El ambiente es salud
El sector salud está redefiniendo en el mundo su rol en la sociedad. Del
antiguo concepto que solo se dedicaba a la enfermedad hoy más que nunca
las autoridades de la salud pública del mundo participan en todas las
actividades del ser humano. Tal es así que el valor de los recursos humanos y
sus cuidados son vitales para los países que cuidan de sus poblaciones.
Las estimaciones en relación al daño que causa el ambiente a la salud lo
ubican en un 24% como causante de enfermedades y un 23% de las muertes en
general. Esta cifra no menor incita a que las autoridades y los ciudadanos
hagan un esfuerzo por comprender y entender lo que significa el ambiente y sus
cuidados y valorar seriamente los conflictos que se suscitan entre desarrollo y
cuidado del mismo.
Una de las principales responsabilidades del sector salud es la
protección del bienestar público mediante el aseguramiento de un ambiente
físico y social saludable, que posibilite el desarrollo humano sostenible es
decir, el mejoramiento de las condiciones materiales para responder a las
necesidades de la actual generación, sin comprometer la respuesta a las
necesidades de generaciones futura y que proteja a las personas más vulnerables
de la sociedad. Para tal fin, el sector salud necesita colaborar con otros
sectores: ambiente, trabajo, agricultura y educación, entre otros. Asimismo,
las comunidades locales, los países y las alianzas internacionales deberán,
individual y colectivamente, monitorear y contrarrestar las muchas causas del
deterioro ambiental.
Las inequidades-en educación, empleo, salud y derechos políticos-afectan la susceptibilidad de las personas a los impactos ambientales negativos
y pueden resultar en cargas de enfermedad y de muerte significativas.
Otros factores que también influyen son la globalización, las características
del mercado de trabajo y la urbanización descontrolada.
Existe consenso de que el desarrollo humano sostenible depende tanto de la reducción de la pobreza como de la protección y promoción de la salud.
Existe consenso de que el desarrollo humano sostenible depende tanto de la reducción de la pobreza como de la protección y promoción de la salud.
En América Latina y el Caribe, el desafío consiste en la armonización de
los objetivos del desarrollo, la salud y el ambiente con los de la equidad
social, lo cual requerirá, entre otras medidas, la formulación de políticas
efectivas de desarrollo urbano. Vale el ejemplo del agua y saneamiento: al
crecer, las poblaciones urbanas aumentan proporcionalmente las demandas de
provisión de servicios de agua potable, sistemas de alcantarillado y
disposición de desechos sólidos. Desigualdades entre el centro y la periferia
de las ciudades y entre las áreas urbanas y rurales con respecto al acceso a
esos servicios y a la exposición a factores de riesgo ambiental exacerban la
vulnerabilidad de los pobres.
El crecimiento acelerado y desordenado del sector industrial causa
directamente la contaminación biológica, química y física; provoca aumentos en
el transporte y el consumo de energía; genera más desechos, y hace inadecuada
su disposición. La industrialización, aunada a los efectos negativos atribuidos
en años recientes al cambio climático, está contribuyendo al deterioro del
ambiente y de la calidad de vida y salud de la población.
Los procesos de producción —las explotaciones mineras, petroleras y
agrícolas (las que emplean agroquímicos en los cultivos), los hospitales,
centros de salud y laboratorios, las plantas de energía y la industria
manufacturera— son los mayores generadores de desechos químicos y residuos
sólidos peligrosos.
El consumo de bienes y servicios son un gran desafío a la gestión
ambiental en términos del control de riesgos y la promoción de salud.
Ya que la residencia y el lugar de trabajo son los ambientes principales
de las personas, las condiciones adecuadas vivenciales y laborales son
tan importantes para garantizar la buena salud como lo es el ambiente general.
