Se trata de la defunción imprevista durante un evento
deportivo pese a los controles sanitarios previos, que resultaron negativos. El
90 % de estas muertes son causadas por problemas cardiacos, y de estos, el 90 %
por una arritmia grave llamada
fibrilación ventricular.
Cada tanto en noticia el fallecimiento de algún
deportista famoso o de alto rendimiento. Ello reaviva las dudas de los
mecanismos de la muerte súbita en los deportistas.
El deporte de alto rendimiento y de proyección
internacional es “aquel que implica una practica sistemática y de alta
exigencia en la respectiva especialidad deportiva”. Luego hay deportistas de
diferentes niveles de dedicación.
Se denomina muerte súbita en el deporte a la defunción
imprevista durante el evento deportivo pese a los controles sanitarios previos,
que resultaron negativos.
La muerte súbita es un deceso inesperado que ocurre
sin síntomas previos o con síntomas que comienzan poco antes de la muerte. EL
90 % de estas muertes son causadas por problemas cardiacos, y de estos, el 90 %
por una arritmia muy grave llamada fibrilación ventricular. Como consecuencia
de esta arritmia de corazón se detiene y deja de circular sangre.
La actividad física se considera un fiel reflejo del
estado de salud y de la calidad de vida de una sociedad, por lo que a la
opinión publica le cuesta comprender como un joven aparentemente sano puede
morir mientras muestra una gran
vitalidad en su práctica deportiva habitual.
Los casos de muerte súbita ocupan los titulares de la
prensa deportiva especialmente cuando ocurren en deportistas bien entrenados y
con un excelente rendimiento deportivo que, desgraciadamente, desconocían que
eran portadores de manera silenciosa de enfermedades cardiovasculares
potencialmente letales, a pesar de haber sido sometidos a distintos controles
médicos durante su vida deportiva.
Existen datos que indican que el deporte incrementa
sensiblemente el riesgo de sufrir una muerte súbita durante la realización de
una actividad deportiva intensa. La
distribución estacional y su mayor frecuencia en determinadas horas del día
apoyan este hecho.
En los deportistas de competición, entendiendo por
tales aquellos que participan en un deporte organizado, las muertes ocurren con
mayor frecuencia durante el otoño y la primavera, estaciones en las que se
celebran mayor numero de competiciones, y en la primera hora de la tarde,
conociendo con las horas que se desarrollan mayoritariamente los espectáculos
deportivos, mientras que los deportistas de tipo recreacional las muertes
ocurren en las primeras horas de la mañana y en las ultimas de la tarde,
coincidiendo con los momentos del día en que mas se realizan estas actividades.
Además, las personas que practican actividad deportiva
intensa presentan una incidencia mayor de muerte súbita que los no deportistas,
1,6 muertes por 100.000 frente a 0,75 por 10.000.
La patología cardiovascular, al igual que en la
población que no practica deporte, es la causa más frecuente de muerte súbita.
Entre el 74% y en 94% de las muertes no
traumáticas ocurridas durante la practica deportiva se deben a causas
cardiovasculares.
La identificación de los sujetos con riesgo permitirá
apartarlos de la práctica deportiva con el fin de reducir tal riesgo y
posiblemente prevenir una muerte súbita.
No obstante, la muerte súbita es por desgracia un fenómeno constatado y
en estrecha relación cronológica con la actividad deportiva. La mayoría de los eventos ocurren durante o
inmediatamente después del entrenamiento o la competición.
Cuando sucede una muerte súbita es fundamental contar
inmediatamente con un sistema de respuesta en emergencias conformado por
personal entrenado en reanimación cardiopulmonar (RCP) y por un cardiodesfribilador. Este último
es un aparato portátil con la capacidad de detectar la fibrilación ventricular
y administrar un choque eléctrico que es, en definitiva, la única forma de cortar esa
arritmia y hacer que el corazón vuelva a latir normalmente.
Por la tanto, aunque el abordaje cultural y legislativo
es muy diferente en cada país, las instituciones competentes deberían
establecer la normativa necesaria para llevar a cabo una resucitación
cardiopulmonar rápida y eficaz. Esto supondría la difusión entre la población
deportiva de la maniobras de resucitación cardiopulmonar básica y la
instalación de desfibriladores semiautomáticos en todos los lugares donde se
concentran las actividades deportivas (polideportivos, gimnasios, campus
universitarios etc.)
Es lícito destacar que la combinación de reanimación
cardiopulmonar (masaje cardiaco) y cardiodesfibrilación tiene alta
efectividad cuando es aplicada en los
primeros minutos. Cada minuto que pasa en una victima de muerte súbita sin
asistencia adecuada significa la perdida de un 10% de posibilidad de sobrevivir.
Por esta razón, resulta indispensable que los eventos deportivos exista al
menos un cardiodesfibrilador y un personal entrenado en reanimación
cardiopulmonar y desfibrilación.
Pero no solo en la práctica deportiva puede suceder
una muerte súbita sino también entre el público espectador. Por eso, es tan
importante aprender a realizar maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), y
a utilizar un desfibrilador. No es necesario ser un profesional de la salud
para esto. Se calcula que si la población
estaría entrenada en RCP, se podría salvar a más de la mitad de las 40.000
victimas de muerte súbita que se estima se producen al año en la
argentina.
¿Cómo prevenir la muerte súbita en deportistas?
Es muy importante la realización de estudios cardiológicos
precompetitivos y periódicos para detectar afecciones potencialmente mortales
que impidan la realización de prácticas deportivas de alto rendimiento. Sin
embargo es preciso considerar que, a pesar de un estudio correcto, no todos los
casos de muerte súbita pueden ser previstos y evitados.
Este estudio previo y profiláctico que se suelen hacer
es muy diferente en deportistas de base y en deportistas de elite.
Las federaciones deportivas deberían exigir cada año
al menos, interrogatorio completo con antecedentes personales y familiares,
EGG, de 12 derivaciones y ecocardiograma.
Seria aconsejable, aunque seguramente utópico un
Holter, ergometria y TAC cerebral.
Conclusión.
Se podrán prevenir mayor cantidad de casos que tanto
impactan en la opinión pública al producirse teniendo en cuenta lo siguiente:
Aunque la actividad física es beneficiosa para la
salud, supone un aumento del riesgo de muerte súbita, aclarando que nos
referimos a la actividad intensa y no a la actividad moderada que es la que recomendamos
a la población, como beneficiosa para la actividad física.
De todas maneras la saludable decisión de realizar
actividad física debe ir acompañada de un buen examen medico con estudios si es
necesario y en los deportistas de alto rendimiento son necesarios mayores
estudios.
En eventos deportivos, es fundamental contar con un
sistema de emergencias conformado por personal entrenado en reanimación
cardiopulmonar (RCP) y por un cardiodesfibrilador.
Dr. Eduardo Tassano
Máster en gerenciamiento en
servicios y sistemas de salud
Especial para época