los alimentos. En la práctica hay mucha confusión en cuanto a la calidad de los alimentos y si son buenos o no tanto para la hipercolesterolemia como para la diabetes.

La dieta en ambas situaciones es difícil de cumplir y cuesta mucho que los pacientes se adhieran totalmente a las mismas. En ese caso la sugerencia principal es una buena educación a los pacientes donde se pone especial énfasis en enseñarles mucha variedad de alimentos.
En ese  sentido queremos aportar algunos datos para la realización de buenas dietas en estas patologías.
Diabetes
Los alimentos preferidos para la diabetes son los que tengan bajo índice glucemico y que posean vitaminas y minerales, mas fibras. Dentro de estos alimentos, podemos destacar:

-Frutos rojos: como las frutillas, frambuesas, moras y arándanos, todos muy ricos en vitamina C, potasio, antioxidantes. La vitamina C es uno de los principales antioxidantes. Estos antioxidantes son esenciales para retardar el envejecimiento celular. Los arándanos también colaboran en reducir los niveles de colesterol.

-Frutas cítricas: son muy buenos, ya que a pesar de  tener azúcar, poseen mucha fibra soluble y vitamina C. Las fibras ofrecen sensación de saciedad. Al hablar de cítricos nos referimos a naranjas, mandarinas, lima y pomelo. Hay que recordar que la vitamina C no se acumula por lo que siempre es necesario consumirla.

  Las verduras: cumplen un rol esencial, las espinacas son muy nutritivas. Entre sus vitaminas se destacan la vitamina A, B2, B6, C, E y K. La vitamina A ayuda a la diabetes ya que es buena para la salud visual, la piel y combate las infecciones. La espinaca también es fuente de minerales: hierro, calcio, sodio, fósforo, magnesio y potasio. El hierro ayuda a la formación del glóbulo rojo y el calcio es bueno para la salud ósea.

-Lácteos: No olvidar el rol que cumplen los productos lácteos, que son fuente importante de calcio, por lo que ayudan a fortificar los huesos y dientes. Además los lácteos están fortificados con vitamina D.

-Pescado: Entre las proteínas necesarias hay que incluir buenas porciones de pescado. Sobre todo los que son ricos en ácidos grasos omega -3. Estos ayudan a reducir la tensión arterial, bajar los niveles de grasas y por ende reducir las enfermedades coronarias.

Recientes estudio demuestran, que la ingesta de vitamina D mejora las células beta, productoras de insulina y responsables de metabolizar los azúcares.


Hipercolesterolemia

Con respecto a la hipercolesterolemia (colesterol elevado o dislipemia) podemos sugerir varios alimentos:
-La avena posee un conjunto de sustancias que contribuyen a disminuir la absorción de colesterol en el intestino. Al igual que la avena, la cebada posee gran riqueza en fibras solubles y tiene un componente que reduce el colesterol llamado “malo” es decir el LDL colesterol.


-Legumbres: No hay que olvidar a las legumbres que poseen varios componentes como las  fotoquímicas que están implicados de forma directa en la reducción del colesterol sérico y en la prevención de obstrucciones arteriales que degeneran en enfermedades cardiovasculares.

-Frutas: Hay frutas como manzanas, uvas cítricos y las berenjenas que tienen efecto hipolipemiante por el aporte de fibras, las cuales retrasan la absorción intestinal de colesterol.

-Frutos secos: Los frutos secos, en particular las nueces, son buenos porque terminan aportando ácidos grasos omega-3 que sabemos son útiles en la reducción de colesterol.

-Aceite de oliva: El aceite preferido en las hipercolesterolemias es el aceite de oliva. El aceite de oliva es un aceite vegetal que es rico en ácidos grasos monoinsaturados (ácido oleico), vitamina E y fitosteroles, todos ellos compuestos considerados cardioprotectores.

- Soja: Otro alimento de primer nivel para el tratamiento de las hipercolesterolemias es la soja. Ya sea como leguminosa o como aceite, aporta una cantidad significativa de grasa de alta calidad nutricional -ácido linoléico y oleico-, lecitina e isoflavonas con repercusiones beneficiosas para el organismo por su eficacia reductora del colesterol sérico. Las isoflavonas,  han demostrado ejercer una acción inhibitoria de la agregación plaquetaria y una actividad antioxidante sobre las lipoproteínas de alta densidad (LDL), lo que ayuda en la disminución del colesterol plasmático.

