La OMS realizo varias
acciones para luchar contra la epidemia de tabaco. En febrero de 2005 se firmó
el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco. Desde entonces, se ha
convertido en uno de los tratados más ampliamente respaldados en la historia de
las Naciones Unidas y ha sido suscrito por 178 Paises, que representan el 89% de
la población mundial. Es el instrumento
más importante la OMS para el control del tabaco, es un hito en la promoción de
la Salud Pública. Es un tratado basado en pruebas científicas que reafirma el
derecho de las personas al nivel más alto posible de salud, establece
perspectivas jurídicas para la cooperación sanitaria internacional y fija
criterios rigurosos en lo relativo al cumplimiento.
Primeros
resultados.
A diez años de la entrada en vigor del Convenio Marco para el
Control del Tabaco, este 27 de febrero, próximo pasado, la Organización Mundial
de la Salud (OMS) destacó que se han logrado muchos avances, por ejemplo el que fumar haya dejado de verse como un
comportamiento socialmente aceptable, quizás el logro más importante de todos.
También se ha reducido la promoción y la
publicidad del tabaco y en contrapartida han aumentado la regulación y el
control de esos productos en muchos países del mundo.
En todo el mundo se han realizado, numerosas
campañas para generar más conciencia sobre los riesgos a la salud, tanto de
entidades gubernamentales y ONG, como entidades privadas. Esto demuestra
cuán fuerte ha sido este proceso y cómo una industria poderosa puede ser
confrontada desde el punto de vista de dar prioridad a la salud pública por
parte de los gobiernos.
¿Por qué el tabaco es una prioridad de
salud pública?
El consumo de tabaco mata a más de 5 millones
de personas al año y es responsable de la muerte de 1 de cada 10 adultos. Entre
los cinco principales factores de riesgo de mortalidad, es la causa de muerte
más prevenible. El 11% de las muertes por cardiopatía isquémica, la principal
causa mundial de muerte, son atribuibles al consumo de tabaco. Más del 70% de
las muertes por cáncer de pulmón, bronquios y tráquea son atribuibles al consumo
de tabaco. Si se mantienen las tendencias actuales, el consumo de tabaco matará
a más de 8 millones de personas al año en 2030. La mitad de los más de 1000
millones de fumadores morirán prematuramente de una enfermedad relacionada con
el tabaco.
El costo económico del consumo de tabaco es igualmente devastador.
Además de los elevados gastos de Salud Pública relacionados con el tratamiento
de enfermedades causadas por el tabaco, éste mata a las personas en la cúspide
de su vida productiva, privando a las familias de su sustento y a las naciones
de una fuerza de trabajo sana.
El tabaco y la pobreza están
indisolublemente ligados. Numerosos estudios han revelado que en los hogares
más pobres, de algunos países de bajos ingresos, el consumo del tabaco representan
hasta un 10% de los gastos familiares.
¿Qué hay de los jóvenes?
La mayor parte de los fumadores han comenzado a fumar antes de los
18 años de edad, y casi la cuarta parte de ellos antes de cumplir 10 años, por
lo tanto no menos importante es la protección de los 1800 millones de jóvenes
del mundo, mediante la prohibición de
toda publicidad, promoción y patrocinio del tabaco.
El marketing de los productos de las tabacaleras se efectúa por
cualquier medio de fácil acceso a los jóvenes, por ejemplo películas
cinematográficas, Internet, revistas de moda y eventos musicales y
deportivos.
En un estudio de alcance mundial sobre jóvenes de 13 a 15 años de
edad realizado en escuelas, más del 55% de los alumnos declararon haber visto
el mes anterior carteles con avisos de
cigarrillos, mientras que el 20% de los alumnos poseía algún artículo con el
logotipo de una marca de cigarrillos.
Pero la máxima agresividad de las empresas
tabacaleras se concentra en los países en desarrollo, donde vive más del 80% de
los jóvenes del mundo.
Con respecto al nivel de conocimiento de la población de los efectos
del tabaco, un estudio realizado en China en 2009, reveló lo siguiente:
a) Sólo un 38% de los fumadores sabía que el
tabaco provocaba cardiopatía coronaria, y sólo un 27% sabía que ocasionaba
accidentes cerebrovasculares.
b) La mayoría de los fumadores que conocen
los peligros del tabaco desean dejarlo. El asesoramiento y la medicación pueden
duplicar con creces la probabilidad de que un fumador que desea abandonar el
tabaco lo consiga.
¿Cuáles son las medidas implementadas?
Las estrategias más eficaces implementadas son las políticas públicas
dirigidas a la población en general, por ejemplo, prohibiciones de la
publicidad directa e indirecta del tabaco; aumentos de impuestos y precios de
productos de tabaco; creación de espacios sin humo en todos los lugares
públicos y lugares de y lugares de trabajo; y mensajes sanitarios bien visibles
y claros en los paquetes de tabaco.
En una
evaluación del 2009 en todo el mundo se observa que:
a) Sólo
21 países, que representan el 15% de la población mundial, disponen de
servicios nacionales integrales para ayudar a los consumidores a dejar de
fumar.
b) Han
demostrado efectividad las
advertencias textuales y gráficas
impactantes (en especial las que incluyen imágenes) las cuales permiten reducir
el número de niños que empiezan a fumar y aumentar el número de fumadores que
dejan el tabaco.
c) La
prohibición general de todas las formas de publicidad, promoción y patrocinio
del tabaco permitiría reducir el consumo de tabaco como media, en un 7%
aproximadamente, si bien en algunos países se podría lograr una disminución de
hasta el 16%.
d) Los impuestos al tabaco son el medio más eficaz para reducir el
consumo, especialmente entre los jóvenes y los pobres. Un 10% de aumento de
esos impuestos reduce el consumo de tabaco aproximadamente un 4% en los países
de ingresos altos y un 5% en los países de ingresos bajos o medios.
En principio hay resultados alentadores de esta campaña. En salud
publica las medidas llevan años para afianzarse. Pero sin dudas es evidente que
los beneficios a largo plazo de este tipo de políticas representan una mejora
para la salud pública en general.