OPINIONES – Dr. Eduardo Tassano

jueves, 18 de diciembre de 2014

Contaminación del agua




La contaminación de los cursos de agua, tanto los superficiales como los profundos, constituyen un problema ambiental de gran magnitud.  Cantidades ingentes de sustancias originadas en la actividad humana son vertidas al mar, a los ríos, arroyos y lagos, y a las napas subterráneas.

La contaminación ambiental está causando estragos de alto impacto para los ecosistemas. Esa contaminación puede ser del aire del suelo y del agua.
La contaminación es la introducción de sustancias en un medio que provocan que este sea inseguro o no apto para su uso. El medio puede ser un ecosistema, un medio físico o un ser vivo. El contaminante puede ser una sustancia química o energía (como sonido, calor, luz o radiactividad).

La contaminación es siempre una alteración negativa del estado natural del medio, y por lo general, se genera como consecuencia de la actividad humana considerándose una forma de impacto ambiental.

Los ríos, lagos y mares recogen, desde tiempos inmemoriales, las basuras producidas por la actividad humana. 

El ciclo natural del agua tiene una gran capacidad de purificación. Pero esta misma facilidad de regeneración del agua, y su aparente abundancia, hace que sea el vertedero habitual en el que arrojamos los residuos producidos por nuestras actividades. Pesticidas, desechos químicos, metales pesados, residuos radiactivos, etc., se encuentran, en cantidades mayores o menores, al analizar las aguas de los más remotos lugares del mundo. Muchas aguas están contaminadas hasta el punto de hacerlas peligrosas para la salud humana, y dañinas para la vida.

La degradación de las aguas viene de antiguo y en algunos lugares, como la desembocadura del Nilo, hay niveles altos de contaminación desde hace siglos; pero ha sido en este siglo cuando se ha extendido este problema a ríos y mares de todo el mundo.

Primero fueron los ríos, las zonas portuarias de las grandes ciudades y las zonas industriales las que se convirtieron en sucias cloacas, cargadas de productos químicos, espumas y toda clase de contaminantes. Con la industrialización y el desarrollo económico este problema se ha ido trasladando a los países en vías de desarrollo, a la vez que en los países desarrollados se producían importantes mejoras.
En el agua, pueden existir contaminantes  en diferentes estados. Estos contaminantes pueden estar disueltos o pueden estar en suspensión, lo que significa que existen en forma de gotas o partículas.

En cualquiera de  los estados  los contaminantes pueden viajar grandes distancias a través del agua de muchas maneras diferentes. Las partículas pueden caer al fondo de los arroyos o lagos o subir a la superficie, en función de su densidad. Esto significa que la mayoría permanecen en el mismo lugar cuando el agua no fluye o se trata de aguas estancadas.

En los ríos, los contaminantes suelen viajar grandes distancias. La distancia depende de la estabilidad y del estado físico de los contaminantes, así como de la velocidad del flujo del río. Los contaminantes pueden viajar más lejos cuando están en disolución en un río que fluye rápido. Las concentraciones de un lugar, son generalmente bajas, pero dicho contaminante se puede detectar en muchos más sitios a largas distancias, debido a la facilidad que tienen en ser transportados.

En lagos y océanos los contaminantes son transportados a través de las corrientes. Hay muchas corrientes en los océanos, que son impulsadas por el viento. Esto permite a un contaminante viajar de un continente a otro.

En ocasiones, se suele contar con  la capacidad de los océanos para reducir la concentración, el llamado "auto-limpieza " de los océanos. Pero esto no siempre funciona, porque el movimiento de las corrientes en los océanos no es uniforme.
Cuando los contaminantes persistentes se acumulan en los peces o las aves marinas, puede convertirse en un peligro tóxico para las cadenas alimentarias acuáticas, y también pueden viajar grandes distancias dentro de estos animales y terminar en la cadena alimentaria de zonas no contaminadas.

Entre los contaminantes del agua más comunes se incluyen:

-         Los agentes biológicos causantes de enfermedades. Estos se generan por la eliminación, en los ríos y mares, de desechos cloacales o animales que no reciben un tratamiento previo adecuado. Tal es el caso de la bacteria que produce el cólera o de los virus que provocan hepatitis o diarrea.

