OPINIONES – Dr. Eduardo Tassano

viernes, 3 de abril de 2015

El infarto y las mujeres






Pocas mujeres saben que las enfermedades vasculares son ocho veces más mortales que el cáncer de mama.

Existe la creencia que el infarto de miocardio y las enfermedades del corazón afectan más a los hombres que a las mujeres. Es realmente así?  ¿Mueren más hombres de infarto que las mujeres?
El análisis por género indica que en los hombres es más frecuente la enfermedad coronaria.  Sin embargo la primera causa de muerte en las mujeres son las enfermedades cardiacas, sobre todo las relacionadas con el infarto del corazón o enfermedad de las arterias coronarias, más que el cáncer u otras enfermedades.

Las enfermedades del corazón son muchas y de varios tipos. Dentro de ellas está la enfermedad coronaria que es la enfermedad que origina los infartos de miocardio o infartos del corazón. Esta última esta dentro de las enfermedades cardiovasculares y constituyen la causa más importante  de morbimortalidad en el mundo, tanto para hombres como mujeres. Estas enfermedades cardiovasculares están relacionadas con los malos hábitos como la mala alimentación y la inactividad física entre otras causas.

Recordemos lo que es un  infarto: este se  produce cuando alguna de las arterias que llevan la sangre al corazón es decir las arterias coronarias, sufren una obstrucción que impide el paso normal de la sangre lo que genera falta de oxigeno en el miocardio y genera, si la obstrucción persiste, un infarto de miocardio.

Las mujeres no cuidan su corazón como deberían. Un estudio llevado a cabo por la Comisión de la Mujer y la Cardiología de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA) reveló que ellas consideran el cáncer, sobre todo el de mama, y el estrés como sus principales problemas de salud. Solo una de cada diez nombró a los problemas cardiacos. Según esta entidad, pocas saben que las enfermedades vasculares son ocho veces más mortales que el cáncer de mama. También otros estudios revelaron que la enfermedad cardiaca en la mujer es ignorada tanto por las pacientes como por los propios profesionales.

Otra de las razones de la falta de atención a la salud cardiovascular surge de la creencia popular de que ellas no fallecen por culpa de estas enfermedades, porque las arterias están protegidas contra los factores de riesgo (obesidad, hipertensión, colesterol y diabetes, entre otros) gracias a los estrógenos. La realidad es que esta protección solo dilata el tiempo de desarrollo hasta la menopausia, momento en el que se desvanece. De hecho, la enfermedad coronaria se da más tarde en las mujeres que en los hombres, pero no por ello es menos frecuente.

El tema es que los infartos en las mujeres o los problemas coronarios aparecen 10 a 15 años más tarde que los hombres, en el hombre entre los 45 y 55 años, en las mujeres entre los 55 y 65 años. Esto coincide con la etapa de la menopausia donde no cuenta con los estrógenos.

Ante un infarto o una angina inestable  las mujeres tienen síntomas más inespecíficos. Esto  hace  realmente mas difícil el diagnostico clínico. Los síntomas son más difusos y la mujer minimiza lo que le está pasando. Y en general no acude al médico.

En principio no tiene el dolor característico, en el centro del pecho,  como le ocurre al hombre y tiene como una sensación de ardor en el pecho o la boca del estomago, o indigestión, o fatiga… o insomnio, todo mas inespecífico y en general  concurre mas tarde a la consulta. Inclusive muchas veces las mujeres tienen infartos  silentes es decir un cuadro que no da síntomas.

Lo otro es que hay una tendencia a atribuir los síntomas de enfermedad del corazón a cuadros de ansiedad, o pánico, o depresión  o estrés y se subdiagnostica lo cardiaco.

Para complicar las cosas podemos decir que los estudios de diagnostico como la ergometría u otros estudios funcionales son de interpretación más difícil  en las mujeres.

La otra diferencia en este caso  anatómica es que las arterias coronarias en las mujeres son más delgadas y tortuosas lo que hace que los procedimientos de tratamiento de los infartos sean más dificultosos como la angioplastia coronaria o la cirugía.

Sin embargo el dato más fuerte es que las mujeres en el primer año después del infarto,  mueren más que los hombres, por las complicaciones. Los hombres tienen 25% de mortalidad en el primer año y mientras que las mujeres sube al 40 %.

Lo importante en las mujeres es no minimizar los síntomas, acudir al médico y más aun cuando existen  factores de riesgo que predisponen a enfermedad coronaria.

Entre los factores de riesgo en primer lugar hay que tener en cuenta la genética que es un predisponente de primer orden. Luego tenemos factores de gran peso como la  hipertensión arterial, tabaquismo, diabetes, sedentarismo,  sobrepeso u obesidad, estrés.

Sumados a los factores de riesgo habituales de enfermedad coronaria, los anticonceptivos orales pueden representar un mayor riesgo para las mujeres, en especial, en quienes asuman otros factores peligrosos, como el hábito de fumar.  Si bien no se sabe totalmente los investigadores creen que las píldoras anticonceptivas elevan la presión arterial y los niveles de glucemia (azúcar en sangre) en algunas, además de aumentar el riesgo de formación de coágulos sanguíneos.  De hecho, su uso en mujeres fumadoras mayores de 35 años está relativamente contraindicado.

El mayor riesgo que la diabetes implica también puede explicarse por el hecho de que la mayoría de las pacientes diabéticas suelen presentar otros factores de riesgo como el sedentarismo, la obesidad, tener colesterol elevado o ser hipertensas. Como sucede con el colesterol, los síntomas sólo aparecen en las etapas avanzadas.  Es recomendable siempre tener un análisis de glucemia para adelantarse a los problemas que genera la diabetes. Y en caso de tener diabetes ver si la enfermedad está totalmente controlada.

Afortunadamente, la comunidad médica está comenzando a adaptarse a esta nueva realidad de la mujer. Por otro lado, las mujeres están tomando conciencia que para reducir el riego cardiovascular se deben valorar cuidadosamente los factores de riesgo (principalmente luego de la menopausia), incluyendo la evaluación del colesterol, la presión arterial, el azúcar en sangre y el peso corporal. Se debe estimular a la mujer a realizar una dieta saludable, ejercicio físico y categóricamente abandonar el cigarrillo.

Recuerde, pequeñas modificaciones en su estilo de vida pueden traer enormes beneficios en su salud.



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