De acuerdo con investigaciones del Concejo
Internacional de Seguridad Contra Accidentes, el 25% de los incidentes de
tránsito en el mundo se deben al uso de teléfonos mientras se conduce.
DESTACADO:
La probabilidad de tener accidentes aumenta de cuatro
a cinco veces si el conductor utiliza algún tipo de teléfono y adicionalmente
se reduce en un 10% el tiempo de reacción para el frenado.
La salud pública en el mundo enfrenta un desafío
tremendo que son los accidentes de tránsito. Por el momento el daño en
enfermedad y mortalidad son impactantes. Eso llevó a considerar y estudiar los
factores que contribuyen a provocar o desencadenar estos accidentes.
En ese sentido el nivel de alcoholemia en los
conductores, la falta de respeto a los límites de velocidad y a las
indicaciones y carteles del tránsito, el no uso de los cinturones de seguridad
son los principales desencadenantes de los accidentes.
Al día de hoy un nuevo actor ha entrado en escena: el
uso del teléfono celular.
El New England Journal of Medicine (una de las
revistas médicas más importantes del mundo) ha publicado trabajos en los que se
demuestra que la probabilidad de tener accidentes aumenta de 4 a 5 veces en los que hacen
uso del teléfono y adicionalmente se reduce en un 10% el tiempo de reacción
para el frenado.
El uso del celular por un conductor constituye una
imprudente conducta. El mal uso incluye hablar o enviar mensajes de texto, leer
mensajes de correo, WhatsApp, etc.
Cuando se conduce un vehículo se ponen en juego los
sentidos fundamentales, y el 93 por ciento de la atención está concentrada en
la visión y el otro 7 por ciento en los oídos, por lo que hablar por celular
resta capacidad de percepción y reacción.
Los accidentes son causados por la falta de atención y
concentración. Los conductores tienen una fracción de segundo para poder
maniobrar o reaccionar ante los obstáculos que se le presentan al conducir y
ese segundo implica espacio de rodamiento del vehículo. La utilización de
celulares genera la extensión de ese segundo de reacción y del espacio
necesario para frenar, por lo que suceden los accidentes.
El nivel de “atención” de las personas tiene la
particularidad de concentrarse en una sola dirección. Cuando se cambia el foco
de atención (de conducir normalmente a hablar por celular), se produce una
“mezcla” de información, lo cual se traduce en “confusión” y “error”.
Cuando además se debe prestar atención a “algo” más,
como un peatón que se atraviesa sorpresivamente, la gran cantidad de
información que procesa la mente provoca un bloqueo, debido a la saturación. Lo
mismo ocurre cuando se pretende abrir en una computadora distintos programas al
mismo tiempo.
La utilización de los auriculares y manos libres
genera que los sentidos no estén enfocados sólo en el manejo y se transporte
psicológicamente a la comunicación, pudiendo desencadenar en un siniestro.
La utilización de celulares no sólo se da en los
automóviles, también se registra en los motociclistas. La imprudencia y la
negligencia de muchos motociclistas se observa en el uso de celulares mientras
conducen o la implementación de auriculares. Inclusive, se puso de moda la
instalación de parlantes en los vehículos, lo cual resta atención.
Cada día es más alarmante el aumento significativo que
ha experimentado esta moderna causa de accidente en países de Europa, Asia y
Norte y Sudamérica. Por ejemplo, en Buenos Aires se ha duplicado el número de
accidentes, en Perú el uso del equipo fue responsable del 25% de los accidentes
y en el estado de Oklahoma (EE.UU.) recientes estudios han determinado que el
65% de los accidentes de tránsito que allí se producen se deben al uso de los
teléfonos móviles.
Este hecho ha sido comprobado en varios estudios en
los que se ha empleado control de casuística y técnicas de regresión logística.
Los estudios indican que el uso de un teléfono celular en el tráfico afecta de
forma diferente a conductores de vehículos livianos en las ciudades, que a
personas que manejan en carreteras de alta velocidad o conductores de camiones
pesados o vehículos de trabajo.
El otro aspecto es el uso del sistema "manos
libres" y se encontró que, aunque en menor grado, también este aparato
incrementa la frecuencia de accidentes. También las encuestas se dirigieron
hacia el hecho de realizar llamadas o solamente contestarlas y en ambos casos
la posibilidad de un accidente de tránsito fue mayor.
En un estudio realizado en Inglaterra se demuestra que
el momento más peligroso para la asociación entre la llamada telefónica y el
accidente es cuando ésta se inicia, bien sea que el conductor llame o sea
llamado.
También estudiaron la posibilidad de que un teléfono
celular en el auto, en manos de otra persona diferente del conductor, afectara
la capacidad de concentración y se encontró, aunque las muestras son pequeñas y
las conclusiones no muy confiables, que esta circunstancia incrementa las
posibilidades de accidente, aunque menos que cuando el chofer es quien utiliza
el aparato.
Según las normativas de tránsito vehicular, el
conductor siempre debe tener las dos manos sobre el volante, excepto cuando
debe realizar los cambios, el cual es un movimiento mecánico. Toda condición
externa que haga que retire las manos del volante o se distraiga son
consideradas conductas indebidas a la hora de manejar.
Los otros usos distractivos son: tomar mate, escuchar
música, interactuar con los acompañantes, fumar o cambiar el dial de la radio.
Tal como se ha indicado al comienzo de esta nota, la tecnología
y la conducción pueden avanzar en armonía. En este sentido, a modo de
conclusión repasamos algunos consejos para los conductores usuarios de
teléfonos celulares:
- Detenerse en un lugar seguro y entonces realizar la
llamada.
- Evitar de plano el envío de mensajes de texto cuando
se conduce.
- Si se recibe una llamada, a través del manos libres
solicitar una posterior, calculando el momento en que ya no estarás al volante.
-Derivar la llamada a un acompañante.
El primer antecedente de legislación data del año
2001, convirtiéndose el Estado de Nueva York en el primero en prohibir el uso
de telefonía celular mientras se conduce, a menos que sea un manos libres y si
bien le sucedieron otros antecedentes, poco se sabe sobre la eficacia de estas leyes
que resultan difíciles de controlar.
El tema es actitudinal y forma parte de la conciencia
de cada conductor. No olvides: “Eres el piloto de tu vida”.
Dr. Eduardo Tassano
Máster en gerenciamento en
Servicios y sistemas de salud
Especial para época
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