OPINIONES – Dr. Eduardo Tassano

jueves, 12 de febrero de 2015

¿Le hace mal la diabetes a las enfermedades del corazón?





Diabetes y Corazón.







Las enfermedades cardiovasculares y la diabetes son parte importante de las enfermedades crónicas no transmisibles. Estas constituyen la gran epidemia del siglo XXI. Por separado son altamente incidentes como causas de morbimortalidad. Sin embargo la diabetes potencia decididamente las enfermedades cardiovasculares.  

   La diabetes «mellitus» es una enfermedad crónica, actualmente con tratamiento pero no curable, que se caracteriza por la elevación de la glucosa en la sangre. La glucosa es el elemento nutritivo que genera la energía en las células del organismo. 

   En general los alimentos se dividen en proteínas, grasas e hidratos de carbono. La glucosa es parte básica de los hidratos de carbono que son el combustible principal del organismo.  Se encuentran en muchos alimentos, que son ingeridos. Luego de la absorción a nivel intestinal la glucosa circula en la sangre. En ese momento empieza a funcionar la insulina, hormona que se produce en el páncreas y cuya principal función es hacer que la glucosa ingrese a las células del organismo. 

   Si esta hormona no existe o es insuficiente, la glucosa no ingresa a las células y el  nivel de glucosa en sangre se eleva dando origen a lo que conocemos como diabetes. 

   El páncreas es una glándula situada en el abdomen que se encarga de fabricar insulina y otras hormonas, así como jugos pancreáticos que contienen enzimas necesarias para digerir la comida.  
      
   La diabetes «mellitus» puede producirse por una producción insuficiente de insulina (suele relacionarse con una predisposición hereditaria) o porque ésta no actúa adecuadamente (influyen factores externos y ambientales). En el primer caso estamos ante lo que conocemos como diabetes de tipo 1  en la cual en general hay carencia total o casi total de insulina, y en el segundo caso ante diabetes de tipo 2. Donde influyen  los factores de tipo externo o ambientalcomo  la obesidad, sedentarismo y dieta con exceso de calorías. 

En el caso de la diabetes de tipo 1 la consecuencia principal es la insuficiencia renal. En el caso de la diabetes de tipo dos la insulina es insuficiente o de “mal funcionamiento” y las consecuencias principales son las afecciones del sistema cardiovascular. 

La glucemia elevada en la sangre afecta principalmente el endotelio de las arterias. Las arterias tienen 3 capas, el endotelio, la  capa media y la capa externa. 

    La alteración del endotelio, modifica su función y facilita el desarrollo de arterioesclerosis.  Esta lesión progresiva de las arterias es lo que va configurando el daño de la diabetes, es decir la diabetes acelera la arterioesclerosis.  Hay pacientes que son portadores de arterioesclerosis  otros  tienen diabetes y otros tienen arteriosclerosis y diabetes.  En este caso la arterioesclerosis se potencia por la diabetes. 

   Es decir que la arteriosclerosis es una enfermedad en que las lesiones arteriales y el desarrollo de obstrucciones  o “placas “es lo que genera los daños. Placa es una sustancia pegajosa compuesta de grasa, colesterol calcio y otras sustancias que se encuentran en la sangre. Con el tiempo, esta placa se endurece y angosta las arterias.  Las obstrucciones arteriales hacen que la sangre que tiene que llegar a un tejido para que este funcione. Al no haber oxigeno se producen los daños como  los infartos de corazón o cerebro, entre otros.
   Esto es lo que va configurando las enfermedades cardiovasculares. En ellas el colesterol alto, el tabaquismo, la hipertensión arterial, el stress son fundamentales en su desarrollo, y como decíamos todas dañan la pared  arterial. En ese contexto la glucemia alta al afectar las arterias potencia tremendamente todo esto.  

    Además el exceso de glucosa favorece la inflamación, lo que incrementa el riesgo de que se formen coágulos, elevando el riesgo de sufrir  trombosis que aceleran las obstrucciones arteriales. 

   Debido a los hábitos  actuales, con el estilo de vida tan modificado  a partir de los 20-25 años todas las personas sufrimos arteriosclerosis en mayor o menor medida, ya que el colesterol se va pegando a las paredes de nuestras arterias y las van endureciendo.

     Por otra parte muchos pacientes tienen la conjunción de hipertensión arterial y diabetes. Por el daño arterial que ambas provocan es perentorio el tratamiento agresivo de ambas entidades. Así los valores de TA  deben ser los más bajos posibles. El objetivo debe estar en lo 120/80 mm hg.  de tensión arterial.
   Como decíamos en  la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de morbilidad y mortalidad. Y, entre las enfermedades cardiovasculares, se incluyen no sólo aquellas que afectan al corazón directamente, como la enfermedad coronaria, sino también las que afectan a las diferentes arterias del cuerpo.  

 Así  aumenta el riesgo de padecer angina de pecho o un infarto agudo de miocardio y la muerte cardiaca súbita. En el caso del corazón los daños por el infarto pueden conducir a una insuficiencia cardiaca posterior. Su gravedad depende de los niveles de glucemia, es decir, de la concentración de glucosa en la sangre.

   Además son muy incidentes los accidentes cerebrovasculares, la arteriopatía periférica, y  la retinopatía, causante de ceguera.

   Concluyendo,  la diabetes genera y potencia la arteriosclerosis  y ambos son muy influyentes en el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares. Estas son primera causa de enfermedad y muerte en el mundo. Las políticas de salud en el mundo deben enfocarse al control  y prevención de estas afecciones.

   La posibilidad de generar estilos de vida más saludables apostando a una mayor accesibilidad a las actividades físicas, y la práctica de una alimentación adecuada constituye un objetivo a perseguir desde los estamentos políticos de decisión. 

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