-Pescado: Los llamados  pescados azules tienen de media, unos diez gramos de grasa rica en ácidos grasos poliinsaturados de la serie omega-3, reconocidos por su capacidad para disminuir los triglicéridos plasmáticos, aumentar la vasodilatación arterial, reducir el riesgo de trombosis y la tensión arterial. Todos estos efectos se postulan como protectores de las enfermedades cardiovasculares. Obviamente que todo esto depende de los pacientes y de los niveles de colesterol previos.

Debemos trabajar para construir una población con hábitos saludables a partir de una buena educación alimentaria. El conocimiento del contenido de los diversos alimentos es esencial para que los pacientes cumplan la dieta que más les conviene.




Día internacional de la Diabetes

 
 
 
 
 
 
Hay enfermedades que por su incidencia producen un gran impacto en la Salud Mundial. La diabetes con sus múltiples facetas es una de ellas. La Diabetes forma parte del grupo de las Enfermedades Crónicas no Transmisibles. Estas son enfermedades de larga evolución, que no se transmiten por ninguna vía, sea respiratoria o por ingerir alimentos a modo de ejemplo.

La transmisión es una característica de las enfermedades infecciosas. Estas enfermedades crónicas no transmisibles están muy relacionadas con el estilo de vida actual y el deterioro ambiental.

El grupo de las enfermedades crónicas no transmisibles son: las enfermedades cardiovasculares, las enfermedades pulmonares crónicas, el cáncer y la diabetes. Estas cuatro enfermedades están aumentando desmesuradamente en el mundo. Tal es así que hoy se las considera causantes de la epidemia del siglo XXI, y se estima que esto tendrá impacto gravitante dese el año 2030 en adelante.

El Día Mundial de la Diabetes se creó en 1991 como medio para aumentar la concientización global sobre la enfermedad. Es una oportunidad perfecta para dirigir la atención del público hacia las causas, síntomas, complicaciones y tratamiento de esta grave afección. Desde el 2007, se convirtió en día oficial de la salud de la ONU.

El día referido es el 14 de noviembre en conmemoración de los investigadores Banting y Best. Ambos, en el año 1921, concibieron la idea que conduciría al descubrimiento de la insulina.

La comunidad internacional de la diabetes, que incluye a las asociaciones miembros de la Federación Internacional de Diabetes, las organizaciones de la diabetes, ONG, departamentos sanitarios y empresas, desarrollan una amplia variedad de actividades, dirigidas a diversos grupos. Algunas de las actividades organizadas cada año son: Programas de radio y televisión, actividades deportivas, encuentros informativos públicos, campañas de carteles y folletos, ruedas de prensa, artículos en periódicos y revistas, iluminación de monumentos, Círculos azules humanos, marchas, entre otros.

El logotipo del Día Mundial de la Diabetes consiste en un círculo azul. El logotipo fue adoptado en 2007 para conmemorar la aprobación de la Resolución de Naciones Unidas sobre el Día Mundial de la Diabetes. El significado del símbolo del círculo azul es increíblemente positivo. En muchas culturas, el círculo simboliza la vida y la salud. El color azul representa el cielo que une a todas las naciones, y es el color de la bandera de Naciones Unidas. El círculo azul simboliza la unidad de la comunidad internacional de la diabetes en respuesta a la pandemia de la diabetes.

La campaña mundial de este año se enmarca dentro del periodo 2014-2016 centrado en una vida saludable y la diabetes. A su vez el slogan del año 2015 es DETENGAMOS LA EPIDEMIA DE DIABETES.


¿Qué es la diabetes?

La diabetes se caracteriza por los niveles anormalmente altos de glucemia. La glucemia o azúcar en la sangre es el elemento básico de los hidratos de carbono. Los hidratos de carbono son componentes elementales de nuestra dieta. Son los principales proveedores de energía del organismo.
Los hidratos de carbono y principalmente la glucosa se ingieren con los alimentos. Luego pasan al tubo digestivo. En el tubo digestivo se absorben y pasan a la sangre. A partir de allí actúa la insulina, esta hormona hace que la glucosa de la sangre ingrese a cada célula. El páncreas es el órgano que produce la insulina.
La diabetes se produce cuando no hay insulina desde temprana edad, (diabetes tipo 1) o por mal funcionamiento y o poca cantidad de insulina formada en el páncreas (diabetes tipo 2). La diabetes tipo 2 es la que asociamos principalmente a los malos hábitos y que actualmente es una epidemia a nivel mundial.