Un problema serio es el de las comunidades rurales, donde los pobres están más
expuestos a riesgos de salud, sobre todo aquellos que viven en zonas endémicas
de enfermedades transmitidas por vectores Chagas, malaria, dengue y fiebre
amarilla. Otros problemas se relacionan con los cambios en el perfil del
trabajo y en la población trabajadora provocados por la globalización, la
integración regional, la liberalización del comercio y la modificación de
políticas sociales, las cuales impactan sobre las condiciones de vida y la
salud de los trabajadores y conducen a mayores inequidades. Al respecto, las
proporciones cada vez más grandes de niños y ancianos integrados a la fuerza
laboral constituyen una creciente preocupación.
Además del aumento de la pobreza, la inequidad social y la urbanización,
la fragmentación y desintegración de estructuras familiares y comunitarias
contribuyen a ambientes poco saludables, que favorecen a su vez estilos de vida
no saludables y comportamientos de riesgo en todas las etapas de la vida. Al
mismo tiempo, persisten los problemas de mortalidad causada por la desnutrición
de madres y niños, infecciones y la falta de acceso a bienes y servicios.
Existe una relación directa entre la dieta inadecuada y las enfermedades
crónicas: tanto las deficiencias como los excesos nutricionales contribuyen a
una doble carga de enfermedad que afectan a la población de todas las edades.
Las tendencias crecientes en los estilos de vida y comportamientos de
riesgo —el consumo de tabaco, alcohol y drogas y varias formas de violencia y
accidentes— subrayan la necesidad crítica de estrategias de promoción de la
salud.
Los países de la Región reconocen la intrínseca relación entre la salud y el ambiente. Para favorecer esa relación en sus expresiones más positivas —en suma, para prevenir y controlar los efectos adversos del ambiente sobre la salud— han acordado concentrar sus esfuerzos en cinco áreas principales: la intersectorialidad, la descentralización de responsabilidades, los sistemas de información, la participación social y el cumplimiento de compromisos acordados en conferencias internacionales. Están en marcha distintos esfuerzos para monitorear y evaluar la salud ambiental, desarrollar políticas saludables sostenibles a largo plazo, buscar alianzas, desarrollar recursos humanos, establecer legislación adecuada con respecto al consumo de bienes y servicios y llevar a cabo intervenciones directas. Se está enfatizando el fortalecimiento de las capacidades normativas, reglamentarias y resolutivas de las autoridades nacionales de salud; el fortalecimiento de instituciones ambientales existentes y la redefinición de sus funciones y organización; y el establecimiento de fondos para proteger el ambiente y mitigar los efectos deletéreos sobre la salud causada por los desequilibrios ambientales.
Los países de la Región reconocen la intrínseca relación entre la salud y el ambiente. Para favorecer esa relación en sus expresiones más positivas —en suma, para prevenir y controlar los efectos adversos del ambiente sobre la salud— han acordado concentrar sus esfuerzos en cinco áreas principales: la intersectorialidad, la descentralización de responsabilidades, los sistemas de información, la participación social y el cumplimiento de compromisos acordados en conferencias internacionales. Están en marcha distintos esfuerzos para monitorear y evaluar la salud ambiental, desarrollar políticas saludables sostenibles a largo plazo, buscar alianzas, desarrollar recursos humanos, establecer legislación adecuada con respecto al consumo de bienes y servicios y llevar a cabo intervenciones directas. Se está enfatizando el fortalecimiento de las capacidades normativas, reglamentarias y resolutivas de las autoridades nacionales de salud; el fortalecimiento de instituciones ambientales existentes y la redefinición de sus funciones y organización; y el establecimiento de fondos para proteger el ambiente y mitigar los efectos deletéreos sobre la salud causada por los desequilibrios ambientales.
Mucho trabajo de concientización
queda y ni que hablar de las implementaciones prácticas que esta
discusión está generando. Estos son los temas de políticas de estado que
deberíamos discutir más los argentinos.
Autor: Eduardo Tassano. Master en Gerenciamiento en Sistemas y Servicios de Salud
Autor: Eduardo Tassano. Master en Gerenciamiento en Sistemas y Servicios de Salud
como medico y potico,nadie le cree señor tassano,usted es un mentiroso. como el tirano colombi,deja mucho que desear ud.ojala en su gestion como politico salga a las calles y deje de mentir y vivir en un mundo de falacias. que tenga un buen dia
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