OPINIONES – Dr. Eduardo Tassano

jueves, 5 de marzo de 2015

El mundo de los niños inactivos






La obesidad y el sedentarismo van de la mano y juntos están deteriorando la salud de los niños en todo el mundo.

El mundo actual es nocivo para la mayoría de los niños, es obesogenico como  lo llaman algunos especialistas. La obesidad y el sedentarismo van de la mano y juntos están deteriorando la salud de los niños en todo el mundo.

La obesidad en el mundo ya está considerada como una epidemia y en los niños  se considera un problema de la salud pública.
 
La Organización Mundial de la Salud ha descrito la obesidad como una auténtica epidemia de este siglo.    La causa es nuestro estilo de vida sedentario, pero los padres podemos hacer mucho para que nuestros hijos adopten hábitos más activos y saludables.

La falta de actividad física de los niños es un coadyuvante principal y además un gran problema en sí mismo. Para graficar podemos decir que el mundo tuvo la peste en el siglo XIV, el cólera en el XIX... y la obesidad en el XXI. El porcentaje varía según las estadísticas y los diferentes países, pero en general se habla de un 40 % de niños con sobrepeso y obesidad. Lo significativo  es que los niños con sobrepeso y obesidad  tienen un 41% de posibilidades de convertirse en adultos obesos, situación que se agrava si se es obeso en la adolescencia.

¿Y a qué se debe este aumento tan alarmante? Los expertos coinciden en que la raíz del problema no es genética, sino que se trata de factores ambientales, es decir, de nuestro estilo de vida urbano, sedentario y tecnificado.

La actividad física recomendada consiste en  unos 60 minutos de actividad física por día durante 5 días a la semana. La infancia ha cambiado mucho, antes los niños hacían sus actividades  en bicicleta y la mayoría de los juegos implicaban movimiento. Los juegos eran casi todos de actividad física: fútbol, básquetbol, natación. Las niñas jugaban a saltar a la cuerda, o  a la mancha, y muchos otros juegos que todos recordamos, y que tenían algo en común: la actividad física.

 Además los fines de semana las familias organizaban reuniones o paseos donde lo esencial era que los niños se movieran. Los niños y adolescentes de hoy, se encierran en sus cuartos solos o con amigos, todos sentados, y juegan a los videojuegos o ven televisión, con una gran oferta de dibujos animados y series para adolescentes.  Además en general acompañados de   comida hipercalórica y   gaseosas. 

Los avances técnicos que tantas ventajas nos han aportado han eliminado todo esfuerzo físico de la vida cotidiana: ascensores, desplazamientos en coche, escaleras mecánicas.Los famosos  mandados de antes ahora ya no existen porque muchas compras se pueden hacer por teléfono o desde una computadora.
Esto es lo que los expertos llaman “ambiente obesogénico”, es decir, vida sedentaria y abundancia de alimentos…  tenemos aquí la explicación a esta epidemia del siglo XXI.

El otro elemento no desdeñable es  que hay encuestas que demuestran el poco apego de los niños a las clases de educación física en la escuela. 

El problema de la inactividad incluye aproximadamente a un tercio de los niños del mundo. Esta epidemia no distingue entre países desarrollados o en vías de desarrollo.

La realidad actual, nos muestra a niños lejos del hogar durante muchas horas, alimentándose con comidas rápidas, sobre todo al mediodía, con ingesta de alfajores, papitas y otros alimentos que poseen las llamadas calorías vacías. Éstas son llamadas así en Nutrición, pues sólo nos proveen de azúcares, almidón, grasas y sal, todos elementos ideales para favorecer patologías tales como: hipertensión, diabetes y colesterol elevado, factores de riesgo cardiovascular que, si aparecen en la niñez o en la adolescencia, serán mucho más nocivos para la salud que si lo hicieran en la edad adulta.

En cuanto a la obesidad, las estrategias en el mundo son muy diversas y pasan por:

-           Brindar  educación e información nutricional, ya que mayores niveles educacionales permiten mejor conocimiento sobre la composición de los alimentos, las necesidades nutricionales a diferentes edades y las consecuencias que genera para los individuos la obesidad. En este sentido, la infancia proporciona una oportunidad única para promover la salud ya que los hábitos incorporados durante esta etapa difícilmente se modifiquen durante la edad adulta.

-          Diferenciar los precios relativos de los alimentos saludables y no saludables mediante impuestos y subsidios. Esta medida es fuertemente discutida por la distorsión que se introduce en los mercados sin haber probado aún su eficacia, por lo que  obviamente tiene sus dificultades y requiere muchos estudios para su implementación. 

-          Regular la industria alimentaria controlando la composición de los alimentos más las actividades de restaurantes y supermercados.

-          Controlar la publicidad dirigida a los niños.

En la Argentina esto tiene plena vigencia, ya que el 40 por ciento de los chicos de la Argentina padecen sobrepeso y obesidad, haciendo que algunas encuestan la ubiquen  en los primeros lugares en el mundo.   

¿Qué se puede hacer?

La buena noticia es que hay muchas cosas que podemos hacer en nuestro día a día para prevenir o revertir el exceso de peso de toda la familia, incluso si vivimos en una gran ciudad y disponemos de poco tiempo.

Como política global, es prioritario  recuperar la importancia de la actividad física en la escuela y buscar vías que lo estimulen, dotar de infraestructura  moderna para la realización de  actividades físicas.

Además estimular y fortalecer las entidades que promueven la actividad física. En la Argentina pasa por clubes y entidades culturales que con mucho esfuerzo propio y de los padres acercan muchos niños a las actividades deportivas y culturales como  el baile.  Así escuelas de futbol, básquet, y otros deportes mas centros culturales deben recibir un apoyo coordinado y efectivo para realizar sus actividades. Los organizadores de estas actividades, en general héroes anónimos de la ciudadanía esgrimen el común argumento de "sacar los chicos de la calle”, y tras esa idea trabajan denodadamente.

Además de las mencionadas políticas globales que son tan necesarias, a  nivel familiar se pueden tomar algunas decisiones importantes: 

·         La primera, es no permitir más de 2  hs y media en total diario de TV más computadoras, proveer de alimentos saludables en la escuela y estimular fuertemente la actividad física enviando al niño a realizar actividad deportiva o baile. 

·         Otra decisión importante es pregonar con el ejemplo, brindar ejemplos de actividad física practicando los padres deportes o, dejando el auto por la bicicleta o la caminata. 

·         Otra acción no menos importante es incorporar al hogar la mayor cantidad de alimentos naturales, variados y con el menor contenido calórico posible.

El camino de la actividad física, y la alimentación saludable se construye día a día y paso a paso.