OPINIONES – Dr. Eduardo Tassano

jueves, 13 de febrero de 2014

La neumonía en el mundo y Argentina







Según datos del Ministerio de Salud, las enfermedades del sistema respiratorio se encuentran entre las primeras cinco causas de muerte de la población general, en todos los grupos de edades.

Analizando las causas de enfermedad y muerte en el mundo vemos que las neumonías ocupan un lugar preponderante especialmente en los países de menores ingresos. En general en estos países constituye la tercera o cuarta causa de enfermedad y muerte.

La neumonía es un tipo de infección respiratoria aguda que afecta a los pulmones. Se transmite generalmente por contacto directo con personas infectadas.

Como decíamos, es un tipo de infección respiratoria aguda que afecta a los pulmones. Éstos están formados por pequeños sacos, llamados alvéolos, que - en las personas sanas - se llenan de aire al respirar. Los alvéolos de los enfermos de neumonía están llenos de pus y líquido, lo que hace dolorosa la respiración y limita la absorción de oxígeno.

La neumonía puede propagarse por diversas vías. Los virus y bacterias presentes comúnmente en la nariz o garganta de los niños, pueden infectar los pulmones al inhalarse. También pueden propagarse por vía aérea, en gotitas producidas en tosidas o estornudos. Además, la neumonía puede propagarse por medio de la sangre, sobre todo en el parto y en el período inmediatamente posterior. Se necesita investigar más sobre los diversos agentes que causan la neumonía y sobre sus modos de transmisión, ya que esta información es fundamental para el tratamiento y la prevención de la enfermedad.

La neumonía es la causa principal de muerte de niños en todo el mundo. Se calcula que la neumonía mata a unos 1,2 millones de niños menores de cinco años cada año, más que el SIDA, la malaria y el sarampión combinados.   Esa cifra de mortalidad supone el 18% de todas las defunciones de niños menores de cinco años en todo el mundo. La prevalencia es mayor en el África subsahariana y Asia meridional.  Todo esto podría evitarse con medidas sencillas y tecnológicamente accesibles.

La neumonía puede estar causada por virus, bacterias u hongos. Es sabido que hay medicación antibiótica para las bacterias y hongos, no existiendo para los virus.

Es notable que las neumonías sean tan incidentes en las cifras ya que  pueden  prevenirse mediante inmunización (vacunación), una alimentación adecuada y mediante el control de factores ambientales.
La neumonía causada por bacterias puede tratarse con antibióticos, pero solo alrededor del 30% de los niños que padecen neumonía reciben los antibióticos que necesitan.

Síntomas:

Los síntomas de la neumonía vírica y los de la bacteriana son similares, si bien los de la neumonía vírica pueden ser más numerosos que los de la bacteriana.

Los más comunes son: respiración rápida o dificultosa, tos, fiebre, escalofríos, pérdida de apetito, silbidos en el pecho. La respiración puede ser tan dificultosa que se puede notar el esfuerzo respiratorio en la parte inferior del  tórax y cuello. En lactantes muy enfermos, la neumonía puede ocasionar incapacidad para consumir alimentos o líquidos, así como pérdida de consciencia y convulsiones.

Factores de riesgo

La mayoría de los niños sanos pueden combatir la infección mediante sus defensas naturales, pero los niños con defensas bajas (inmunodeprimidos) presentan un mayor riesgo de contraer neumonía. Las defensas del niño pueden debilitarse por malnutrición o desnutrición, sobre todo en lactantes no alimentados exclusivamente con leche materna.

La presencia previa de enfermedades como sarampión o infecciones de VIH asintomáticas también aumentan el riesgo de que un niño contraiga neumonía.

Los siguientes factores ambientales también aumentan la susceptibilidad de los niños a la neumonía: la contaminación del aire interior ocasionada por el uso de leña o excrementos como combustible para cocinar o calentar el hogar, vivir en hogares hacinados, el consumo de tabaco por los padres (el tabaco otra vez).

Prevención

La prevención de la neumonía infantil es un componente fundamental de toda estrategia para reducir la mortalidad infantil. En este tema, toma vital importancia la vacunación contra la haemofilus, neumococos, sarampión y tos ferina (tos convulsa).

Una nutrición adecuada es clave para mejorar las defensas naturales del niño, comenzando con la alimentación exclusiva con leche materna durante los seis primeros meses de vida. La leche materna, además de prevenir eficazmente la neumonía, reduce la duración de la enfermedad.

También puede reducirse el número de niños que contraen neumonía corrigiendo factores ambientales como la contaminación del aire interior por ejemplo, proporcionando cocinas de interior limpias a precios accesibles  y fomentando el no tabaquismo.

A nivel mundial

El problema de nivel mundial obligó a la Organización Mundial de la Salud a tomar medidas. En 2009, la OMS y el UNICEF pusieron en marcha el Plan de Acción Mundial para la Prevención y el Control de la Neumonía (GAPP), que tiene por objetivo acelerar el control de la neumonía combinando diversas intervenciones de protección, prevención y tratamiento de la enfermedad en los niños, con medidas como las siguientes:

1) Protección de los niños de la neumonía, entre otras cosas promoviendo la lactancia natural exclusiva y el hábito de lavarse las manos y reduciendo la contaminación del aire en interiores.

2) Prevención de la neumonía mediante la vacunación;

3) Tratamiento de la neumonía, sobre todo procurando que todos los niños enfermos tengan acceso a una atención sanitaria correcta y reciban los antibióticos y el oxígeno que necesitan para sanar.

¿Y en Argentina?

Las muertes por enfermedades transmisibles en la República Argentina, a similitud del mundo desarrollado, disminuyeron drásticamente en la segunda mitad del siglo XX como consecuencia del mejoramiento de las condiciones ambientales, la disponibilidad de antibióticos, los conocimientos sobre prevención y el uso masivo de las vacunas. Si bien la tendencia se mantiene puede observarse que las tasas son muy superiores a las de países desarrollados.

Alrededor de 15 mil personas mayores de 50 años mueren cada año en Argentina como consecuencia de neumonías, cifra que duplica a la tasa de mortalidad por esa enfermedad en Chile y que también supera a la de otros países de América, como Brasil y Cuba.

La neumonía es una de las complicaciones más comunes de la gripe o influenza, una de las medidas más importantes es la vacunación antigripal anual, que se recomienda en mayores de 65 años y en todas aquellas personas pertenecientes a los grupos de riesgo, como los inmunosuprimidos, diabéticos y asmáticos, entre otros.

Una medida importante de prevención es la vacunación antineumocócica.
En la actualidad, ya está disponible, para el uso en niños hasta los 5 años de edad, una vacuna conjugada que cubre los 13 serotipos de neumococo de mayor incidencia. Se están realizando investigaciones para analizar si es factible el uso de esta vacuna conjugada en adultos.
Estas vacunas no forman parte del Calendario Nacional de Vacunación Obligatorio para niños en nuestro país.

Otras medidas de prevención son lavarse las manos con frecuencia (en especial luego de sonarse la nariz, ir al baño o cambiar pañales), no fumar y consultar con el médico si es conveniente vacunarse en cada caso.
Otro desafío para las organizaciones de salud, donde la prevención ocupa un rol preponderante.

Autor: Eduardo Tassano

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