OPINIONES – Dr. Eduardo Tassano

jueves, 1 de agosto de 2013

Ataque cardíaco, síntomas







En muchas ocasiones nos asustamos por diferentes situaciones que nos hacen pensar que el corazón está funcionando mal o a punto de sufrir un ataque. ¿Cuándo debemos alarmarnos y cuando concurrir a la consulta para sacarse las dudas?  

 
Recordemos primero los síntomas más importantes que denotan posibles problemas del corazón. Ellos son el dolor de pecho (angina de pecho), la falta de aire (disnea), la pérdida de conocimiento (síncope) y las palpitaciones.
 
“Dolor de pecho” o dolor Precordial

En general aparece tras ejercicio físico o una situación de stress. Se localiza en región precordial (retro esternal o zona de la corbata), de intensidad variable, generalmente fuerte. Se siente muchas veces como una opresión, a veces como un desgarro, o una quemazón,  y en casos graves se acompaña de transpiración profusa y vómitos. Se puede irradiar al cuello u hombro izquierdo o ambos hombros o a la boca del estomago, o hacia la mandíbula, o brazo izquierdo o dos o más de ellos,  puede durar pocos minutos y calmar con el reposo. Si dura entre 15 a 30 minutos podemos estar en presencia de un infarto del corazón, es decir el “ángor prolongado”. Y es la más comúnmente asociada a los “ataques del corazón que es a lo que nos referiremos más adelante.
 
Disnea o falta de aire 

Es la sensación consciente de respiración inadecuada y la necesidad de aumentar la actividad respiratoria. El paciente siente que se ahoga o no puede respirar. La disnea puede ser de esfuerzo; ya que aparece al realizar grandes, medianos o pequeños esfuerzos. En el enfermo cardíaco la disnea es progresiva. Otros tipos son la disnea de posición: puede alcanzar distintos grados de intensidad, siendo progresiva al estar más acostado. Se alivia al estar en posición sentado. En otros casos tenemos lo que se llama disnea paroxística: aparece durante la noche mientras se duerme. Esto obliga a despertarse súbitamente creando una situación de desesperación al no poder recibir la cantidad necesaria de aire. El último grado y el más grave es la disnea de reposo, que aparece incluso sin realizar algún tipo de esfuerzo. Este síntoma puede denotar enfermedad cardíaca o respiratoria entre los principales, lo que sí o si hay que hacer es consultar lo antes posible y a veces de manera urgente.
 
Síncope

Es cuando la persona se “desmaya”, síntoma que se caracteriza por la pérdida brusca y transitoria de la conciencia debido a la disminución de la llegada de sangre al cerebro en forma global y transitoria. La pérdida de la conciencia puede ser brusca y la persona golpearse o darse cuenta y caer lentamente. Lo importante es reconocer a la pérdida de conocimiento como un síntoma grave y que puede ser, además de cardíaco, de origen neurológico, por lo que en estos casos hay que extremar la búsqueda de las causas entre el cardiólogo y el neurólogo. En general el síncope cardíaco dura poco tiempo y el neurológico no. Exige una consulta rápida.
 
Palpitaciones 

Es cuando la persona percibe conscientemente los latidos cardíacos bajo forma de un golpe en el pecho más o menos intenso y más o menos molesto. A veces esta sensación se extiende al cuello y la garganta. La sensación puede ser de golpe aislado o golpeteo rápido que puede ser regular o irregular. Muchas veces la gente lo denomina “taquicardia” y se asocia a las disrritmias o arritmias del corazón. También hay otras causas de otro origen que deben ser evaluadas. Estas arritmias pueden ser benignas o peligrosas. A veces comienzan en forma repentina o a veces son precedidas por algún hecho que el paciente reconoce fácilmente. La consulta por este síntoma obliga en general a una serie de estudios sobre todo de origen cardiológico.

En la mayoría de los casos estos principales síntomas aparecen y dan tiempo para la consulta, lo que no hay que hacer es dejar pasarlo por alto y lo importante es acudir a un centro de atención de la salud lo antes posible. La complejidad del centro donde el paciente deberá concurrir la determinará el médico.
 
¿Qué es un  ataque cardíaco?  

Muchas veces es sinónimo de infarto de miocardio o síndrome coronario agudo. Se produce cuando parte del músculo cardíaco se daña o muere debido a que no está recibiendo suficiente cantidad de oxígeno, normalmente, la sangre de las arterias coronarias lleva oxígeno al músculo cardíaco, la mayoría de los ataques cardíacos se producen cuando una obstrucción hace más lento o detiene el flujo de sangre a través de estas arterias.

Las personas que se encuentran en mayor riesgo de sufrir un ataque al corazón son los hombres, personas mayores de 65 años y quienes padezcan hipertensión (presión arterial elevada), colesterol alto, obesidad, diabetes o antecedentes familiares de enfermedad cardíaca.

Si bien el dolor de pecho súbito y desgarrante es el elemento clásico del ataque, no todos los ataques cardíacos comienzan con el dolor de pecho que se muestra en la televisión o las películas. Por ejemplo, la tercera parte de los pacientes de un estudio que tuvieron ataques cardíacos no presentaron dolor en el pecho. Estos pacientes eran, por lo general, de edad avanzada, de sexo femenino o diabéticos. Muchos ataques cardíacos comienzan lentamente, con dolor o molestias leves. Los ataques cardíacos que se presentan sin síntoma o con síntomas muy leves se conocen como ataques cardíacos silenciosos.

Otros signos y síntomas de un ataque cardíaco consisten en la aparición de molestias en la parte superior del cuerpo (en un brazo o en ambos, en la espalda, el cuello, la mandíbula o la parte superior del estómago), dificultad para respirar, que puede presentarse al tiempo con las molestias del pecho o antes de estas, náuseas (ganas de vomitar), vómito, aturdimiento leve o mareo súbito, y sudor frío, dificultad para dormir, cansancio o falta de energía.
 
¿Qué hacemos ante un posible ataque? 


Teniendo en cuenta que esto puede constituir un momento peligroso y más si consideramos que en el caso de un infarto la iniciación más precoz del tratamiento implicará un mejor pronóstico y por ende una mejor evolución del tratamiento.

Llame al 107 de inmediato para solicitar ayuda si cree que usted o alguien está teniendo un ataque cardíaco, si ya tiene dolor de pecho de antes y el dolor no desaparece con el tratamiento que le recomendaron con más razón. No conduzca al hospital ni deje que otra persona lo lleve en auto. Llame a una ambulancia para que, de camino hacia el servicio de urgencias, el personal médico pueda iniciar el tratamiento que podría salvarle la vida.
Si usted está solo, quite el cerrojo a la puerta para permitir que el personal de emergencia ingrese en su hogar, siéntese en una silla cómoda y espere a que llegue la ayuda, deje un teléfono cerca, y no dude en volver a usarlo. Si alguien lo ayuda, déle las indicaciones con calma. La calma es imprescindible para superar estos difíciles momentos.

Eduardo Tassano Máster en gerenciamiento en servicios y sistemas de salud.Especial para época