-         La materia orgánica, que proviene de diferentes fuentes, como son los desechos cloacales, los residuos que producen las industrias frigoríficas, papeleras, alimentarías, los mataderos, las granjas de pollo, etc., la gran cantidad de detergente utilizada en las casas, y los abonos agrícolas.

-         Los plaguicidas, que se usan en los campos agrícolas para combatir malezas y plagas que atacan los cultivos.

-         Aguas residuales y otros residuos que demandan oxígeno compuesta en su mayor parte por materia orgánica, cuya descomposición produce la desoxigenación del agua. El problema de la aguas residuales domésticas no es solamente generado por microorganismos dañinos para la salud, si no además, la eliminación de compuestos que permiten el crecimiento de algas y otros organismos que consumen el oxigeno de las aguas.

-         Nutrientes vegetales que pueden estimular el crecimiento de las plantas acuáticas. Éstas, a su vez, interfieren con los usos a los que se destina el agua y, al descomponerse, agotan el oxígeno disuelto y producen olores desagradables.

-         Productos químicos, incluyendo los pesticidas, diversos productos industriales, las sustancias tensioactivas contenidas en los detergentes, y los productos de la descomposición de otros compuestos orgánicos. El petróleo, especialmente el procedente de los vertidos accidentales. Minerales inorgánicos y compuestos químicos.

-         Sedimentos formados por partículas del suelo y minerales arrastrados por las tormentas y escorrentías desde las tierras de cultivo, los suelos sin protección, las explotaciones mineras, las carreteras y los derribos urbanos.

-         El calor también puede ser considerado un contaminante cuando el vertido del agua empleada para la refrigeración de las fábricas y las centrales energéticas hace subir la temperatura del agua de la que se abastecen.

  Se deberían desarrollar e implementar políticas, esquemas de planificación y coordinación, preparación y adaptación de legislación, reglamentaciones y vigilancia del cumplimiento de las normas de calidad del agua, programas de monitoreo, capacitación y diseminación de información y evaluación del impacto ambiental.  Identificar,  clasificar  y priorizar los problemas locales relacionados con la calidad del agua y el control de la contaminación.   Considerar estrategias de largo plazo para el control de la contaminación del agua basadas en metas realistas de corto plazo.

jueves, 4 de diciembre de 2014

La importancia del estilo de vida en la diabetes.







En Argentina, más de 2.5 millones de personas sufre de diabetes, 250.000 de los diabéticos en Argentina son adolescentes.

La Diabetes integra el cuarteto de las Enfermedades Crónicas no Transmisible completando  el grupo integrado por las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y las enfermedades respiratorias crónicas. Estas entidades son la principal preocupación de la salud pública en el mundo.

 Tal es así que son consideradas la epidemia del siglo XXI. El 14 de noviembre se celebra el día mundial de la diabetes. Fecha que se aprovecha para concientizar sobre esta multifacética y frecuente enfermedad en conmemoración al nacimiento de  Frederick Grant Banting, quien nació el 14 de noviembre de 1891 que fue, quien junto a  Charles Best, logró aislar por primera vez la insulina en 1921. Gracias a este hallazgo la diabetes pasó de ser una enfermedad mortal a ser una enfermedad controlable.

La insulina es la hormona producida por el páncreas que inicia la utilización de la glucosa por parte de las células del organismo. Al fallar la insulina, el organismo  produce  un mal manejo  de la glucemia, principal molécula de los hidratos o de carbono o azucares, que a su vez  son la principal fuente de energía del organismo.  

El efecto de la diabetes no controlada es la hiperglucemia (aumento del azúcar en la sangre), que con el tiempo daña gravemente muchos órganos y sistemas, especialmente los nervios y los vasos sanguíneos.
En Argentina, el 8% de la población (más de 2.5 millones) sufre de diabetes. El 10% (250.000) de los diabéticos en Argentina son juveniles.

