Lucha mundial contra el tabaquismo
Dentro de las adicciones se destacan el tabaquismo y el alcoholismo como dos drogas legales de altísimo consumo en el mundo y que cualitativa y cuantitativamente son las que más daño producen en la salud pública mundial, tanto en forma directa como indirecta.
El tabaco constituye una de las mayores amenazas para la salud pública del mundo. Cada año mueren alrededor de 6 millones de personas en el mundo a consecuencia del consumo de tabaco. 5 millones lo han consumido en forma directa y más de 600.000 en personas no fumadoras expuestas al humo ambiental. Esa cifra se puede incrementar a 8 millones para el año 2030, y de no tomarse fuertes medidas preventivas, la situación podrá empeorar. Las pérdidas económicas en el mundo, relacionadas al tabaco, llegan hasta más de los 200 mil millones de dólares por año. En Argentina, los costos en salud relativos fueron de 7 mil millones de pesos en el 2006, mientras que los impuestos al tabaco fueron de 4.200 millones de pesos (MSP Nación 2006).
Es conocido que en las últimas décadas el conocimiento del daño que produce el tabaco en el organismo ha sido objeto de estudios e investigaciones que no han dejado dudas en cuanto al perjuicio que se produce.
Hoy se sabe que el tabaco es la primera causa de invalidez y muerte prematura en el mundo. Está directamente relacionado con 29 enfermedades, 60 tipos diferentes de cáncer y presente en más del 50% de las enfermedades cardiovasculares. Es responsable de las muertes en el 90% de las muertes de cáncer de pulmón (los estudios demuestran el aumento de mortalidad por cáncer en mujeres), y del 80 a 90% de las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas y enfisema (EPOC).
El consumo los lleva a la adicción, por el efecto de la nicotina que actúa sobre el sistema nervioso central. El fumador sufre una dependencia física y sicológica, por lo que así la supresión de la droga genera el síndrome de abstinencia. El hecho que la nicotina tiene efectos antidepresivos y calma la ansiedad, es el elemento que genera y perpetúa el consumo. El tabaquismo es por sí mismo una enfermedad, ya que genera una dependencia psicofísica y social y requiere tratamiento medicinal así como rehabilitación psicológica y tratamiento social, por lo tanto es una enfermedad que genera otras enfermedades y complicaciones.
Además de la nicotina y el alquitrán que es colocado para que el cigarrillo no se apague, se han identificado más de 4.000 sustancias nocivas para el cuerpo humano en el fatídico humo del cigarrillo. El consumo de tabaco nos produce daño de diferentes maneras:
a) En primer lugar el daño que el mismo produce en los pulmones, más concretamente en el alveolo pulmonar que es la unidad básica del funcionamiento pulmonar a partir del cual se realiza la incorporación del oxigeno al organismo, lo cual es vital para la vida. Desde ahí el oxigeno circula y llega a todas las células, las cuales básicamente funcionan con este como principal combustible. Estos alveolos se van destruyendo por la acción toxica de los componentes del tabaco, y esta destrucción quita o elimina superficies de alveolos con lo que la capacidad del pulmón para incorporar el oxigeno se ve disminuida hasta afectar los niveles del mismo. Por ende el oxigeno disponible cae dramáticamente y las células no pueden funcionar.
b) El otro gran daño es a nivel de los vasos sanguíneos, en los cuales los productos del tabaco producen “heridas” a nivel de la luz interna de los vasos favoreciendo roturas internas y obstrucciones lo cual estimula el desarrollo de la arteriosclerosis, esto con el tiempo genera los infartos tanto de corazón o cerebro u otros sectores del organismo.
c) El otro problema es el efecto cancerígeno, con sustancias que estimulan el crecimiento celular desorganizado configurando distintos tipos de cáncer. Primero el cáncer a nivel pulmonar, y otros como laringe, cavidad oral, estomago, hígado entre otros.
Comentábamos días atrás sobre la epidemia del siglo XXI que son las enfermedades crónicas no transmisibles. Estas están agrupadas en cuatro: las enfermedades cardiovasculares, las pulmonares crónicas, el cáncer y la diabetes. En las cuatro el tabaco actúa como determinante o predisponente. Sin lugar a dudas está demostrado lo nocivo del tabaco durante el embarazo. Además el tabaquismo es considerado una de las puertas de entrada para las adicciones con drogas ilegales como la cocaína, heroína, marihuana, porros, etc. Debe considerarse que Argentina es uno de los países de América donde los cigarrillos son más baratos; si el precio subiera un 10%, se reduciría el consumo un 8% y desalentaría el inicio del hábito.
