Han pasado un año, el miércoles 13 de noviembre del año 2013 la Cámara Alta sancionó la Ley de Regulación del Consumo de Sodio. El objetivo de ésta norma es disminuir el impacto de las enfermedades cardiovasculares y la hipertensión, reduciendo el contenido de sodio en los alimentos procesados y eliminando saleros de los locales de venta de comida.
Es una iniciativa que persigue disminuir el consumo de Sal de la población en su conjunto para reducir la importante carga sanitaria que representan las enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y renales. Constituye una de las principales acciones de promoción de la salud y forma parte de un plan integral de prevención y control de Enfermedades crónicas no transmisibles.
La OMS señala que el aumento de la presión arterial en el mundo es el principal factor de riesgo de muerte y el segundo de discapacidad por enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular e insuficiencia renal.
Desde antaño es conocida la relación entre el consumo de sal (cloruro de sodio), función del riñón e hipertensión arterial. Desde considerar que el sodio retiene agua y eso aumenta el volumen de liquido del organismo, pasando por las teorías de que por fallas en el riñón se elimina menos sodio y agua y los mecanismos íntimos bioquímicos que provocan que las arteriolas sufran una constricción mayor de lo aconsejable; todo lleva a una mayor presión arterial con todo lo que ello desencadena en el organismo.
De allí se desprende el clásico consejo médico ante los casos de hipertensión arterial en recomendar la dieta hiposodica o sin sal. Hay pruebas sólidas de que la sal añadida a la alimentación es un factor importante para el aumento de la presión arterial en personas normotensas e hipertensas, sean adultos o niños. Una dieta alta en sal aumenta también el riesgo de hipertrofia ventricular izquierda (engrosamiento de las paredes del corazón) y daño renal, es una causa probable de cáncer gástrico, y tiene posibles asociaciones con la osteoporosis, entre otras. Debido a que los alimentos salados causan sed, es probable que sea un contribuyente importante a la obesidad entre los niños y adolescentes a través de la asociación con un mayor consumo de bebidas de altas calorías.
Un informe técnico de la OMS (organización mundial de la salud) y la FAO (Organización para la alimentación y la agricultura) recomienda una ingesta de sal de menos de 5g/día/persona, el objetivo de una dieta saludable, equivalente a 2000 mg de sodio. Entre los países de las Américas, donde se ha estudiado la excreción de sodio de forma estandarizada y comparable, la ingesta de sal resultó ser de 11.5g/día/persona.
Datos recientes de los Estados Unidos indican que el 95% de los hombres y el 75% de las mujeres de 31 a 50 años de edad, regularmente consumen más sal que la cantidad máxima. En Canadá, más del 85% de los hombres y el 60% de las mujeres entre 19 y 70 años de edad tienen una ingesta de sal por encima del nivel máximo de ingesta. En Argentina, según estimaciones de la cartera sanitaria, el consumo es de 11,2 gramos de promedio.
Reducir la presión arterial efectivamente en una escala universal requiere de acciones con gran alcance en la población. Si bien el asesoramiento individual y la enseñanza son parte de cualquier enfoque global de la presión arterial saludable, tienen un impacto limitado.
Por otro lado, la reducción de sal en la dieta de poblaciones enteras, no se limita a lo que se utiliza en la mesa, siendo más importante aun, la que se añade a alimentos tratados y confeccionados como el pan, carnes procesadas y cereales para el desayuno. Ambos pueden distribuir los beneficios de la disminución de la presión arterial amplia y equitativa.
Se justifica que los gobiernos tomen un enfoque poblacional para reducir la ingesta de sal, ya que los aditivos de sal en los alimentos son muy comunes. Las personas no son conscientes de la cantidad de sal que están comiendo en diferentes alimentos y de los efectos adversos en su salud, siendo los niños especialmente vulnerables.
La reducción de la presión arterial mediante la reducción de la ingesta de sal a nivel poblacional es efectiva. Una estrategia que combine los medios de comunicación y campañas de concientización con la regulación del contenido de sal en los productos alimenticios puede evitar un importante número de muertes en 10 años.
La iniciativa del Plan Argentina Saludable del Ministerio de Salud de la Nación “Menos Sal Más Vida”, trabaja desde 2011 en la reducción del consumo de sal a través de acuerdos con la industria alimenticia y las panaderías artesanales
Firmaron este acuerdo 45 empresas del rubro alimenticio comprometidas en disminuir la cantidad de sodio en sus productos elaborados y son casi 500 los alimentos de consumo masivo incorporados al convenio, entre lácteos, cárnicos, sopas, aderezos, conservas y farináceos.
La nueva Ley establece que el Ministerio d Salud fijará la cantidad de sal máxima permitida para cada tipo de alimento producido por la industria, y plantea un programa de reducción progresiva hasta alcanzar esos topes. Luego la industria tendrá un plazo de 24 meses para adecuarse a la norma.
La Ley de regulación del consumo de sodio plantea:
-Reducción progresiva de la sal contenida en los alimentos procesados hasta alcanzar los valores máximos en cada grupo alimentario, fijados por la cartera sanitaria nacional;
-Regula la fijación de advertencias en los envases sobre los riesgos del consumo en exceso de sal;
-Promueve la eliminación de los saleros en las mesas de los locales gastronómicos;
-Fija el tamaño máximo para los envases en los que se venda sal no superar los 500mg y
-Establece sanciones para las empresas infractoras.
- También se reduce a la mitad el tamaño de los sobrecitos de sal que hay en los restaurantes, que serán de medio gramo en lugar de un gramo.
La Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA) celebró la sanción de la Ley Nacional de Regulación del Consumo de Sodio, cuyo objetivo es lograr que la población consuma menos sal de mesa en las comidas y destacó que se trata de una norma "de alto impacto que reducirá las muertes por infarto y ACV".
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