Pocas mujeres saben que las enfermedades vasculares son ocho veces más
mortales que el cáncer de mama.
Existe la
creencia que el infarto de miocardio y las enfermedades del corazón afectan más
a los hombres que a las mujeres. Es realmente así? ¿Mueren más hombres de infarto que las mujeres?
El análisis por
género indica que en los hombres es más frecuente la enfermedad coronaria. Sin embargo la primera causa de muerte en las
mujeres son las enfermedades cardiacas, sobre todo las relacionadas con el
infarto del corazón o enfermedad de las arterias coronarias, más que el cáncer
u otras enfermedades.
Las enfermedades
del corazón son muchas y de varios tipos. Dentro de ellas está la enfermedad
coronaria que es la enfermedad que origina los infartos de miocardio o infartos
del corazón. Esta última esta dentro de las enfermedades cardiovasculares y
constituyen la causa más importante de
morbimortalidad en el mundo, tanto para hombres como mujeres. Estas
enfermedades cardiovasculares están relacionadas con los malos hábitos como la
mala alimentación y la inactividad física entre otras causas.
Recordemos lo
que es un infarto: este se produce cuando alguna de las arterias que
llevan la sangre al corazón es decir las arterias coronarias, sufren una
obstrucción que impide el paso normal de la sangre lo que genera falta de
oxigeno en el miocardio y genera, si la obstrucción persiste, un infarto de
miocardio.
Las mujeres no
cuidan su corazón como deberían. Un estudio llevado a cabo por la Comisión de
la Mujer y la Cardiología de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA) reveló
que ellas consideran el cáncer, sobre todo el de mama, y el estrés como sus
principales problemas de salud. Solo una de cada diez nombró a los problemas
cardiacos. Según esta entidad, pocas saben que las enfermedades vasculares son
ocho veces más mortales que el cáncer de mama. También otros estudios revelaron
que la enfermedad cardiaca en la mujer es ignorada tanto por las pacientes como
por los propios profesionales.
Otra de las
razones de la falta de atención a la salud cardiovascular surge de la creencia
popular de que ellas no fallecen por culpa de estas enfermedades, porque las
arterias están protegidas contra los factores de riesgo (obesidad,
hipertensión, colesterol y diabetes, entre otros) gracias a los estrógenos. La
realidad es que esta protección solo dilata el tiempo de desarrollo hasta la
menopausia, momento en el que se desvanece. De hecho, la enfermedad coronaria
se da más tarde en las mujeres que en los hombres, pero no por ello es menos
frecuente.
El tema es que
los infartos en las mujeres o los problemas coronarios aparecen 10 a 15 años más
tarde que los hombres, en el hombre entre los 45 y 55 años, en las mujeres
entre los 55 y 65 años. Esto coincide con la etapa de la menopausia donde no
cuenta con los estrógenos.
Ante un
infarto o una angina inestable las
mujeres tienen síntomas más inespecíficos. Esto hace realmente mas difícil el diagnostico clínico.
Los síntomas son más difusos y la mujer minimiza lo que le está pasando. Y en
general no acude al médico.
En principio
no tiene el dolor característico, en el centro del pecho, como le ocurre al hombre y tiene como una sensación
de ardor en el pecho o la boca del estomago, o indigestión, o fatiga… o
insomnio, todo mas inespecífico y en general concurre mas tarde a la consulta. Inclusive
muchas veces las mujeres tienen infartos silentes es decir un cuadro que no da
síntomas.
Lo otro es que
hay una tendencia a atribuir los síntomas de enfermedad del corazón a cuadros
de ansiedad, o pánico, o depresión o estrés
y se subdiagnostica lo cardiaco.
Para complicar
las cosas podemos decir que los estudios de diagnostico como la ergometría u
otros estudios funcionales son de interpretación más difícil en las mujeres.
La otra
diferencia en este caso anatómica es que
las arterias coronarias en las mujeres son más delgadas y tortuosas lo que hace
que los procedimientos de tratamiento de los infartos sean más dificultosos
como la angioplastia coronaria o la cirugía.
Sin embargo el
dato más fuerte es que las mujeres en el primer año después del infarto, mueren más que los hombres, por las
complicaciones. Los hombres tienen 25% de mortalidad en el primer año y
mientras que las mujeres sube al 40 %.
Lo importante
en las mujeres es no minimizar los síntomas, acudir al médico y más aun cuando existen
factores de riesgo que predisponen a
enfermedad coronaria.
Entre los
factores de riesgo en primer lugar hay que tener en cuenta la genética que es
un predisponente de primer orden. Luego tenemos factores de gran peso como la hipertensión arterial, tabaquismo, diabetes,
sedentarismo, sobrepeso u obesidad,
estrés.
Sumados a los
factores de riesgo habituales de enfermedad coronaria, los anticonceptivos
orales pueden representar un mayor riesgo para las mujeres, en especial, en
quienes asuman otros factores peligrosos, como el hábito de fumar. Si bien no se sabe totalmente los
investigadores creen que las píldoras anticonceptivas elevan la presión
arterial y los niveles de glucemia (azúcar en sangre) en algunas, además de
aumentar el riesgo de formación de coágulos sanguíneos. De hecho, su uso en mujeres fumadoras mayores
de 35 años está relativamente contraindicado.
El mayor
riesgo que la diabetes implica también puede explicarse por el hecho de que la
mayoría de las pacientes diabéticas suelen presentar otros factores de riesgo
como el sedentarismo, la obesidad, tener colesterol elevado o ser hipertensas.
Como sucede con el colesterol, los síntomas sólo aparecen en las etapas
avanzadas. Es recomendable siempre tener
un análisis de glucemia para adelantarse a los problemas que genera la
diabetes. Y en caso de tener diabetes ver si la enfermedad está totalmente
controlada.
Afortunadamente,
la comunidad médica está comenzando a adaptarse a esta nueva realidad de la
mujer. Por otro lado, las mujeres están tomando conciencia que para reducir el
riego cardiovascular se deben valorar cuidadosamente los factores de riesgo
(principalmente luego de la menopausia), incluyendo la evaluación del
colesterol, la presión arterial, el azúcar en sangre y el peso corporal. Se
debe estimular a la mujer a realizar una dieta saludable, ejercicio físico y
categóricamente abandonar el cigarrillo.
Recuerde,
pequeñas modificaciones en su estilo de vida pueden traer enormes beneficios en
su salud.