En el mundo hay más de 347 millones de personas con diabetes. Se calcula que en 2012 fallecieron 1,5 millones de personas como consecuencias del exceso de azúcar en la sangre en ayunas. Más del 80% de las muertes por diabetes se registran en países de ingresos bajos y medios.
La diabetes aumenta el riesgo de cardiopatía y accidente vascular cerebral (AVC). Un 50% de los pacientes diabéticos mueren de enfermedades cardiovasculares (principalmente cardiopatía y AVC). Tambien puede afectar la sensibilidad de los nervios , la retina, provocando ceguera, llevar al fallo renal entre los principales daños.

En los pacientes con diabetes el riesgo de muerte es al menos dos veces mayor que en las personas sin diabetes.

La diabetes puede ser:  

-           tipo 1: ausencia de insulina desde los primeros años, llamada infanto juvenil
-          tipo 2 en donde hay poca insulina o mal funcionamiento de la misma, muy asociada a sobrepeso y que se da principalmente en los adultos.

Según proyecciones de la OMS (Organización mundial de la Salud), la diabetes será la séptima causa de mortalidad en el 2030. Se ha demostrado que medidas simples relacionadas con el estilo de vida son eficaces para prevenir la diabetes de tipo 2 o retrasar su aparición: La dieta saludable, la actividad física regular, el mantenimiento de un peso corporal normal y  evitar el consumo de tabaco son algunas de esas medias.

Es muy bueno mantenerse activo físicamente: al menos 30 minutos de actividad regular de intensidad moderada la mayoría de los días de la semana; para controlar el peso puede ser necesaria una actividad más intensa.

Consumir una dieta saludable que contenga entre tres y cinco raciones diarias de frutas y hortalizas y una cantidad reducida de azúcar y grasas saturadas.

Evitar el consumo de tabaco, puesto que aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Una duda frecuente es  qué alimentos se pueden consumir y cuáles no. Está claro que no existen dietas esquematizadas, iguales para todos los pacientes. La absorción de esos mismos nutrientes es diferente en cada paciente, de acuerdo a su metabolismo, a la combinación de los alimentos, a la práctica de actividad física, etc.

 Por lo tanto, las recomendaciones generales pueden adaptarse, ajustarse o ampliarse de acuerdo a estos factores y al manejo del paciente de sus glucemias.

La utilización de los hidratos de carbono dentro de su plan de alimentación, permite sostener en forma crónica, una buena adhesión a la dieta, facilitando la variedad en cuanto a sabores, colores y aporte de nutrientes.

Los carbohidratos que no se recomiendan, como generalidad en el diabético son los de absorción rápida, como azúcares, jalea, mermeladas, golosinas, helados, confituras, productos de repostería ó toda preparación a la que se le agregue azúcar.

 Los carbohidratos complejos que encontramos en alimentos  como cereales, legumbres, papa, choclo, harinas, banana, entre otros, son de absorción lenta (no producen aumentos rápidos en los niveles de glucemia) pueden utilizarse en las cantidades recomendadas con tranquilidad.

La incorporación de fibra, como aportan diferentes cereales integrales, legumbres, choclo, etc., permiten que la absorción de los carbohidratos sea aún más lenta y en menor proporción.

Por último es evidente que los edulcorantes son de suma utilidad en el reemplazo del azúcar.  Sociedades científicas reafirman que éstos son seguros, mientras su consumo se dé dentro de los niveles de ingesta diaria establecidos por las agencias reguladoras. Hay mas dudas en su utilización con los niños,   donde no está totalmente definido su uso. No existen edulcorantes específicos para adultos o niños y adolescentes. Para cada uno de los tipos comercializados se han establecido las dosis seguras de consumo (expresadas como ingesta diaria aceptable o admisible-IDA-, típicamente 100 veces menor que la dosis observada como causante de toxicidad en animales), expresadas en mg por kg de peso.