Es importante conocer otros datos, que son simples pero llegarán a situaciones difíciles en este siglo: para el año 2050, morirán 500 millones de personas por tabaquismo, de los cuales el 50% será en niños y adolescentes. En tanto, para fines del Siglo XXI, 1000 millones morirán en el mundo por fumar (OMS; UN).
No hay lugar a dudas que el consumo de tabaco mata y produce enfermedad irreversible a edad más joven. Por ello el tabaquismo constituye la primera causa de las muertes prevenibles según la Organización Mundial de la Salud. Según este organismo, un tercio de la población mayor de 15 años consume tabaco (en todo el mundo), predominantemente en los países de ingresos bajos. Es en estos países donde la salud pública esta más afectada por el consumo de tabaco.
En Argentina mueren alrededor de 40.000 personas por año, relacionadas al tabaquismo; y lo que es más grave aún, es que mueren 6.000 personas por año que no fuman, pero conviven o trabajan en ambientes viciados por el fumar. Hay que considerar que hasta los niños reciben diferentes sustancias del humo ambiental, ya que este se “esfuma en segundos”, pero las partículas quedan, y contaminan el ambiente desde un minuto hasta unos 15 días; lo que hace que muchos niños adquieran enfermedades relacionadas (otitis, asma, alergia, trastornos de garganta, irritación ocular, muerte súbita del lactante).
Podemos considerar que el tabaco tiene ingredientes que lo componen, luego están las emisiones que son las que capta el organismo de los fumadores y la exposición que es la parte del humo que realmente absorbe el organismo.
Las estrategias para disminuir el consumo en el mundo están dirigidas principalmente a las emisiones del tabaco.
Ante esta situación las autoridades mundiales de la salud y muchos estadistas de diferentes países vienen trazando estrategias mundiales en la lucha contra este flagelo. En 1996 se firmó el convenio marco para la lucha antitabáquica que fue promovida por la Organización Mundial de la Salud y está en vigencia en el mundo desde febrero de 2005. Esta propuesta es llevada a los diferentes países para que los gobiernos promuevan legislaciones y medidas que lleven a disminución del consumo.
Es un tratado ejemplo que han suscripto más de 170 partes que representan el 87% de la población mundial. Es el instrumento más importante del control del tabaco que dispone la OMS y marca un hito en la promoción de la Salud Pública. Es un tratado que busca que la gente tenga el nivel más alto de salud, dota de elementos jurídicos a la cooperación sanitaria internacional y establece criterios estrictos para vigilar el cumplimiento de las normas antedichas. El tratado es amplio y desde la OMS se han generado medidas que corresponden a diferentes disposiciones del tratado y consisten en a) vigilar el consumo de tabaco y las medidas de prevención, b) proteger a la población del humo del tabaco) ofrecer ayuda por el abandono del tabaco, d) advertir de los peligros del tabaco, e) hacer cumplir las previsiones sobre publicidad y patrocinio, f) aumentar los impuestos al tabaco.
Como dato no menor recordemos que la OMS instauró el 31 de mayo de cada año como Día Mundial sin Tabaco. Lo interesante es que en muchos países se realizan celebraciones, seminarios, reuniones, movimientos en plazas, colegios, músicas de rock para jóvenes y adolescentes, etc, que hacen que estas “movidas” lleguen a la gente a través de la comunidad toda.
En Argentina todavía el congreso nacional no ha adoptado al Convenio Marco, lo que constituye una deuda pendiente que tiene nuestro país en la lucha antitabáquica. De todas las medidas se han reportados buenos resultados en aquellas en las que en la que en el paquete de cigarrillos se explican las enfermedades o daños que produce el tabaco y las medidas en los estados, provincias o comunas que tienden a la búsqueda de ambientes libres de humo. Estas medidas han logrado reducir la incidencia de las enfermedades por tabaco. En esta búsqueda de la mejor salud para la población la lucha antitabáquica es una prioridad que esperemos se concrete favorablemente en plazos razonables.
Autor: Eduardo Tassano Máster en Gerenciamiento en Sistemas y Servicios de Salud