El efecto de la diabetes no controlada es la hiperglucemia (aumento del azúcar en la sangre), que con el tiempo daña gravemente muchos órganos y sistemas, especialmente los nervios y los vasos sanguíneos.

El daño significativo se produce en las arterias del organismo, desde las más grandes hasta las más pequeñas. Favorecen el desarrollo de la arterioesclerosis.
El esquema básico de tratamiento de la diabetes no complicada pasa por control de peso, realización de actividad física y el tratamiento farmacológico.

 Para ello es obligatoria una alimentación saludable. La alimentación saludable es muy útil en todos los tipos de diabetes.

Una dieta saludable que contenga verduras de hoja verde, fruta fresca, granos integrales, carne sin grasa, yogur sin azúcar y nueces puede ayudar a reducir el riesgo de una persona de desarrollar diabetes tipo 2 y reducir complicaciones en las personas con diabetes.
Un estilo de vida saludable puede prevenir hasta el 70% de la diabetes tipo 2, una dieta saludable y una actividad física moderada pueden ayudar a reducir el riesgo.

El fomento de hábitos de alimentación saludable en niños pequeños es clave para frenar el aumento de la epidemia de la diabetes. Al garantizar la salud de las futuras generaciones, estamos dando un paso para asegurar el desarrollo sostenible. El acceso a alimentos sanos y asequibles es fundamental para reducir la carga mundial de la diabetes y asegurar el desarrollo sostenible mundial.

Algunas cifras

En el año 2014 se estableció que 387 millones de adultos vivían con diabetes, se espera que esta cifra se dispare hasta cerca de 600 millones para 2035. 179 millones de personas con diabetes están sin diagnosticar. La diabetes causó 4,9 millones de muertes en 2014; cada siete segundos una persona muere por la diabetes.

Hasta un 11% del gasto total sanitario en cada país en todo el mundo se podría ahorrar si se abordarán los factores de riesgo prevenibles de la diabetes tipo 2.

La proporción de personas con diabetes tipo 2 aumenta en la mayoría de los países.77% de adultos con diabetes viven en países de renta medio-baja. El mayor número de personas con diabetes tienen entre 40 y 59 años de edad.

Aprovechemos este día de concientización para reflexionar, asumiendo que un estilo de vida sano, el cuidado del ambiente, las decisiones políticas orientadas en este sentido son el arma de la salud pública más eficiente que se puede ofrecer hoy

La sociedad de consumo y la salud

 
 
 
 
La tecnología contribuye a la “diversión detrás de las pantallas” (TV, celulares, tablets) que genera sedentarismo, con sus consecuencias múltiples y problemas propios como trastornos visuales, trastornos por las malas posiciones y adicciones a los juegos.

El consumismo hoy domina la mente y los corazones de millones de personas, sustituyendo a la religión, a la familia y a la política. El consumo compulsivo de bienes es la causa principal. El cambio tecnológico nos permite producir más de lo que demandamos y ofertar más de lo que necesitamos.

El consumismo puede referirse tanto a la acumulación, compra o consumo de bienes y servicios considerados no esenciales. Este hecho produce la creencia de que se genera un mayor status y prestigio dentro del grupo social, inclusive se asocia a la felicidad personal.
Este cambio de mentalidad aparece a principios del siglo XX. Antes de eso se consumía lo que se necesitaba. Ahora predomina el deseo de tener cosas y esto genera falsa necesidad. Además se produce la aparición de la publicidad y el marketing, con los cuales se busca justamente crear nuevos deseos y generar más ventas y por ende consumo.


El consumismo se ha desarrollado principalmente en el denominado mundo occidental, extendiéndose después a otras áreas haciéndose popular el término “sociedad de consumo”, referido al consumo masivo de productos y servicios.

El ahorro perdió prestigio y el consumo pasó a ocupar un lugar preponderante. Usar y tirar se volvió una nueva costumbre. Los bienes ahora no se hacen para durar.

El estilo de vida cambió sustancialmente en la sociedad. Además hubo aparición de nuevos productos o sustancias que provocaron cambios en las costumbres. El cambio en las costumbres influyó en cosas básicas como la alimentación. El ser humano acostumbrado a realizar actividades físicas permanentemente se fue alejando de esto adquiriendo conductas más sedentarias.

