La noción de chatarra hace referencia a un material de desecho. Es algo que no sirve o que no tiene valor. Estas dos definiciones nos permiten acercarnos a la idea de comida chatarra.
La alimentación, como fenómeno influenciado por la cultura, la economía y el entorno social, implica una determinada selección y preparación de los alimentos. En este marco, es posible hablar de la comida chatarra, también conocida como comida basura, que son aquellos alimentos que presentan grandes cantidades de grasas, sal, condimentos o azúcares, que estimulan el apetito y la sed, lo que tiene (un gran interés comercial para los establecimientos que proporcionan ese tipo de comidas) y numerosos aditivos alimentarios.
El análisis de las causas de esta explosión del consumo, incluye analizar varios ítems. En muchos países se han disparado los precios de frutas y verduras pero, además, es mucho más barato y cómodo quedarse en casa mirando televisión y consumiendo alimentos hipercalóricos.
Con respecto a la publicidad de alimentos, observamos que la misma, en televisión es dominada por los cereales azucarados para el desayuno, los refrescos, los productos de confitería y los aperitivos salados. Si unimos las cadenas de comida rápida a estos cuatro grupos, se puede hablar de “los 5 grandes” de la publicidad alimentaria.
Se sabe que esta publicidad, a través de la televisión, determina en gran medida las preferencias de los niños, tanto respecto a los tipos de alimentos como respecto a las marcas concretas
Se conoce que cuantos más anuncios ven los niños en la televisión, más calorías ingieren, pues los referidos “cinco grandes grupos”, contienen alimentos hipercalóricos muy alejados de lo que debería ser una dieta sana y nutritiva. Este es uno de los principales factores que ha duplicado la obesidad entre los niños de 6 años y la ha triplicado entre los de 15 años.
La comida chatarra provoca directamente exceso de peso, ya que en una sola comida se ingiere más de la mitad de la energía diaria necesaria, teniendo aún que sumar el resto de lo que se come durante la misma jornada, y ahí claramente tenemos un exceso de oferta alimenticia. Estos alimentos, ricos en grasas, tienen ingredientes que elevan directamente el colesterol, siendo los mismos difíciles de digerir, los cuales, la mayor parte de las veces se presentan como comidas fritas.
La mayoría de las veces son alimentos muy salados (lo que altera el sentido del gusto), tienen ingredientes que potencian el sabor, estimulando el apetito y con el tiempo crean un hábito. Ese hábito, sin dudas, va generando condiciones para la adicción a este tipo de comidas, alterando inclusive el cerebro a nivel bioquímico.
Potencialmente, todos los alimentos son perjudiciales para la salud si se abusa de su consumo, pero los que se consideran comidas basuras, lo son aún más por necesitarse menores cantidades para producir efectos adversos, o por consumirse en mayores volúmenes, y es justamente por su facilidad de consumo que se la denomina (comida rápida).
Puede ocurrir que determinados grupos de la población, o los que padecen determinadas enfermedades previas, sean más sensibles a sus efectos. Suele relacionarse el consumo de comida basura, con la obesidad, las enfermedades del corazón, la diabetes del tipo II, las caries y la celulitis.
La comida chatarra le brinda al consumidor grasas, colesterol, azúcares y sal, mientras que una verdadera comida debe proveer fibras, proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales necesarios para el rendimiento del cuerpo. Los restaurantes de comida rápida nos brindan desde luego, este tipo de comidas, que además se consiguen en las cadenas de supermercados y kioscos.
Influyen decisivamente los procesos socioculturales, con sus grandes cambios, como la globalización, la nueva vida tecnológica, la urbanización, los cambios en el rol de la mujer, etc. Debemos tener en cuenta todos los factores antes nombrados, para poder entender cómo estos procesos afectan la comida y la nutrición de gran parte de la población mundial.
No podemos decir que la obesidad y las enfermedades adyacentes son causadas en su totalidad por la comida chatarra, pero sí es un factor principal del problema masivo de obesidad.
Un combo grande de comida chatarra (hamburguesa doble con queso, papas fritas, bebidas y postre) puede contener 2.200 calorías, las cuales, requerirían un maratón para quemar las mismas. Otra posible causa de la obesidad es la vida sedentaria, que se ha adoptado en la actualidad (fatal combinación para la salud).
Y ¿qué pasa con los niños? El gran poder de la influencia publicitaria, crea un desplazamiento de valores nutricionales que cualquier niño necesita en su desarrollo, causando así los problemas antes mencionados. La comida chatarra en sí, es una mercancía, que a los ojos de las industrias debe venderse a gran escala para obtener lucro de ella, no importa el valor nutricional de la misma, sino la mayor cantidad de ventas posibles.
Podemos afirmar, entonces, que la comida chatarra es reflejo de una economía que se basa en una sociedad capitalista y consumista. Por eso, desde muchos puntos de vista, la comida rápida o chatarra es un daño y no un bien para la sociedad.
Muchos hogares basan su alimentación en comidas de cocción rápida, como hamburguesas, salchichas, papas fritas, que contienen muchos conservantes para mantenerlos por más tiempo y mantienen precios bajos que ayudan a este consumo.
La buena alimentación, y por ende una nutrición adecuada, deben constituir una política de estado con creación de legislaciones y controles pertinentes al momento en que vivimos.
La población debe conocer, con mayor precisión, el contenido de los alimentos y tener los conocimientos actualizados para decidir un consumo más saludable. Esto debe ayudar a prevenir, la actual epidemia de obesidad o enfermedades relacionadas, lo cual va a impactar en las cifras de enfermedad y muerte que predominan actualmente en la salud pública.
Autor: Eduardo Tassano Máster en gerenciamiento en servicios y sistemas de salud Especial para época