En Argentina, más de 2.5
millones de personas sufre de diabetes, 250.000 de los diabéticos en Argentina
son adolescentes.
La Diabetes integra el cuarteto de las Enfermedades Crónicas no
Transmisible completando el grupo
integrado por las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y las enfermedades
respiratorias crónicas. Estas entidades son la principal preocupación de la
salud pública en el mundo.
Tal es así que son consideradas la epidemia del
siglo XXI. El 14 de noviembre se celebra el día mundial de la diabetes. Fecha
que se aprovecha para concientizar sobre esta multifacética y frecuente
enfermedad en conmemoración al nacimiento de
Frederick Grant Banting, quien nació el 14 de noviembre de 1891 que fue,
quien junto a Charles Best, logró aislar
por primera vez la insulina en 1921. Gracias a este hallazgo la diabetes pasó
de ser una enfermedad mortal a ser una enfermedad controlable.
La insulina es la hormona producida por el páncreas que inicia la
utilización de la glucosa por parte de las células del organismo. Al fallar la
insulina, el organismo produce un mal manejo
de la glucemia, principal molécula de los hidratos o de carbono o azucares,
que a su vez son la principal fuente de
energía del organismo.
El efecto de la diabetes no controlada es la hiperglucemia (aumento
del azúcar en la sangre), que con el tiempo daña gravemente muchos órganos y
sistemas, especialmente los nervios y los vasos sanguíneos.
En Argentina, el 8% de la población (más de 2.5 millones) sufre de
diabetes. El 10% (250.000) de los diabéticos en Argentina son juveniles.
En el mundo hay más de 347 millones de personas con diabetes. Se
calcula que en 2012 fallecieron 1,5 millones de personas como consecuencias del
exceso de azúcar en la sangre en ayunas. Más del 80% de las muertes por
diabetes se registran en países de ingresos bajos y medios.
La diabetes aumenta el riesgo de cardiopatía y accidente vascular
cerebral (AVC). Un 50% de los pacientes diabéticos mueren de enfermedades
cardiovasculares (principalmente cardiopatía y AVC). Tambien puede afectar la
sensibilidad de los nervios , la retina, provocando ceguera, llevar al fallo
renal entre los principales daños.
En los pacientes con diabetes el riesgo de muerte es al menos dos
veces mayor que en las personas sin diabetes.
La diabetes puede ser:
-
tipo 1: ausencia de insulina desde los
primeros años, llamada infanto juvenil
-
tipo 2 en donde hay poca
insulina o mal funcionamiento de la misma, muy asociada a sobrepeso y que se da
principalmente en los adultos.
Según proyecciones de la OMS (Organización mundial de la Salud), la
diabetes será la séptima causa de mortalidad en el 2030. Se ha demostrado que
medidas simples relacionadas con el estilo de vida son eficaces para prevenir
la diabetes de tipo 2 o retrasar su aparición: La dieta saludable, la actividad
física regular, el mantenimiento de un peso corporal normal y evitar el consumo de tabaco son algunas de
esas medias.
Es muy bueno mantenerse activo físicamente: al menos 30 minutos de
actividad regular de intensidad moderada la mayoría de los días de la semana;
para controlar el peso puede ser necesaria una actividad más intensa.
Consumir una dieta saludable que contenga entre tres y cinco
raciones diarias de frutas y hortalizas y una cantidad reducida de azúcar y
grasas saturadas.
Evitar el consumo de tabaco, puesto que aumenta el riesgo de sufrir
enfermedades cardiovasculares.
Una duda frecuente es qué
alimentos se pueden consumir y cuáles no. Está claro que no existen dietas
esquematizadas, iguales para todos los pacientes. La absorción de esos mismos
nutrientes es diferente en cada paciente, de acuerdo a su metabolismo, a la
combinación de los alimentos, a la práctica de actividad física, etc.
Por lo tanto, las
recomendaciones generales pueden adaptarse, ajustarse o ampliarse de acuerdo a
estos factores y al manejo del paciente de sus glucemias.
La utilización de los hidratos de carbono dentro de su plan de
alimentación, permite sostener en forma crónica, una buena adhesión a la dieta,
facilitando la variedad en cuanto a sabores, colores y aporte de nutrientes.
Los carbohidratos que no se recomiendan, como generalidad en el
diabético son los de absorción rápida, como azúcares, jalea, mermeladas,
golosinas, helados, confituras, productos de repostería ó toda preparación a la
que se le agregue azúcar.
Los carbohidratos complejos
que encontramos en alimentos como
cereales, legumbres, papa, choclo, harinas, banana, entre otros, son de
absorción lenta (no producen aumentos rápidos en los niveles de glucemia)
pueden utilizarse en las cantidades recomendadas con tranquilidad.
La incorporación de fibra, como aportan diferentes cereales
integrales, legumbres, choclo, etc., permiten que la absorción de los
carbohidratos sea aún más lenta y en menor proporción.
Por último es evidente que los edulcorantes son de suma utilidad en
el reemplazo del azúcar. Sociedades
científicas reafirman que éstos son seguros, mientras su consumo se dé dentro
de los niveles de ingesta diaria establecidos por las agencias reguladoras. Hay
mas dudas en su utilización con los niños,
donde no está totalmente definido su uso. No existen edulcorantes
específicos para adultos o niños y adolescentes. Para cada uno de los tipos
comercializados se han establecido las dosis seguras de consumo (expresadas
como ingesta diaria aceptable o admisible-IDA-, típicamente 100 veces menor que
la dosis observada como causante de toxicidad en animales), expresadas en mg
por kg de peso.
Dentro de los edulcorantes aprobados por la FDA y disponibles en
nuestro mercado se encuentran: sacarina de sodio, ciclamato de sodio (aprobado
en Europa, por no en EE.UU), aspartame, sucralosa, acesulfamo de potasio y
stevia (a diferencia de los anteriores, es un edulcorante natural).
Además, análisis de estudios
realizados a lo largo del tiempo en niños y adolescentes, muestran resultados
contradictorios, sin poder concluir claramente que favorezcan la ganancia de
peso, pero tampoco que ayuden a su disminución. De todas maneras en los adultos
es un arma de primer nivel para el manejo de la diabetes.
El estilo de vida es uno de los 4 determinantes de la salud pública.
El mundo moderno globalizado, sedentario y con alimentos hipercalóricos, no
favorece para nada la vida sana. En la
diabetes la modificación del mismo es de vital importancia para el control de
esta enfermedad. Por ello el incremento de la actividad física y la dieta
saludable son armas de primer nivel en esta enfermedad.
Dr Eduardo Tassano
Magister en Gerenciamiento en Servicios y Sistemas de Salud.