Los efectos del consumismo son varios, desde el nivel global con el daño ambiental y sus consecuencias sociales como la profundización de la inequidad y de la pobreza, y personales como el consumo excesivo de elementos innecesarios generando un desbalance económico personal y familiar de envergadura.

Estudios modernos sobre los niveles de la “felicidad” (investigaciones que están en auge) indican que el dinero hasta un cierto nivel influye en la felicidad. Lo demás está de más y sólo se consigue obtener objetos suntuarios o situaciones de poder que no influyen en los niveles de felicidad. Por lo tanto desde ese punto de vista el consumo tendría que tener un límite.


Todo este mundo moderno y consumista tiene un efecto devastador sobre el planeta, generando un daño ambiental difícil de mensurar. Este daño ambiental más los cambios del estilo de vida de las poblaciones provocan directa e indirectamente daños a la salud de la población mundial de gran significación.

Las manifestaciones de la crisis social y medioambiental en todo el planeta son cada vez más visibles: como los fenómenos migratorios, hasta la deforestación o desertización, pasando por la explotación laboral (sobre todo de mujeres y niños) o el efecto invernadero. La pobreza también está muy condicionada por este paradigma actual. Este modelo económico de producción y consumo tiende cada vez más a su agotamiento.
Efectos sobre la salud

La salud se ve tremendamente afectada, en primer lugar por la degradación ambiental en sí misma, que a su vez genera, entre otros, el cambio climático, polución ambiental, contaminación del agua, contaminación de los productos por plaguicidas. Podemos decir que todos estos se asocian a la producción de químicos tóxicos que de alguna manera llegan al organismo humano, ocasionando enfermedades de tipo metabólico, por ejemplo.


Los expertos han concluido que la infertilidad, la disfunción reproductiva masculina, los defectos congénitos, la obesidad (desde 1980 se ha duplicado el número de obesos tanto adultos como niños), la diabetes, las enfermedades cardíacas, los desórdenes de comportamiento y de aprendizaje son condiciones que se pueden atribuir en parte a la exposición de interruptores endócrinos de sustancias químicas.

Hay consumos que sus consecuencias están ligadas de manera muy clara a la salud, la calidad de vida y la mortalidad inclusive, tal es el caso del consumo de cigarrillos y otros productos manufacturados del tabaco, el consumo excesivo de alcohol, y por supuesto, las drogas ilícitas.

La tecnología contribuye a la “diversión detrás de las pantallas” (TV, celulares, tablets) que genera sedentarismo, con sus consecuencias múltiples y problemas propios como trastornos visuales, trastornos por las malas posiciones y adicciones a los juegos.

Conclusión

Es impensable hacer frente a los problemas ecológicos y sociales que nos afectan sin considerar la complicada maquinaria y estructuras que los producen.
Hoy es necesario un nuevo paradigma basado en la sostenibilidad, lo que supone satisfacer todas las necesidades básicas de todas las personas, y controlar el consumo antes de que este nos destruya.

Entre las medidas a sugerir sería clave establecer normas y leyes dedicadas a preservar el ambiente y a estimular la durabilidad y reparación de los productos, y propaganda dirigida a promover el consumo justo.

Nos guste o no, esto se va a hacer sí o sí. Las demandas sociales van en aumento, y los gobiernos cada vez más se ven obligados a considerar este problema. El cambio de paradigma es necesario e impostergable.
El mundo moderno daña tanto a la salud de la población como al planeta. El consumo no puede llevarse al mundo puesto.

Fútbol para mayores, un furor incontenible

Hay un fenómeno que estamos viviendo en los últimos años, que abarca todo el país y nuestra provincia no está ajena a ello: la práctica del futbol sin límites de edad, se ha convertido en un verdadero furor. ¿Es bueno o malo para la salud?

Muchos niños tienen el mismo sueño. Ser estrellas de futbol, triunfar, jugar en la Selección argentina. La mayoría de los niños apenas ensayan los primeros pasos caminan, corren y prontamente quieren jugar y patear pelotas al aire. Ese sueño se mantiene al pasar los años. Esto sin dudas intensificado por la tremenda oferta televisiva que hay con el futbol, que es una pasión nacional.

Estos adultos mayores, no se inclinan, de modo exclusivo, en el arte del golf o en los drives cruzados del tenis. Siguen jugando al fútbol. Como el primer día, con la misma adrenalina, con la misma pasión. Es el club de los 50: un veterano furor por jugar al fútbol todas las semanas. El límite, verdaderamente, no tiene precisiones: en los últimos diez años, esta tendencia creció un 30 por ciento, según surge de testimonios recolectados en variados torneos.

