El 65 % de la población mundial viven en países donde
el sobrepeso y la obesidad se cobran más vida de personas que la desnutrición.
Esta claro que en este momento el estilo de vida influye
decisivamente en lo que es la salud publica. La alimentación inadecuada, la
falta de actividad física y las adicciones son los nuevos actores que
condicionan”las epidemias” que asolan nuestros tiempos actuales.
Estamos asistiendo a un crecimiento desmesurado en la
incidencia de las enfermedades crónicas que tienen que ver con los factores
antedichos. Las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las enfermedades
pulmonares crónicas, y la diabetes presentan números alarmantes, los cuales,
nos obligan a plantearnos políticas de estado que puedan mitigar estas
epidemias.
Varias de estas enfermedades se potencian a expensas
de una alimentación inadecuada. La alimentación actual es responsable principal
de la epidemia de sobrepeso y obesidad.
Recientemente en otra nota destacábamos que los
alimentos actuales, ultraporcesados son híper calóricos, adictivos y además muy
baratos lo cual facilita su consumo. Para facilitar su almacenaje y duración,
se desecan, lo que hacen que tengan un mayor volumen, facilitando su transporte
pero aumentando los hidratos de carbono y grasas, y por lo tanto con más
calorías.
El organismo humano tiene un sistema de saciedad, que
funciona por volumen y no por calorías,
de esa manera se consume el mismo volumen que en otras épocas pero
consumiendo muchas mas calorías y esto termina siendo una alimentación híper
calórica.
Debemos tener en cuenta que los alimentos ultra
procesados ponen el énfasis en azucares, sal y grasas porque condimentan con un
sabor intenso, a menudo además facilitado
por ingredientes artificiales que permiten pasar por alto los mecanismos de
saciedad endógenos y producen conductas similares a la adicción.
La industria alimentaria actual prepara este tipo de
alimentos que ya están incorporados a la mente y gusto de las personas, y que
por su sabor y precio los hace de uso masivo. Esto es el elemento más
importante para explicar esta epidemia de sobrepeso y obesidad.
Desde 1980, la obesidad se ha mas que duplicado en el
mundo. Según cifras de 2008, 1.400 millones de adultos (mayores de 20 años) tenían
sobrepeso. Dentro de este grupo, más de 200 millones de hombres y cerca de 300
millones de mujeres eran obesos.
En 2010, alrededor de 40 millones de niños menores de
cinco años tenían sobrepeso. La obesidad infantil es uno de los retos de salud
pública mas graves a nivel mundial en el siglo XXI. Más del 75% de los niños
afectados vive en países bajos y medianos ingresos.
Lo interesante es que la obesidad puede prevenirse.
El sobrepeso y la obesidad se definen como una
acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la
salud.
¿Qué causa el sobrepeso y la obesidad?
La causa fundamental del sobrepeso y la obesidad es un
desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas. En el mundo, se
ha producido un aumento en la ingesta de alimentos híper calóricos que son
ricos en grasa, sal y azucares pero pobres en vitaminas, minerales y otros
micronutrientes, y un descenso en la actividad física como resultado de la
naturaleza cada vez mas sedentaria de muchas formas de trabajo, de los nuevos
modos de desplazamiento y de una creciente urbanización.
A menudo los cambios en los hábitos de alimentación y
actividad física son consecuencias de los cambios ambientales y sociales
asociados al desarrollo y la falta de políticas de apoyo en sectores como la
salud, agricultura, transporte, planeamiento urbano, medio ambiente,
procesamiento, distribución y comercialización de alimentos y educación.
El sobrepeso y la obesidad se pueden reducir y para ello
hay medidas individuales y de tipo social.
“Así como el mundo se unió para regular los riesgos
del tabaco, seria importante considerar las dietas inadecuadas igual de dañinas
y buscar legislación y medidas adecuadas para mitigar el tema de las dietas
inadecuadas y alimentos no saludables”. En estos días se esta esperando un
comunicado, de Consumers International, una federación internacional de
consumidores que trabaja en 120 países, sobre una propuesta de convención
global de lucha contra la obesidad en el marco de la Asamblea Mundial
de la Salud, en
Ginebra, (Suiza).
La idea, el concepto es que la comunidad internacional
esta prestando “una insuficiente atención al empeoramiento de la epidemia de la
obesidad y las dietas pocas saludables”.
Hace mas de 10 años que la Organización Mundial
de la Salud
(OMS) lanzo su estrategia Mundial sobre regimenes alimentario, actividad física
y salud. Sin embargo, la obesidad sigue avanzando al igual que la diabetes, las
enfermedades cardiacas y otras complicadas de salud.
En 2012 el Dr. Olivier De Schustter que esta al frente
del Consejo de Derechos Humanos de la
ONU, propuso cinco acciones para afrontar los problemas de la
obesidad y las dietas pocas saludables, ellos son:
1-Gravar productos no saludables.
2-Regular los alimentos ricos en grasas saturadas, sal
y azucares.
3-Tomar medidas fuertes contra la publicidad de comida
basura
4-Revisar los equivocados subsidios agrícolas que
hacen ciertos ingredientes mas baratos que los demás.
5-Apoyar la producción local para que los consumidores
tengan acceso a alimentos sanos, frescos y nutritivos.
De Schustter aseguro “que los intentos de promover una
alimentación sana solo funcionaran si se arreglan los sistemas alimentarios que
los sustentan”, agrego al tiempo que señalo que los gobiernos se han centrado
en el aumento de la disponibilidad de calorías, pero a menudo han sido
indiferentes a que tipo de calorías, a que precio, cuales se ponen a
disposición y la forma en que se comercializan.
Con respecto a esto puntos podemos decir:
- A la industria alimentaria le corresponde un papel
importantísimo en el suministro de alimentos saludables y asequibles. Sus
iniciativas de reducción de las cantidades de sal, azúcar y grasas añadidas a
los alimentos industriales y de revisión de muchas actuales prácticas de
comercialización podrían acelerar las mejoras de la salud en todo el mundo.
-Política alimentaria y agrícola hay que proporcionar
incentivos y ayuda a la producción y comercialización de alimentos mas sanos,
incluyendo tecnológica para:
-Producción de frutas, hortalizas, legumbres y otros
productos agrícolas sanos.
-Innovación tecnológica para producir alimentos sanos
-Mejoras de la cadena de distribución y la exportación
de dichos productos
Entre las alternativas disponibles para fomentar este
proceso cabe citar la ayuda estatal a los programas de cantinas escolares y
otros programas de restauración pública y de ayuda alimentaria, así como la
concentración de contratos cultivadores locales para asegurarles un mercado
local.
-Políticas de precios y subvenciones varios países
utilizan sistemas complejos de subvención para promover la producción de
distintos alimentos para aumentar o disminuir el consumo de alimentos; y
algunos utilizan fondos públicos y subvenciones para promover el acceso de las
comunidades pobres a instalaciones deportivas y recreativas.
Cada país puede pensar en estudiar si, globalmente,
esas medidas financieras redundan en una mejor alimentación de la población. La
participación en dicho examen del Ministerio de Finanzas y la preparación de
análisis económicos de la repercusión de las enfermedades crónicas en las finanzas nacionales pueden
ser decisivas para implementar políticas fiscales favorables a largo plazo.
Indudablemente que muchas acciones beneficiosas para
la salud pública en los próximos años pasaran por enfocar los temas desde este
punto de vista más multidisciplinario, en lo cual las leyes serán básicas para
promover los cambios.
Dr. Eduardo Tassano
Master en Gerenciamiento en Servicios y Sistemas de Salud
Especial para Época.