OPINIONES – Dr. Eduardo Tassano

viernes, 22 de agosto de 2014

La obesidad infantil y sus causas







Esta epidemia del siglo XXI hace que existan países donde el sobrepeso y la obesidad se cobran más vidas que la insuficiencia ponderal.

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La elección de los alimentos por parte de los padres para confeccionar una dieta equilibrada para toda la familia y la realización de actividad física a diario son los factores que más pueden contribuir a que los niños non presenten sobrepeso.


La obesidad infantil está considerada actualmente como la epidemia del siglo XXI, si los hábitos alimenticios y el estilo de vida de las familias no lo remedian. Según los especialistas en temas de obesidad, los cambios alimenticios y las nuevas formas de vida sedentarias son los principales desencadenantes en el aumento de la obesidad infantil.

 A modo de ejemplo podemos decir que en España, el exceso de peso alcanza ya al 40% de los niños y jóvenes de 3 a 24 años, con un 14% que sufre obesidad y el 26% restante, problemas de sobrepeso. Nuestro país se asemeja bastante a estas cifras.

 Si bien el sobrepeso y la obesidad tiempo atrás eran considerados un problema propio de los países de ingresos altos, actualmente, ambos trastornos (desnutrición y sobrepeso) están aumentando en los países de ingresos bajos y medianos, en particular en los entornos urbanos.

En los países en desarrollo con economías emergentes (clasificados por el Banco Mundial en países de ingresos bajos y medianos) la prevalencia del sobrepeso y la obesidad infantil en niños preescolares es superior al 30%. En los países en desarrollo viven más de 30 millones de niños con sobrepeso y en los países desarrollados 10 millones.

En el plano mundial, el sobrepeso y la obesidad están relacionados con un mayor número de defunciones que la insuficiencia ponderal. Por ejemplo, el 65% de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad se cobran más vidas que la insuficiencia ponderal (estos países incluyen a todos los de ingresos altos y la mayoría de los de ingresos medianos).

Si bien es una enfermedad multifactorial, desde el punto de vista de la salud pública es muy posible que la actividad física, el ejercicio y por ende los deportes, constituyan el principal antídoto que podría contrarrestar esta  tremenda epidemia de obesidad infantil que no tardará en ofrecer sus características más duras.

El otro hecho determinante de la obesidad infantil y casi en el mismo plano que el sedentarismo, tenemos a la alimentación que hoy es hipercalórica, adictiva y muy condicionada por el ritmo de vida actual.

Sedentarismo y obesidad infantil

El sedentarismo de muchos niños  implica mucho sobrepeso y obesidad.  El practicar una actividad física es esencial en su crecimiento y  su salud. El estilo de vida que llevan los niños  ha cambiado mucho. La mayoría de las actividades que realizan se concentran en torno de la televisión, la computadora y a los videojuegos.

Muchas familias, por la falta de tiempo o por comodidad, acaban dejando a los niños delante de la televisión toda una tarde, en lugar de llevarlos al parque o a cualquier otra actividad que les favorezcan más. Los juegos al aire libre, las excursiones, los deportes, etc., son cada día sustituidos por actividades sedentarias. Las cifras varían en los distintos países pero hoy día los niños pasan dos o tres horas por día mirando tv y en las computadoras.

Cualquier tipo de actividad física es favorable a los niños pero, sin duda alguna, los ejercicios de resistencia son los mejores contra el sobrepeso. El ejercicio físico de resistencia en función de la reducción de grasa  corporal se debe promover con ejercicios de larga duración pero  con intensidades bajas, combinando trabajos continuos y fraccionados, utilizando juegos  y actividades jugadas en las cuales la alternancia y la recuperación de los esfuerzos se efectúa constante y libremente en forma de intervalos y debe limitarse a carreras de  larga duración que presenten gran variedad de situaciones.

La alimentación y la obesidad infantil

La elección de los alimentos por parte de los padres para confeccionar una dieta equilibrada para toda la familia y la realización de actividad física a diario son los factores que más pueden contribuir a que los niños no presenten sobrepeso.

Muchos padres tienen que dividirse entre las múltiples tareas, laborales y domésticas, y les resulta más cómodo ofrecer una comida rápida a sus hijos. Empiezan con los bollos industriales, siguen los "nuggets" (rebozados preparados de pollo), y terminan con las chuches. Día tras día, estos hábitos alimenticios se convierten en una mala costumbre.

 Las comidas resultan muy atractivas por su aspecto, pero no llevan los nutrientes ni las vitaminas necesarias para que los niños crezcan fuertes y sanos.

Para esos padres, normalmente los que nunca tienen tiempo, lo más importante es saciar el hambre de sus hijos, sin preocuparse si están o no comprometiendo el futuro de su salud. Los padres, del mismo modo que muchos abuelos, también pecan con la preocupación exagerada por la cantidad de comida que consumen los niños. Les ofrecen unos menús sin considerar los controles cuanto a las grasas, azúcares, y otros componentes que sólo engordan.

Lo ideal, según los expertos, es que un niño consumiera unas dos mil calorías diarias y que, la mitad de ellas, fuese cubierta por los hidratos de carbono, un tercio por las grasas y el resto por proteínas. Pero, en lugar de comer pan, arroz o legumbres, los niños están comiendo dulces, refrescos y golosinas.

Existen, además del mal hábito alimentario y la falta de actividad física, que son los que encabezan los motivos por los que la sociedad tenga sobrepeso, otros factores que determinan la obesidad infantil. Puede haber influencias sociales, fisiológicas, metabólicas y genéticas.
Un niño con padres obesos, por ejemplo, estará predispuesto a ser obeso también. Sea por una cuestión social, de mal hábito alimentario, o por genética. También se puede presentar obesidad en caso de que el niño sufra algún trastorno psicológico.

La polémica actual descansa en cuál es el factor importante. Sin dudas la inactividad y la mala alimentación son excluyentes pero es evidente que el ejercicio no sólo es importante en la disminución del sobrepeso sino que tiene innumerables ventajas entre las que podemos resaltar:

•favorecen el desarrollo no sólo físico sino sicológico del niño.
•forma un cuerpo con mayor desarrollo muscular, y articular.
•Genera una mayor capacidad cardio pulmonar.

Sin dudas contribuye en los niños a  perderle el miedo a la actividad física, y generar el hábito de realizarla siempre.

Muchos países reconocen esto y generan  planes llevando adelante políticas de estado que promueven la actividad física y deportiva en los niños. Este desarrollo deportivo además de brindarles una juventud más sana en todo sentido le brinda deportistas de mejor nivel que representan

al país con muchos mejores resultados y estos éxitos generan más ganas en los niños de hacer deportes.


Dr.  Eduardo Tassano
Máster en gerenciamiento en
servicios y sistemas de salud
especial para época