Hay diferentes argumentos de estos eternos jugadores.

a) “Es una  pasión”.
b) “Me lo pide el cuerpo, necesito la adrenalina de jugar en serio en un torneo todos los fines de semana”.
c) “Por los amigos”. Se ejerce  un verdadero culto a la amistad.
 d) “Me gusta el tercer tiempo luego de los partidos, se comparte un asado mas historias de vida, recuerdos, lo que nos pasa hoy”.
 e) “Doy las gracias de seguir atándome los cordones. Espero todos los sábados con desesperación, porque es algo que me hace feliz, que me mantiene vigente. Hace unos años, a mi edad, era impensable esto”.
 f) “Es un cable a tierra, lo más importante es reconocernos a través del tiempo”.
g) Lo social es la clave: “Los adultos no sólo hablamos de los nietos o de que la vida se nos va, sino que nos sentimos vivos”.

De modo general podemos decir que con la práctica se mantienen las capacidades físicas, se incrementan los lazos sociales, se combate el estrés laboral y se minimizan y postergan los achaques del envejecimiento como incremento del peso corporal, entumecimiento articular, pérdida del equilibrio y de las habilidades, aislamiento y depresión. Pero, por sobre todo esto, domina la pasión que despierta la competencia, la que suele comenzar como diversión y termina tanto o más enfervorizada que entre profesionales.

Este grupo de deportistas exigen torneos organizados, con buenos campos de juego, árbitros de nivel, la indumentaria es cada vez mejor y los niveles de organización interna de los equipos es creciente. Muchos tienen directores técnicos y preparadores físicos. Muchas veces esto va acompañados de prácticas durante la semana, (esto es lo ideal) aunque muchas veces, sólo se encuentran para jugar. En la mayoría de los torneos hay reuniones de delegados, tribunal de penas y otros elementos que hacen que el nivel supere a los torneos de las ligas oficiales locales.

Los conflictos internos no dejan de estar presentes, en muchos casos por los merecimientos que cada uno piensa que tiene para la integración del equipo. Las discusiones son parte de todo esto.

 Se conjuga el amateurismo y ciertas características de profesionalismo. En definitiva el número de adeptos es creciente y no tiene límites.  La pasión nacional por el futbol, el hecho de jugar con los amigos, y la competitividad que implica jugar con semejante nivel organizativo conforman un coctel insuperable.

El hecho es que los adultos y mayores juegan al futbol como si fueran jóvenes en la plenitud de sus capacidades físicas.  Hay una resistencia a abandonar el futbol a pesar del paso de los años. Y muchas veces el nivel de compromiso exigido en los diferentes grupos genera una obligación importante. Hay que evitar que esto se transforme en fanatismo y se abandone todo por el partido del fin de semana. Es decir que a veces este fanatismo puede ser adictivo y ser nocivo para la persona o quienes lo rodean.

Desde el punto de vista sicológico sin dudas es un hecho revitalizador, estimulante. Es considerado un escape que sirve para resetear la cabeza y encarar nuevamente la semana.  Es un parate, en el vertiginoso ritmo de la vida actual.

Desde el punto de vista médico existen algunas consideraciones. En la mayoría de los torneos se exige una ambulancia permanente, asistiendo a los partidos. Pero eso no es todo. A estas edades conviene analizar a los jugadores desde el punto de vista clínico, cardiológico y traumatológico. El deporte es sinónimo de salud sin fronteras pero eso no es así siempre y hay que tener algunos recaudos.

Se exigen certificados médicos pero en realidad estos deben ser producto de un análisis minucioso. Muchas veces estos estudios revelan hallazgos como ser niveles altos de glucemia o de la tensión arterial, o de hipercolesterolemia. Lo importante es que estos hallazgos no impiden la práctica del deporte pero sí el comienzo de algunos cuidados ignorados.
Lo otro a tener en cuenta seriamente es lo cardiológico, ya que hay que evitar sobrecargas en corazones y organismos que no están entrenados. Los peligros de enfermedades cardiacas se minimizan con adecuados controles previos con estudios como electrocardiogramas, ergometrías, ecocardiogramas entre otros. La idea es prevenir los infartos de corazón y la muerte súbita.

