OPINIONES – Dr. Eduardo Tassano

viernes, 2 de mayo de 2014

La proliferación de productos de alimentación ultraprocesados


Producen dietas inapropiadas y el sobrepeso los que están asociados a las enfermedades crónicas no transmisibles como las cardiovasculares, el cáncer, la diabetes y los males pulmonares crónicos. Estas constituyen las primeras causas de muerte en el mundo recibiendo el  nombre de la epidemia del siglo XXI.

La dieta de los seres humanos estaba mayoritariamente  limitada a las frutas, raíces e insectos, por este motivo nuestra especie hizo lo posible para desarrollar, a lo largo de los años, un sistema que permitiera conseguir alimentos que escaseaba, hacerlo posible, seguro, transportable y con capacidad de almacenamiento para tiempos de necesidad.

La primera transformación apareció dos millones de años A.C y fue el instrumento para cazar y preparar los alimentos, que unidos al fuego para cocinar domino la cultura de la alimentación mas del 95% de nuestra existencia como especie humana.
Luego se produjo la revolución agrícola, (aproximadamente 1200 años A.C), con la domesticación de los cereales, (trigo, arroz y maíz)  y de los animales (ganado). Esto genero un alimento importante de los alimentos disponibles, necesarios por el aumento de la población, y el comienzo de la civilización. Del hombre cazador nómade, se paso al agraria sedentario.

Finalmente, hace escasamente 200 años, en el siglo XIX, comenzó la producción masiva de harinas refinadas y azucares concentrados e inicio la etapa que podríamos denominar la dieta basada en productos de consumo.

A esto se agrega en los últimos 50 años el surgimiento y rápida aceptación de los alimentos ultraprocesados, que se asemejan a alimentos naturales  pero que en realidad representan una nueva creación alimentaria. No solo son productos de consumo sino verdaderos productos  industrializados por la compañía de alimentos.

La inmensa variedad de productos ultraprocesados que se encuentran hoy en el mercado, surgen de la extrema manipulación química y mecánica de tres especies vegetales, -maíz, trigo y soja- y de animales alimentados por estos productos de consumo.

En estos alimentos se produce una eliminación del agua a efectos de facilitar el alargamiento de vida del producto y poder exponerlo mas tiempo a la venta. Por otro lado, esto disminuye el costo de transporte pero aumenta tremendamente la cantidad de calorías por bocado de alimento .

El problema es que las personas no regulan el consumo de alimentos por la cantidad de calorías y por el volumen de los mismos. De esa manera, se consumen muchas mas calorías en los mismos volúmenes. Imaginen este cambio de dieta de calidad a largo plazo.

Debemos tener en cuenta que los alimentos ultraprocesados ponen el énfasis en azucares, sal y gasas porque condimentan con su sabor intenso, a menudo además facilitado por ingredientes artificiales que permiten pasar por alto los mecanismos de saciedad endógenos y producen conductas  similares a la adicción.

Los estudios de observación sugieren que una dieta basada en productos ultraprocesados de la industria de alimentos, como las comidas rápidas, causan un aumento excesivo de peso y enfermedades crónicas.

Estos alimentos ultraprocesados son la respuesta actual al mundo moderno, globalizado y eminentemente urbano. Además no podemos ignorar que la población mundial ha superado los 7 mil millones de habitantes.

El modelo actual dominado por la industria de los alimentos genera productos manufacturados, durables, altamente apetitoso, con todo el marketing moderno de presentación y de muy fácil cocción, y baratos. Además alimentos  delicioso y altamente adictivos.

Como hemos citados en varias ocasiones, estas dietas inapropiadas y el sobrepeso que generan estos alimentos, están asociados fundamentalmente a las enfermedades crónicas no transmisibles como las cardiovasculares, el cáncer, la diabetes y las enfermedades pulmonares crónicas. Estas enfermedades constituyen las primeras causas de enfermedad y muerte en el mundo recibiendo el nombre de la epidemia del siglo XXI.

Una forma básica de luchar contra esta epidemia es considerar una utilización mas apropiada de las necesidades a largo plazo de las personas y de la salud publica, y no de las consideraciones económicas de corto plazo de las industrias de alimentos.
Para la gente, preparar los alimentos en su hogar con ingredientes frescos requiere tiempo y habilidades que ya no tienen, generan desperdicio de los alimentos frescos que se echan a perder y, lo crucial, son muchos mas caros en peso  por igual cantidad de calorías, ya que cualquier alimento procesado es mas caro que las frutas y las verduras. 

Esto hace que la gente prosiga comprando alimentos procesados, por lo tanto, deberíamos mejorar la calidad nutricional y la densidad de energía de los alimentos que come la mayoría de la gente la mayor parte del tiempo.

Reformular los productos de mercado masivo parece el fundamento mas claro de una política mundial de cambio del sistema de alimentación. El programa de reducción de sal en los alimentos del Reino Unido ha disminuido la ingesta promedio de sodio nacional en un 16% en los primeros seis años.

En esta estrategia subyace el principio de que cambiar de composición de los alimentos en la  oferta, es mucho mas importante que cambiar a las personas en la demanda de los mismos.

El logro de una alimentación saludable comienza con la conducta individual que afecta el balance de energía, que no es tan individual porque las personas se forman bajo la influencia de tres factores.

-Entorno social y cultural en la que se esta inmerso: incluyendo el marketing de alimentos, sobre todos en los niños, el tamaño de las porciones, la proximidad física a la compra y la oferta de comidas.

-Las opciones económicas: el sistema que afecta a los precios de los alimentos por impuestos o subsidios y- la regulación de la política de alimentos: que puede llegar a incluir cambios mandatarios según su composición.

-El concepto de una epidemia industrial, una epidemia que emerge de la comercialización de productos que potencialmente dañan la salud, es lo que se impone en este momento.

Es necesario poner en foco en las políticas que puedan influir en la conducta promedio de la población, pero no necesariamente de manera drástica, porque los cambios drásticos de la dieta tienden a no ser sostenible y progresivas de mucha gente. Para ello, se debe crear un medio ambiente que apoye y aliente las elecciones saludables y que este cambio del medio ambiente haga mas fácil el modo de vida saludable, de manera que resulte menos necesaria nuestra conducta actual de tratar de forzar a los individuos uno por uno.

Si pensamos el numero de enfermedades que están asociadas al gran consumo de tabaco, alcohol o alimentos de alto valor calórico tenemos que considerar estos tópicos como un elemento esencial a modificar y contribuir a mejorar las bases de la salud publica.

Dr Eduardo Tassano
Master en Gerenciamiento  en Servicios de Sistemas de Salud.

Especial para Época.