El deporte es
toda aquella actividad física que involucra una serie de reglas o normas a
desempeñar dentro de un espacio o área determinada (campo de juego, cancha,
pista, etc) a menudo asociada a la competitividad deportiva. Por lo general
debe estar institucionalizado (federaciones, clubes), y requiere competición
con uno mismo o con los demás.
Como término solitario, el deporte se refiere
normalmente a actividades en las cuales la capacidad física del competidor es la forma primordial para
determinar el resultado (ganar o perder); sin embargo, también se reconocen
como deportes actividades competitivas que combinen tanto físico como intelecto,
y no sólo una de ellas.
El deporte tiene
una gran influencia en la sociedad; destaca de manera notable su importancia en
la cultura y en la construcción de la identidad nacional. En el ámbito
práctico, el deporte tiene efectos tangibles y predominantemente positivos en
las esferas de la educación, la economía y la salud pública.
En el terreno educativo, el deporte juega
un papel de transmisión de valores a niños, adolescentes e incluso adultos. En
conjunción con la actividad física se inculcan valores de respeto,
responsabilidad, compromiso y dedicación, entre otros, sirviendo a un proceso
de socialización y de involucración con las mejoras de las estructuras y
actitudes sociales. El deporte contribuye a establecer relaciones sociales
entre diferentes personas y diferentes culturas y así contribuye a inculcar la
noción de respeto hacia los otros, enseñando cómo competir constructivamente,
sin hacer del antagonismo un fin en sí. Otro valor social importante en el
deporte es el aprendizaje de cómo ganar y cómo saber reconocer la derrota sin
sacrificar las metas y objetivos.
En el apartado económico, la influencia del
deporte es indudable, debido a la cantidad de personas que practican el deporte
así como las que lo disfrutan como espectáculos de masas, haciendo de los
deportes importantes negocios que financian a los deportistas, agentes, medios,
turismo y también indirectamente, a otros sectores de la economía.
El Deporte
es sin ninguna duda un vehículo ideal para la transmisión de valores, pero
también es extraordinario su aporte a la salud, tanto física como espiritual.
La primera alude a una mejora general en el organismo, en tanto la segunda se
vincula con su inmensa capacidad para irradiar optimismo, alegría de vivir, y
otorgarle sentido a la vida.
El aspecto de entretenimiento del deporte,
junto al crecimiento de los medios de comunicación y el incremento del tiempo
de ocio, ha provocado que se profesionalice el mundo del deporte.
Esto ha conducido a cierta polémica,
ya que para el deportista profesional puede llegar a ser más importante el
dinero o la fama que el propio acto deportivo en sí. Al mismo tiempo, algunos
deportes han evolucionado para conseguir mayores beneficios o ser más
populares, en ocasiones perdiéndose algunas valiosas tradiciones. El aumento de
la competitividad a veces lleva a practicas desleales “para lograr el triunfo”,
y esa es la faceta mala del deporte.
Analizando el tema salud tenemos cuatro aristas a considerar:
1) Deportistas
de alta competencia: La tecnología se encuentra presente desde la
nutrición hasta el tratamiento de lesiones, incrementando el potencial del
deportista. Los atletas contemporáneos son capaces de practicar deporte a
mayores edades, recuperarse más rápidamente de lesiones y entrenar de forma más
efectiva que en generaciones anteriores. Un aspecto negativo de la tecnología
aplicada al deporte consiste en el diseño y consumo de sustancias dopantes, las
cuales mejoran el rendimiento del deportista hasta muy altos niveles, en ocasiones
llegando a afectar seriamente la salud
del mismo, pudiendo ocasionar daños irreversibles en el cuerpo o incluso la
muerte. Por esta razón, en un gran número de deportes, dichas sustancias están
prohibidas por los distintos órganos reguladores del deporte a nivel
profesional, pudiendo significar su consumo la descalificación o la
inhabilitación del infractor.
2) El deporte
en la sociedad: La práctica del deporte eleva
también el bienestar y la calidad de vida de la sociedad por los efectos
beneficiosos de la actividad física, tanto para la salud corporal como la
emocional. Las personas que practican deporte y otras actividades no
sedentarias con regularidad suelen sentirse más satisfechos y experimentan,
subjetivamente, un mayor bienestar.
El fenómeno del deporte como representación de
la sociedad también se explica por su
importancia como espectáculo. En este rol, los encuentros deportivos sirven
para afirmar el valor y las aptitudes físicas no solo de los jugadores, sino de
la comunidad a la que representan. Es común que los resultados en las
competiciones internacionales sean interpretados como una validación de la
cultura y hasta del sistema político del país al que representan los
deportistas. Este aspecto del deporte puede tener efectos negativos, como
estallidos de violencia durante o tras las competiciones. Por otro lado, el
deporte es considerado como un medio para disminuir la violencia y delincuencia
en la sociedad.
3) El deporte no competitivo en la población: Al practicar algún deporte en forma regular sin cometer abusos ni
sobre entrenamientos, se está favoreciendo al funcionamiento del cuerpo. Cada
órgano o sistema tiene una reacción determinada cuando se hace ejercicio. De
esta manera usted cuida su salud física y mental.
El deporte beneficia
al sistema cardiovascular, reduciendo el riesgo de arterioesclerosis y la
posibilidad de un accidente coronario. Baja la presión sanguínea, ayuda a
adelgazar y facilita el trabajo del corazón. Provoca una dilatación de los
vasos periféricos, haciendo que llegue a
ellos mayor cantidad de sangre, la que carga oxígeno. El corazón, como
cualquier músculo, se desarrolla más cuanto más trabaja, se vuelve más
eficiente moviendo mayor cantidad de sangre, disminuyendo el número de
contracciones que necesita.
4) El deporte
como motor de la actividad física: Diversos trabajos realizados en los
Estados Unidos y en los países escandinavos demuestran que las personas activas
viven más que las de hábitos sedentarios, porque el ejercicio físico disminuye
las concentraciones sanguíneas de colesterol, LDL y triglicéridos. Toda
actividad física origina la liberación de diversas hormonas que provocan placer
y bienestar en el individuo. Las más conocidas son las endorfinas, una
sustancia magnífica que no ha sido capaz de ser creada por el hombre y que,
entre muchas ventajas, aumenta considerablemente el umbral del dolor.
La transformación que el deporte provoca en
la calidad de vida de una sociedad es tan impactante que la Organización
Mundial de la Salud (OMS) afirma que por cada dólar que se invierte en deporte
se ahorran tres en salud. Hoy se sostiene que el deporte puede resolver el
problema número uno de los chicos que es hoy la obesidad, la que deriva en
enfermedades muy costosas para los gobiernos como la diabetes, el colesterol y
el cáncer.
Es necesario inculcar a la dirigencia, no
sólo a la política, que cada peso que se invierte en deporte es en realidad una
formidable inversión que se recupera de distintas maneras. No se trata de
buscar desesperadamente la obtención de medallas o resultados deportivos, sino
de vencer el sedentarismo, la falta de sentido a la vida y tantos otros
problemas instalados en la sociedad actual. El día que, como sociedad,
comprendamos la importancia mayúscula que tiene el deporte se empezará a gestar
una verdadera transformación.