Lo traumatológico no debe ser dejado de lado, ya que el futbol predispone a lesiones articulares y musculares que, a veces pueden ser de magnitud,  por lo tanto es importante valorar el grado de lesiones previas. El fortalecimiento muscular y el entrenamiento son un importante factor preventivo.


Hay que tener cuidado, más que nunca, en factores como la alimentación, los suplementos, medicamentos, las drogas (incluidos el tabaco y el alcohol) y, sobre todo, el descanso reparador entre las cargas físicas.

Siempre se sugiere competir en categorías adecuadas sobre todo por la edad y manejar los tiempos que puede jugar cada uno. Teniendo en cuenta los recaudos antes dichos, el futbol de mayores, en general es muy bueno para los que lo practican desde varios puntos de vista pero, sin dudas es un gran ejemplo para la sociedad y los jóvenes, ya que el hecho de practicar el deporte sin importar la edad, constituye un elemento formador de primer orden y muy bueno para emular.

29 de septiembre, Día Mundial del Corazón

 
 
 
 
La Federación Mundial del Corazón junto con la OMS y la UNESCO eligieron este día para conmemorar el día del corazón y concientizar sobre los peligros que las enfermedades cardiacas conllevan.


Se espera desde el año 2030 en adelante cifras epidémicas como decíamos de las enfermedades cardiovasculares, principalmente en lo que se refiere a enfermedades del corazón y del cerebro.


Normalmente, el corazón se sitúa prácticamente en el centro del pecho, entre los pulmones, con su extremo girado hacia la izquierda. De promedio el corazón pesa unos 300 gramos. Es clásicamente una bomba muscular. Es un músculo, muy parecido a los músculos de cualquier parte del organismo, aunque con características especiales y se llama músculo estriado.

Su función principal consiste en llevar o bombear la sangre a todo el organismo. Eso se concreta a través del sistema circulatorio que es por donde se conduce la sangre. La sangre va por las arterias a todos los órganos. Regresa por las venas hasta llegar al corazón de nuevo. El sistema incluye un paso por los pulmones que es donde se oxigena la sangre. Por los riñones donde se hace el manejo fino de los líquidos del organismo.

Además conecta con el sistema digestivo que es de donde provienen los nutrientes que luego van a todo el organismo.
Esta actividad del corazón está regulada por un sistema eléctrico llamado sistema cardionector que hace que el corazón tenga los estímulos eléctricos para contraer la bomba a una frecuencia dada y mantener las necesidades que el organismo tiene. Este sistema eléctrico está insertado en la bomba muscular entremezclado con las fibras musculares, como si fueran cables propiamente dichos.

Ese sistema eléctrico tiene actividad propia y a su vez está influido por el sistema nervioso, que le genera distintos tipos de estímulos. Así, a modo de ejemplo, ante una situación de stress el corazón reacciona latiendo más rápido y más fuerte.

Las arterias que salen del corazón llegan a todo el organismo, llevando oxígeno y nutrientes necesarios. Además el propio corazón recibe la sangre a través de las arterias coronarias.
El corazón late entre 60 y 100 veces por minuto, de promedio, algo más de 100.000 veces al día. En los niños la frecuencia cardiaca puede ir de 90 a 120 pulsaciones por minuto. El feto dentro del útero tiene generalmente una frecuencia cardiaca de entre 130 y 260 pulsaciones por minuto.

En general, el volumen de sangre total que se bombea oscila entre 4,5 y 5,5 litros por minuto. A lo largo de todo el día la sangre recorre unos 19.000 kilómetros. El corazón consume en torno a un 10% del oxígeno total del organismo.

Como vemos es un órgano vital para el organismo. Desde tiempos inmemoriales tiene su gran importancia ya que el hombre detectó desde temprano que si el corazón no funcionaba se terminaba la vida.

A muy grandes rasgos podemos decir que el corazón puede estar afectado en varios lugares. Si la afección es en el músculo que configura la  bomba, ya sea que este músculo es agredido por virus, bacterias, o porque el tejido se necrosa o muere, u otras causas, esa función se pierde y por ende se pierde la capacidad de bombeo y esto configura el fundamento de la insuficiencia cardiaca. En este caso el corazón no es suficiente para bombear la sangre que necesita el organismo.

