La REP compromete a las
empresas productoras e importadoras a hacerse cargo de los productos una vez terminada la vida útil
considerando este costo al colocar el producto en el mercado.
La
Responsabilidad Extendida del Productor (REP) es un concepto que busca proteger
el ambiente enfocando sobre los ciclos
de vida completos de los sistemas de los productos extendiendo las responsabilidades de los fabricantes en la
recuperación, reciclaje y disposición
final de los mismos.
El mundo
actual globalizado, consumista y con alto crecimiento demográfico sumado a la urbanización
desorganizada, configuran un panorama desalentador en cuanto a la generación de desechos, basura o residuos como es mejor llamarlos y
sobre todo su tratamiento final.
La gran
producción de basuras domésticas obliga a establecer servicios especiales de
recolección y almacenamiento de los desperdicios. Sin embargo, muchos de estos
residuos se siguen vertiendo al río y a sus riberas, se acumulan en vertederos
clandestinos y producen un serio impacto sobre el ambiente.
Además, muchos productos por su composición química son tremendamente peligrosos para el ambiente.
En todo el mundo se están tomando recaudos para prevenir los daños que su mal
uso generan, considerando que entre los residuos tenemos una especie de
residuos peligrosos.
No solo el
daño ambiental es significativo sino que hoy, el 24 % de las causas de
morbimortalidad son debidas a causas ambientales.
En nuestro
país más del 60 % de los residuos sólidos se vierten a cielo abierto. Si bien a
nivel nacional existen algunas acciones y hay muchos municipios que están
preocupados y trabajando el tema, otros de manera irresponsable no han
comenzado ni siquiera a expresar
preocupación por esta situación.
Durante la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada
en 1992 en Brasil, quedó establecido en el principio número 16 de la Declaración de Río de Janeiro,
que “las autoridades nacionales deberían procurar fomentar la internalización
de los costos ambientales y el uso de instrumentos económicos, teniendo en
cuenta el criterio de que el que contamina debe, en PRINCIPIO, cargar con los
costos de la contaminación, teniendo debidamente en cuenta el interés público y
sin distorsionar el comercio ni las inversiones internacionales”.
La idea de la Responsabilidad Extendida del
Productor (REP) es que los fabricantes manejen
3 conceptos básicos:
1) prevención de la contaminación.
2) considerar el ciclo de vida del producto.
3) el que contamina paga.
Los
programas de Responsabilidad extendida
buscan mejorar el diseño de los productos y sus sistemas la mayor
reutilización posible de productos utilizados, de manera ecológica.
Cuando se
habla de responsabilidad extendida al productor se piensa en los residuos
electrónicos. Si bien los residuos electrónicos están dentro de esta
consideración hay muchos otros productos que considerar. El concepto es aplicable a prácticamente
todos los productos, pero principalmente a aquellos de consumo masivo, tales
como aceites lubricantes, Diarios, periódicos y revistas, Envases y embalajes,
Medicamentos, Neumáticos, Pilas y baterías, Plaguicidas caducados y vehículos,
y por supuesto Aparatos eléctricos y electrónicos, incluidas las lámparas o
ampolletas.
El concepto de
Responsabilidad extendida al productor no solo involucra a las empresas
productoras, también debería ser a los
importadores, siendo la idea que se hagan cargo de los productos una vez terminada la vida útil.
Esto obliga a
los fabricantes e importadores a considerar este costo al colocar el producto
en el mercado, lo que sin dudas
originara nuevas empresas que puedan encargarse de los residuos de los
productos.
En muchos
países ya se tienen leyes y se está trabajando con estos principios. Estados Unidos,
Canadá, y la mayoría de los países europeos ya adoptaron medidas.
Esas medidas
han generado que las empresas en muchos de sus productos empiecen a fabricar
con menos productos tóxicos, favoreciendo el reciclado de los mismos. Además
las empresas deben hacerse cargo de los costos del reciclado.
Residuos
electrónicos en el país
En la
Argentina se maneja el concepto de aparatos electrónicos en desuso. Hoy,
manejados como están, se deben considerar residuos peligrosos
domiciliarios. Si bien los productos son
seguros mientras el producto está en uso, al ser eliminados se pueden liberar
productos químicos muy peligrosos.
Se denominan
aparatos eléctricos y electrónicos en desuso (AEEs) a aquellos equipos que han
alcanzado su vida útil o dejaron de usarse porque fueron reemplazados por
nuevas tecnologías. Muchos de estos aparatos pueden reacondicionarse y
reutilizarse, o bien desarmarse para recuperar sus materias primas.
A modo de
ejemplo podemos decir que el 95% de un
celular puede ser recuperado. En una PC tenemos oro, cadmio, plata, cobre,
platino: una cantidad de materiales, sobre todo metales, que son muy caros de obtener en la naturaleza.
Según
estimaciones privadas, anualmente los argentinos desechan más de 100.000
toneladas de AEEs. Esto representa un promedio de 2,5 kg. de aparatos
reciclables por habitante. El problema radica en que, una vez descartados por
sus usuarios, estos serían dispuestos en rellenos sanitarios conjuntamente con
el resto de los residuos sólidos urbanos (RSU) provenientes de la basura
domiciliaria. Este daño al ambiente de imprevisibles consecuencias es lo que se
quiere prevenir.
En la
Argentina, la cuestión de la Responsabilidad extendida del productor después de
la vida útil del producto es un tema que aún está a fojas cero. Un proyecto aprobado en el Senado de la Nación
fue desestimado en diputados en el año 2012.
De esa manera,
si analizamos Latinoamérica, en Brasil y Perú las empresas se hacen cargo de
estos residuos, en la Argentina el Estado Nacional es el responsable.
Más allá de
todos los análisis a nivel mundial es llamativo que en la Argentina muchos municipios hagan la vista gorda a este
tema. En muchos casos ni siquiera se encuentra en la agenda de trabajo.
Entendemos que
la gestión de residuos sólidos urbanos
en todas sus facetas tiene aristas que exigen organización e inversiones
pero lo que más exige son políticos visionarios y decisiones de gobierno que pongan este tema
verdaderamente en la agenda como
política de estado.
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