OPINIONES – Dr. Eduardo Tassano

jueves, 7 de enero de 2016

Un arma importante de la salud

 
 
La práctica del lavado de manos con jabón encabeza la agenda internacional de higiene el 15 de octubre, con la celebración del Día Mundial del Lavado de Manos. Desde sus inicios en el 2008, año que fue designado el Año Internacional del Saneamiento por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Día Mundial del Lavado de Manos ha estado reforzando el llamado de extender mejores prácticas de higiene en todo el mundo.
 
La higiene de manos es el término general que se aplica a cualquier lavado de manos, lavado antiséptico de manos, antisepsia de manos por frotación o antisepsia quirúrgica de manos, que se realiza en los centros sanitarios para prevenir las infecciones relacionadas con la atención sanitaria.
Aun cuando creemos que nuestras manos se encuentran limpias, éstas pueden alojar un gran número de virus y bacterias.

La forma más frecuente de efectuar este lavado consiste en aplicar agua y jabón: primero se mojan las manos con el agua, después se enjabonan y se frotan durante varios segundos, limpiando la palma, el dorso, los dedos, los espacios interdigitales y las muñecas. Finalmente hay que enjuagar las manos y secarlas.
Un poco de historia

Quien primero se dio cuenta de su importancia fue un médico de Budapest (Hungría), Ignác Fülöp Semmelweis (1818-1865), cuarto hijo de un comerciante, cuando aún no había cumplido los 35 años.


En 1840 en el mundo nada se sabía de bacterias, se descubrirán treinta años después, pero Semmelweis  ha dado con el secreto de su transmisión por las manos e instrumentos médicos y cirujanos, secreto que tres decenios después se convertiría en la base de la asepsia.

Los médicos sabían que algo pasaba con las enfermedades contagiosas pero, antes del desarrollo de la microbiología, no encontraban cómo explicarlo.

La pura observación bastó para el descubrimiento de Semmelweis.  En la década de 1840 trabajaba en el Hospicio General de Viena. Allí, para su horror, descubrió que las mujeres ingresadas que daban a luz tenían muchas más fiebres puerperales (es decir infecciones relacionadas con el parto) que las que alumbraban en sus casas. Lo vio y una de sus aportaciones lo midió: una mortalidad del 30% en el hospital y del 15% en los partos domiciliarios.

Semmelweis desarrolló una teoría: aquellas mujeres que recibían más visitas de médicos y estudiantes, muchos de ellos recién salidos del quirófano de tratar a otros enfermos o de la sala de disección, enfermaban y morían más. Y se le ocurrió medir qué pasaba si sus compañeros se lavaban las manos al entrar en la sala. Un recipiente con agua y un jabón fueron suficientes: al obligar al personal a lavarse las manos, las infecciones se redujeron a menos del 10% de las ingresadas. Él intuyó que habría corpúsculos de “suciedad” que podrían transmitir la enfermedad.

Semmelweis fue muy resistido. El cuerpo médico lo combatió mucho. Terminó en un hospital psiquiátrico. Incluso para comprobar una teoría se inyecta un residuo de una necropsia y fallece con una infección generalizada. Veinte años después se adoptaban las medidas propuestas por él.

El reconocimiento le llegó tarde. En 1952, Louis-Ferdinand Cèline publicó una obrita, Semmelweis, en la que, en tono épico, lamentaba el final del médico. El prólogo define su legado: “Señaló a la primera los medios profilácticos que deben adoptarse contra la infección puerperal, con una precisión tal que la moderna antisepsia nada tuvo que añadir a las reglas que él había prescrito”.Consideraciones


El lavado de manos con jabón puede evitar enfermedades que matan a millones de niños cada año. El lavado de manos con jabón es una de las maneras más efectivas de prevenir enfermedades diarreicas y la neumonía, que juntas son responsables de la mayoría de muertes infantiles. Cada año, más de 3,5 millones de niños no llegan a celebrar su quinto cumpleaños debido a la diarrea y a la neumonía.  También es útil para prevenir otras diversas enfermedades, de la piel de los ojos, entre otras.

El lavado de manos con jabón es la intervención de salud de mejor relación costo efectividad. La promoción del lavado de manos es más eficaz y costo-efectiva, en comparación con el financiamiento que requieren otras intervenciones de salud. Una inversión  en el lavado de manos trae los mismos beneficios que  una inversión de miles de dólares en inmunización.

La inversión en la promoción del lavado de manos con jabón también puede maximizar los beneficios a la salud de las inversiones en infraestructura de abastecimiento de agua y saneamiento y reducir los riesgos a la salud cuando las familias no tienen acceso a servicios de saneamiento básico ni de abastecimiento de agua.
Es preciso recordar que lavarse las manos solamente con agua, una práctica común alrededor del mundo, es significativamente menos efectivo que lavarse con jabón. 

El lavado de manos apropiado requiere jabón y sólo una pequeña cantidad de agua. Usar jabón facilita la frotación, lo que permite disolver la grasa y eliminar la suciedad que contienen la mayoría de los gérmenes, además deja un agradable olor en las manos.

Hay momentos a tener en cuenta. Esos momentos para el lavado de manos con jabón son después de usar el baño o de limpiar a un niño y antes de manipular alimentos.


La activa participación de los niños situados idealmente en la intersección formada por el hogar, la escuela, y la comunidad, junto con intervenciones culturalmente sensibles basadas en la comunidad, buscan asegurar el cambio sostenido de conducta. La finalidad del Día Mundial del Lavado de Manos es motivar a los niños para que hagan suyas y compartan las prácticas apropiadas del lavado de manos y hacerlos “embajadores del lavado de manos” en cada una de las iniciativas del país en el nivel nacional y local.

El lavado de manos es de vital importancia en la salud pública. A fines del siglo XIX, las nuevas conductas de higiene y los servicios sanitarios redujeron de forma drástica las muertes por enfermedades infecciosas en los países ricos. Junto con el aislamiento y la disposición segura de excretas, así como el suministro de cantidades suficientes de agua limpia, el lavado de manos con jabón es una de las maneras más efectivas de prevenir enfermedades  que impactan en la Salud Publica.
La deuda principal persiste en los países en vías de  desarrollo.


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