OPINIONES – Dr. Eduardo Tassano

jueves, 2 de enero de 2014

Hipertensión arterial en jóvenes




Se trata de una enfermedad considerada más frecuentemente en los adultos mayores de 40 años. Sin embargo esta patología se presenta a edades cada vez menores. Se estima que 10 por ciento de los jóvenes de la población mundial la padecen. El porcentaje se aplica tanto al segmento entre 20 a 30 años como para los adolescentes. 


Por consenso se define HTA como el hallazgo persistente de valores de presión arterial sistólica iguales o superiores a 140 mmHg o de presión diastólica iguales o superiores a 90 mmHg. No obstante en general se buscan los valores de 120/80 o la presión más baja que puede tolerar la persona.

En la gran mayoría (90-95%) de los casos, la causa de la hipertensión es desconocida y a ellas se les conoce como “Hipertensión Primaria o Hipertensión Esencial”. Y en el 5 -10% de los pacientes hipertensos se identifica una causa, denominándose a este tipo  “Hipertensión Secundaria”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la hipertensión como un mal silencioso, que afecta a grandes y a chicos y que puede no presentar síntomas durante años. Ocurre cuando aumenta la presión dentro de las arterias, lo que la convierte en factor de riesgo de accidentes cerebrovasculares, insuficiencias cardíacas, infartos y lesiones en el riñón.

 Como decíamos, existen dos tipos de hipertensión: la esencial o primaria y la secundaria.
La esencial: es la que padece el 90 por ciento de los hipertensos. Tal como lo expresáramos la causa de su aparición es desconocida y puede ser ocasionada por dietas hipersaladas, obesidad, sedentarismo o tendencia genética.

La secundaria: afecta al 10 por ciento de los hipertensos. Aparece como consecuencia de una enfermedad previa como lesiones renales o alteraciones hormonales, entre otras, y es probable que desaparezca cuando se cura la enfermedad.

En todos los casos, la presión alta está relacionada con los daños de los llamados órganos blancos: arterias, riñón y cerebro.

Las condiciones de vida de este grupo etario (jóvenes) lo deja bastante mal parado frente a este escenario, fundamentalmente porque la patología  normalmente es asintomática, pero no por eso inocua. Los jóvenes no suelen controlarla ni acudir a consultas médicas periódicas, lo cual imposibilita la detección temprana. El consumo de alcohol en exceso es parte del hábito de muchos, además del tabaquismo, los cuales, de la mano de una dieta inadecuada y el sedentarismo, son factores predisponentes  de altísimo impacto.

En estas circunstancias pueden tener su presión sanguínea elevada durante muchos años antes de que sea detectada y reciba tratamiento. Así es cuanto más tiempo se pasa sin tratamiento se produce un mayor daño. Por lo que un joven puede estar 15 a 20 años hasta que se diagnostique.

Los expertos coinciden en que, cuando la hipertensión se detecta precozmente, es posible equilibrarla modificando hábitos y hasta se puede revertir en el 90 por ciento de los casos. Pero después de que se estableció en forma permanente la medicación suele ser la única alternativa.

La hipertensión arterial adopta diferentes características entre las personas de mayor o menor edad pero su comportamiento en cuanto al daño orgánico y riesgo cardiovascular es el mismo, por lo que diagnosticarla y tratarla es un asunto de vital importancia independientemente de la edad.

Hasta hace no muchos años se consideraba que la hipertensión en jóvenes estaba asociada a causas de hipertensión secundaria. Es decir causas relacionadas con las enfermedades de las suprarrenales, renales, y en mujeres los anticonceptivos.
Sin embargo, no es la hipertensión secundaria la que ha aumentado sino la hipertensión primaria o esencial. En un estudio del Instituto del Corazón, Pulmón y Sangre de los Estados Unidos publicado en 2010 se encontró que la cantidad de personas jóvenes con hipertensión arterial se había duplicado en un lapso de veinte años, y que entre los hipertensos el 20% eran adolescentes.

Una ventaja de los jóvenes es que tienen más posibilidades de reducir hasta casi hacer desaparecer los riesgos asociados a la hipertensión con un buen control médico y cambiando algunos hábitos de vida. No obstante, modificar conductas no es tan sencillo en especial cuando el paciente ignora su condición. Durante el Programa de Detección Precoz de Hipertensión Arterial en la Comunidad, realizado en el Hospital Pirovano de la Ciudad de Buenos Aires, se halló que las personas jóvenes carecían en general de conductas de prevención relacionadas con su salud y no se medían la presión arterial con la frecuencia necesaria, el 25% hacía más de tres años que no se controlaba; más de la mitad de las personas a quienes se diagnosticó hipertensión tenía menos de 40 años de edad.

En los adolescentes y jóvenes los médicos no deben omitir el control de la presión arterial. Esta rutina hará que el diagnóstico sea mejorado con aumento importante de la detección. 

El estilo moderno de vida tiene relación directa con esta epidemia, así el aumento de la obesidad en los jóvenes, más la "comida chatarra", que llena de grasa las arterias, y el sedentarismo caracterizado por las horas ante el televisor y la disminución de la actividad física ayudan a que suba la presión.

 Los casos de hipertensión en jóvenes pueden ser controlados perfectamente sin medicación. Sin dudas nada reemplaza a la actividad física. Paradojalmente hay preocupación en muchos países por la disminución del interés de los jóvenes en las clases de educación física y por la merma en el interés en practicar deportes.
La búsqueda y tratamientos principales son orientados a los tratamientos de la hipertensión esencial. Cuando hay resistencia al tratamiento es recomendable iniciar todos los estudios para detectar hipertensión secundaria, ya que en general si hay causa y se corrige, se corrige la hipertensión arterial.
¿Cuáles son los tipos de hipertensión secundaria?

a) Hipertensión renovascular: ante una obstrucción de la arteria renal, lo que no permite un adecuado flujo de sangre del riñón.

b) Hipertensión nefrógena: se origina por daños en el tejido renal. Por una infección crónica.

c) Enfermedades endocrinas: un tumor en las glándulas suprarrenales o la tiroides entre otras.

d) Otras causas: coartación de aorta, adicciones, etc.

El clínico debe sospechar hipertensión secundaria ante la siguiente situación: presión arterial no controlada con un tratamiento correctamente cumplido con 3 fármacos antihipertensivos, incluyendo un diurético en cualquiera de las recomendaciones. De igual modo la sospecha irá orientada en pacientes  jóvenes con HTA moderada o grave desde el comienzo del cuadro de hipertensión; o jóvenes con HTA refractaria al tratamiento; o jóvenes con complicaciones derivadas de la HTA.     
      
 Históricamente en jóvenes se piensa en hipertensión secundaria pero como decíamos la hipertensión esencial es la que está rompiendo todos los récords.

Planes educativos con valorización extrema de las clases de educación física, programas comunitarios de promoción del deporte en los barrios, promoción del deporte federado con estímulo a la creación de infraestructura deportiva, ciudades que predispongan a la actividad física, espacios al aire libre, sendas para peatones, bicisendas, promoción de la actividad física en los ámbitos laborales son algunas de las medidas que pueden estimular a nuestra sociedad a mejorar los hábitos y disminuir la incidencia de estas enfermedades, que tanto inciden en la calidad y cantidad de vida de todos.  

Autor: Eduardo Tassano
Fuente: Máster en Gerenciamiento en Servicios de Salud