Las arterias que llevan la sangre para el propio corazón son las arterias coronarias (derecha e izquierda). Cuando una de estas coronarias se obstruye, la sangre oxigenada deja de llegar al tejido cardiaco y se produce isquemia (falta de oxígeno), y si esta situación se prolonga se llega a la muerte del tejido o infarto. Acá tenemos dos problemas, en primer lugar que esa área lesionada es muy inestable eléctricamente y eso provoca arritmias del corazón que en las primeras horas son muy peligrosas y eventualmente mortales, y en segundo lugar ese territorio que se infarta deja de “funcionar” y disminuye la eficiencia de contracción del corazón y eso lleva a la falla cardiaca o del corazón provocando insuficiencia cardiaca.
Con el tiempo en un terreno predispuesto las arterias se van llenando de depósitos de “grasa” lo que va formando las placas arterioscleróticas. Que también se cicatrizan. Por diversos desencadenantes esas placas se fisuran o se rompen y se produce el accidente de placa que por contacto con la sangre hace que se forme rápidamente un trombo que obstruye la luz de la arteria totalmente y hace que la sangre no circule. Así el tejido muscular del corazón deja de recibir la sangre y el tejido primero sufre y luego se infarta o muere. Esa obstrucción puede ser parcial o total y el organismo trata rápidamente de reabrir el vaso tapado. Este complejo constituye la base dela enfermedad cardiaca Coronaria. Ni más ni menos la principal causa de morbimortalidad en el mundo. La que más ha motivado a los científicos a su estudio para tratar de modificar la gravedad de la misma. Una de las principales enfermedades en cuanto al costo que demandan a los sistemas de atención sanitaria de todos los países.
Esta enfermedad puede presentarse de tres maneras. Un tercio de los casos debuta con lo que se llama la muerte súbita. Esa falta de oxígeno aguda genera una arritmia letal que en pocos minutos desencadena lo peor. Un tercio sufre un dolor de pecho (angina de pecho) intenso que “avisa”, en el mejor de los casos se hace el diagnóstico y se toman todas las medidas del caso. El tercio restante debuta con un infarto de miocardio.
En el infarto lo característico es el dolor de pecho intenso que, sumado al electrocardiograma y algunos análisis confirman el diagnóstico. Ante este cuadro es perentoria la internación inmediata en una terapia o unidad coronaria o tomar los recaudos necesarios y derivar a un centro especializado. Es el momento clave en el que las decisiones marcan el pronóstico del paciente.
Como se ve este es un cuadro grave que requiere un diagnóstico precoz y una internación en un lugar adecuado (unidades coronarias o terapias intensivas). La idea es impedir la evolución natural tan peligrosa que tiene el infarto.
A pesar de todos los esfuerzos en la investigación y tratamiento de la enfermedad coronaria lo que realmente impacta en la evolución es el manejo de los factores de riesgo modificando el estilo de vida. Predispone a un infarto la edad (más edad peor), el sexo (masculino peor), la predisposición familiar, la hipertensión arterial, los trastornos de los lípidos o grasas, el sedentarismo, el tabaquismo, la obesidad, el stress y la diabetes (una enfermedad asociada muy frecuente). Todos de una u otra manera favorecen el desarrollo de la arterioesclerosis, el depósito de lípidos o “grasa” en las arterias y la ruptura de placa. Los factores modificables como la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo y la hipertensión arterial bien controlados pueden retardar o frenar la enfermedad por buenos lapsos y realmente impactan favorablemente. De allí que muchas de las políticas sanitarias en el mundo están enfocadas hacia este terreno. Constituye esta enfermedad parte de las enfermedades crónicas no transmisibles que se calcula será la gran epidemia del siglo XXI.
Con respecto al infarto como decíamos el diagnóstico precoz es fundamental. Sin embargo muchas veces pasa desapercibido, o es muy difícil de diferenciar con otros dolores de origen abdominal como las gastritis o hernia hiatal (producen dolores muy similares). Quizá lo primero sea pensar en la posibilidad de un infarto y de ahí realizar todos los elementos para un buen diagnóstico.
El tratamiento precoz es crucial para la evolución del infarto. Eso marcará la gravedad y el pronóstico del paciente. Cuanto antes el tratamiento, más probabilidades que el tamaño del infarto sea menor. Cuanto menor es el infarto mejor pronóstico para el paciente. Además el diagnóstico precoz hace que las arritmias letales se controlen y para ello es esencial. Que el lugar cuente con desfibriladores ya que con un golpe eléctrico en general se controlan las arritmias.
El concepto básico en el tratamiento en agudo consiste en que la arteria tapada se recanalice y para ello en los últimos años han aparecido dos armas formidables. Los fibrinolíticos que son fármacos que se administran principalmente por vía endovenosa con buenos resultados. Tiene que ser dentro de las 6 primearas horas del comienzo de los síntomas. Este fármaco debería estar disponible en la mayoría de los centros y estar los médicos y personal sanitario preparados para su administración ya que no es necesario contar con centros de gran complejidad para administrarlos.
La otra arma es la angioplastia coronaria. Es un procedimiento invasivo, requiere una sala de rayos especializada, que sólo hay en centros de alta complejidad, la sala de hemodinamia. Este procedimiento está demostrado ser muy seguro y hoy en día es considerado el más eficaz. En la angioplastia se llega por medio de catéteres hasta la obstrucción y se la dilata mecánicamente con un pequeño balón que se infla como un globo restituyéndose el flujo sanguíneo. Para realizar este procedimiento es necesaria la derivación rápida del paciente a los centros que hagan este tratamiento ya que lo ideal es realizarlo en las primeras 24 horas.
En un registro argentino del 2012: se sostiene que el infarto de miocardio sigue siendo unas de las causas superiores de morbimortalidad en la argentina, así la mortalidad de pacientes hospitalizados debido al infarto agudo de miocardio ha caído por el 44% en los 15 años pasados desde un 11; 3% al 6; 4% . Esto sin dudas por la mejora en el diagnóstico y desarrollo de centros capacitados.
En la enfermedad coronaria es muy importante que el estado juegue un rol importante. En primer lugar para tratar de que se modifique el estilo de vida, promoviendo una vida más saludable, más actividad física, comida sana, no al tabaquismo. Y es muy importante el sistema sanitario donde el equipo de salud en sus respectivos centros de atención esté preparado para la detección precoz, y la derivación correspondiente a centros de mayor complejidad cuando sea necesario.
Autor: Eduardo Tassano Máster en gerenciamiento en sistemas y servicios de salud