Puede estar afectado el sistema eléctrico y ahí configurar lo que se llaman las arritmias del corazón, que son muy diversas y que los  tratamientos incluyen desde tratamiento con fármacos hasta la colocación de marcapasos.
Sin embargo, lo que más afecta al corazón son las enfermedades que se originan en los vasos sanguíneos. Más concretamente en las arterias coronarias. Como dijimos las arterias coronarias son las que llevan el oxígeno y nutrientes al propio corazón. Cuando estas arterias se obstruyen o se tapan la sangre deja de circular y el oxígeno no llega al músculo y por ende este primero sufre y luego se daña. Si ese daño es definitivo, y esto depende del tiempo que faltó el oxígeno, se produce una necrosis o infarto del corazón. (“tejido muerto del corazón”).
Este músculo necrosado deja de ser apto para la función de bombear la sangre. Así vamos a la insuficiencia cardiaca también.

El tema es que, en el proceso de daño, se está produciendo un infarto de corazón o miocardio. El momento agudo es muy peligroso porque en ese tejido que está sufriendo daño se pueden producir “cortocircuitos” en el sistema eléctrico y generar arritmias que pueden ser, en muchos casos, letales. Por ello es que en estos momentos se sugiere internación en unidades coronarias o unidades de terapia intensiva.

Cuando en general hablamos del corazón y de la prevención de los factores de riesgo de provocar afecciones del corazón nos referimos principalmente a los elementos que principalmente dañan las Arterias Coronarias, es decir las arterias propias del corazón que le llevan la propia sangre al mismo.

El enfoque principal de la prevención de las enfermedades cardiovasculares está dirigido al cuidado y daño de las arterias coronarias.  Mejor dicho a la prevención de este daño. Arterias coronarias de buen calibre, sin depósitos de colesterol en sus paredes implican corazones más sanos, sin infarto. 


Es importante el factor genético, por lo que decimos que hay familias con mayor predisposición a padecer enfermedades cardiovasculares, es decir arterias más propensas a tener este daño. Pero sin dudas lo que está provocando una verdadera epidemia son los factores relacionados al estilo de vida y los factores ambientales.

Así el sedentarismo, las dietas inapropiadas, las adicciones como el tabaquismo, el stress permanente constituyen una base para el daño arterial coronario a la mayoría de las personas llegando el número a proporciones inesperadas.

Estos predisponentes derivan en epidemias de sobrepeso y obesidad, hipertensión arterial y trastornos como hipercolesterolemia y diabetes entre los principales.
Se espera desde el año 2030 en adelante cifras epidémicas como decíamos de las enfermedades cardiovasculares, principalmente en lo que se refiere a enfermedades del corazón y del cerebro.


Se espera también que el mundo científico y los gobiernos tomen nota de este problema. El Día Mundial del Corazón se conmemora en este sentido y para alertar de este serio problema de la salud pública a todos los ciudadanos del mundo.

Eduardo Tassano
Máster en gerenciamiento en
servicios y sistemas de salud

La contaminación interior

 
 
 
El medio ambiente ha sido siempre, en la historia de la especie humana, un importante determinante de la salud. Pero en los últimos 50 años la ola de consumismo y crecimiento acelerado han disparado los riesgos ambientales que afectan y afectarán cada vez más a la salud, tanto de las poblaciones actuales como futuras.


En los países más pobres económicamente se observan cifras alarmantes: existen más de 3.000 millones de personas que cocinan y calientan sus hogares con fuegos abiertos y cocinas en las que queman biomasa (madera, excrementos de animales o residuos agrícolas) y carbón.
Cada año, más de 4 millones de personas mueren prematuramente por enfermedades atribuibles a la contaminación del aire de los hogares como consecuencia del uso de combustibles sólidos para cocinar.


Cuando hablamos de contaminación ambiental nos referimos principalmente a los  factores ambientales que incluyen, tanto al ambiente físico como social. El ambiente físico incluye el macro y el microambiente. El macroambiente incluye el agua, los alimentos, la contaminación del aire, entre otros. El microambiente incluye el barrio, la casa, el trabajo. Los factores sociales se refieren a la pobreza, grado de desarrollo, nivel cultural, entre otros.

Ese daño ambiental se produce por la contaminación. La contaminación de la naturaleza, en general, termina siendo dañina para los seres vivos, es decir que los productos químicos derivados de la contaminación terminan dañando a los humanos. Ese daño genera un impacto todavía impredecible en la Salud Pública mundial.

Las diferentes formas de contaminación generan productos químicos en el ambiente que pueden llegar al ser humano. Estos productos químicos dañinos pueden permanecer largo tiempo en el ambiente y toman el nombre genérico de Compuestos Tóxicos Persistentes (CTP). Estos productos podrían explicar  una parte relevante de las cifras de las enfermedades más frecuentes.

