OPINIONES – Dr. Eduardo Tassano

jueves, 31 de enero de 2013

HAY UNA COMPLEJA RED DE FACTORES ESTRUCTURALES Y AMBIENTALES QUE INFLUYEN


¿Qué es la salud hoy?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud es la condición de todo ser vivo que goza de bienestar tanto a nivel físico, mental y social. No sólo la ausencia de enfermedad. Dicho concepto hay que aplicarlo tanto a nivel individual como a nivel social. Si bien las definiciones son discutibles tomémoslas como elementos de guía para la discusión.
Entre los determinantes que integran el nivel de salud de una población tenemos cuatro. En primer lugar la biología humana que tiene que ver con la carga genética de cada individuo, este determinante es casi inmodificable aunque estudios y avances modernos hablan de grandes avances en el campo de la genética que podrían modificar esto. 

En segundo lugar los factores ambientales es decir todo lo que hace a lo que rodea al individuo, tanto el ambiente físico como cultural y lo predispone a actividades y una vida más saludable o no. En tercer lugar el estilo de vida, es decir todos los hábitos de ese individuo en el grupo social que se desarrolla (este determinante es la actual niña bonita de los enfoques modernos de la salud) y por el último el sistema de atención de salud es decir el conjunto de elementos que hacen a la atención sanitaria, sea médicos, hospitales diversos, centros de salud. Esto gira en torno al control y la curación de las enfermedades principalmente y es lo que todos los ciudadanos percibimos primariamente como “salud pública”. En general relacionamos un buen funcionamiento de un hospital con un funcionamiento de la salud aceptable, o la inauguración de centros de salud como gestiones en salud exitosas. 

Nada más alejado de la realidad. Esto es una parte y quizá la menos significativa para modificar positivamente el estado de salud de una población. 

De esto se desprende que hay dos enfoques para “ver” la salud, el enfoque individual que se concentra en los factores que hacen a la salud de una persona y la curación de las enfermedades. Y el otro el enfoque comunitario que considera la salud como un bien de la población, y se tienen en cuenta las acciones de todo tipo que hacen al bienestar psicofísico de la población. Obviamente que este enfoque es multidisciplinario y considera todos los factores de estilo de vida o ambientales o sociales que hacen a la salud de toda la comunidad.
Los sistemas públicos de salud giran sobre el eje de la curación de enfermedades, no sobre la prevención y la promoción de la salud. Muchos países destinan sólo porcentajes muy bajos de su presupuesto a este rubro. 
De forma muy notoria, el enfoque individual de los sistemas de salud sigue primando sobre el enfoque comunitario. Mientras tanto, las políticas colectivas de reducción de riesgos (ambientales, laborales, nutricionales, de hábitos personales, etc.) se desatienden o abandonan. Esa desatención de hoy será la causante de que, en el futuro, sea necesario invertir un importante volumen de recursos en atender enfermedades que podrían evitarse (como la obesidad, por ejemplo). Actualmente se dispone de una abundante evidencia sobre la compleja red de factores estructurales y ambientales que influyen en la salud. Más allá de los factores biológicos y los estilos de vida de los individuos, inciden numerosos determinantes de índole social, que incluyen las condiciones socioeconómicas, culturales y ambientales del entorno donde los individuos viven, las situaciones materiales y sociales en las que nacen y desarrollan su vida, así como las redes sociales y comunitarias que les son más próximas. Este conjunto de determinantes incluye, asimismo, la atención sanitaria, que se configura como un factor más (y no el más importante) de la salud final de una población.

El diseño costoefectivo y equitativo de la política de salud implica reequilibrar las actuaciones individuales y colectivas. Ello exige, entre otras cosas, abordar los determinantes sociales de la salud y tomar conciencia del impacto de las políticas no sanitarias. En ese sentido, las acciones han de concentrarse fuera del ámbito de los cuidados sanitarios que los individuos reciben una vez la enfermedad ha hecho aparición.

Los esfuerzos han de orientarse, en primer lugar, a la lucha contra la exclusión social, un fenómeno íntimamente asociado a la mala salud. La inactividad es también causa importante de la morbilidad y de las desigualdades sociales en salud, que perjudican sistemáticamente a los individuos más desfavorecidos socialmente.

Por ello, combatir el desempleo, promover el envejecimiento activo o fomentar el desarrollo de entretenimientos activos particularmente para aquellas personas que no desempeñan una actividad laboral- podrían constituir acciones eficaces para incrementar los niveles de salud de la población y reducir la magnitud de las desigualdades en salud. 
Por otra parte, mejorar el entorno en el que viven las personas, en especial las condiciones de la vivienda, se configura igualmente como una política eficaz en la lucha contra la desigualdad en salud. 

La OMS (Organización Mundial de la Salud) promueve la estrategia ‘Salud en todas las políticas‘, ya adoptada por algunos países europeos.
La idea que subyace en esta estrategia es la de que una política sanitaria eficaz debe estar presente en todos los campos políticos, dado que la salud viene determinada en gran medida por factores externos al ámbito sanitario. Sin duda, la citada estrategia representa uno de los ejes principales de lo que ha de ser la salud pública del siglo XXI. Por ello, es necesario seguir los lineamientos que esta política promueve. Este enfoque tendería a reforzar la estructura de salud pública del país que las adopte y activar intervenciones de carácter intersectorial, que promuevan la salud de la población desde esferas no estrictamente sanitarias y actúen "sobre las causas de las causas" de la enfermedad. 

El siglo XXI es el siglo de la aplicación de las ciencias sociales en el enfoque y la búsqueda de soluciones de los problemas de la salud tanto individual como pública y requiere de políticos lúcidos que tomen este tema dentro de las políticas de Estado.

Autor: Eduardo Tassano Máster en Gerenciamiento en Sistemas y Servicios de Salud

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