Esos compuestos tóxicos pueden interferir o dañar los mecanismos de funcionamiento habitual de las células o como decíamos modificar los genes y así modificar los funcionamientos celulares. O dañarlos con la pérdida habitual para la función con que fue asignada.

Hay estudios que sostienen que cualquier ser humano tiene en su sangre aproximadamente 300 productos químicos que no tenían nuestros abuelos. Nos referimos a productos  modernos y actuales que nos rodean en la vida diaria.

La contaminación y la salud

La contaminación representa una epidemia invisible para la salud.
Se calcula que hoy en la industria actual en general son utilizadas unas 100.000 sustancias químicas y entre ellas unas 4.000 y 8.000 están bajo sospecha de toxicidad. El medio ambiente exterior y el medio interior de los hogares y puestos de trabajo están cada vez contaminados por más sustancias.

Estos tóxicos ambientales llegan al ser humano a través del aire que respiramos, del agua que bebemos y los alimentos que comemos. 


La contaminación ambiental exterior se da más en los centros urbanos y en los países industrializados. Pero en los países más pobres no deja de ser importante la contaminación de los hogares, ya que las comunidades más vulnerables y pobres que utilizan las energías que más contaminan, como el carbón, el estiércol y la leña, para cocinar o calentarse dentro de sus hogares.

Exposición en los hogares

En este tipo de contaminación tenemos exposición de los hogares tanto en el mundo desarrollado como en países en vías de desarrollo.

“La contaminación interior de las viviendas” implica un tipo de contaminación que está creciendo en el mundo desarrollado: volátiles que se desprenden de plásticos, pinturas y barnices, diversos materiales de construcción o aparatos del hogar, productos de desinfección, insecticidas, de limpieza, cosméticos, ambientadores, plásticos de envoltorios, etc. Muchos de estos productos se comportan como  Compuestos Orgánicos Persistentes.

En los países más pobres económicamente se observan cifras alarmantes: existen más de 3.000 millones de personas que cocinan y calientan sus hogares con fuegos abiertos y cocinas en las que queman biomasa (madera, excrementos de animales o residuos agrícolas) y carbón.
Cada año, más de 4 millones de personas mueren prematuramente por enfermedades atribuibles a la contaminación del aire de los hogares como consecuencia del uso de combustibles sólidos para cocinar.

La gran enfermedad que se favorece en estos casos es la neumonía en menores de 5 años. También se ven favorecidas las enfermedades no transmisibles como las cardiovasculares, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, cáncer, principalmente el de pulmón.

Estos combustibles y tecnologías ineficientes para cocinar producen elevados niveles de contaminación del aire de interiores dado que liberan elementos nocivos para la salud, tales como pequeñas partículas de hollín que penetran profundamente en los pulmones. En viviendas mal ventiladas el humo puede producir concentraciones de pequeñas partículas 100 veces superiores a las aceptables. La exposición afecta particularmente a las mujeres y los niños que pasan la mayor parte del tiempo cerca del hogar.

El hollín (partículas de hollín) y el metano emitidos por la combustión en cocinas ineficientes son contaminantes que contribuyen considerablemente al cambio climático.
El hecho de que 1.200 millones de personas no tengan acceso a la electricidad (muchas utilizan queroseno para iluminación) genera otros riesgos para la salud, por ejemplo, quemaduras, traumatismos e intoxicaciones por ingestión de combustible, y restringe las oportunidades de acceso a la salud y el desarrollo para las que se requiere iluminación adecuada, por ejemplo los estudios o las actividades artesanales y comerciales a pequeña escala.

El otro actor que está cobrando importancia  y es parte de la contaminación interior de las viviendas son los campos electromagnéticos de baja frecuencia. En este grupo incluimos a la  telefonía móvil, computadoras, espacios wifi, pantallas de televisores, microondas, etc. tienen fuertes sospechas de riesgos de cáncer de cerebro y leucemias (sobre todo en niños) pero también otros cánceres (mama, testículos) y enfermedades neurológicas. La investigación está en marcha en este terreno.


Dentro de las estrategias del cuidado y la precaución de los temas ambientales, la contaminación interior tiene y tendrá una relevancia mayor si no se corrigen las causales. 


Eduardo Tassano
Máster en gerenciamiento en
Sistemas y servicios de salud