Dentro de los edulcorantes aprobados por la FDA y disponibles en nuestro mercado se encuentran: sacarina de sodio, ciclamato de sodio (aprobado en Europa, por no en EE.UU), aspartame, sucralosa, acesulfamo de potasio y stevia (a diferencia de los anteriores, es un edulcorante natural).
 Además, análisis de estudios realizados a lo largo del tiempo en niños y adolescentes, muestran resultados contradictorios, sin poder concluir claramente que favorezcan la ganancia de peso, pero tampoco que ayuden a su disminución. De todas maneras en los adultos es un arma de primer nivel para el manejo de la diabetes. 

El estilo de vida es uno de los 4 determinantes de la salud pública. El mundo moderno globalizado, sedentario y con alimentos hipercalóricos, no favorece para nada la vida sana.  En la diabetes la modificación del mismo es de vital importancia para el control de esta enfermedad. Por ello el incremento de la actividad física y la dieta saludable son armas de primer nivel en esta enfermedad. 

Dr Eduardo Tassano
Magister en Gerenciamiento en Servicios y Sistemas de Salud.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Los peligros de la automedicación






Nuestro estilo de vida actual favorece mucho el crecimiento de las adicciones. Además de las importantes como el alcoholismo y el tabaquismo, sumadas a las drogas de venta prohibida (como la marihuana, cocaína, paco), es llamativo el crecimiento de las adicciones por ventas de fármacos o drogas que son de uso medicinal. Mucho tiene que ver en ello lo que se conoce como automedicación.

En principio y por definición, el concepto de la automedicación se refiere al uso de medicamentos por iniciativa propia, sin que exista algún tipo de intervención por parte del médico, ni en el diagnóstico, ni en la prescripción, ni en la supervisión del tratamiento.

La automedicación es el uso irracional y descontrolado de fármacos sin algún tipo de precaución ni respaldo farmacéutico.


El abuso en el consumo de medicamentos en Argentina provoca la muerte de 22 mil personas al año, lo que se traduce en 60 decesos al día a un promedio de una víctima cada 23 minutos, según advirtió la Asociación Agentes de Propaganda Médica (AAPM).


Además, la automedicación es la segunda fuente de intoxicación después de las bebidas alcohólicas y mayor incluso, que la cocaína.


Las diversas consecuencias se producen al no tener conocimientos sobre los fármacos, la historia médica del paciente y forma en que los medicamentos funcionan en el organismo.


Es importante que la gente entienda e incorpore el riesgo que implica automedicarse. Más aún cuando como consecuencia de la publicidad masiva y del “rápido alivio” que supone la automedicación se corre el riesgo de caer en la automedicación no responsable. Es conocido que el acceso fácil a los medicamentos -en los supermercados por dar un ejemplo- es un elemento de extrema peligrosidad. En ese caso observamos a menudo que  los medicamentos están expuestos al lado de productos cosméticos, de perfumería o incluso de golosinas”.


Sería importante impulsar un cambio cultural, que empieza por darle mayor difusión a los trastornos que pueden generarse como consecuencia del uso inapropiado de los medicamentos. También debe procurarse que los médicos tengan mayor incumbencia en este cambio, y sean promotores educativos de estos temas con los pacientes.


Entre los factores que derivan en esta mala práctica, la automedicación, y que  deberían repensarse a fin de modificar este problema, se encuentran: escasez de tiempo para acudir a la consulta médica, dificultades para concurrir a los centros de salud, sumados a la pérdida de credibilidad en el sistema sanitario que hace que se quiera la solución rápida sin pasar por la consulta, o sino el deterioro de la relación médico-paciente que hace más impersonal el tratamiento definitivo de enfermedades en principio poco graves que se presentan muy a menudo como resfríos, gripe, cefaleas, trastornos gastrointestinales.


Otro aspecto serio es mucha propaganda actual de medicamentos de venta libre mal interpretados por la población. En muchos casos esa automedicación inicial contribuye a complicar o enmascarar la patología de base.


Ejemplos comunes de automedicación y que generan daños incluyen: tomar antiinflamatorios que no corresponden para cuadros de migraña, analgésicos para cuadros inflamatorios, antibióticos para infecciones virales inespecíficas, (se sabe que los antibióticos son para las infecciones bacterianas), uso de ansiolíticos (que se usan como tranquilizantes menores) para cuadros siquiátricos de otro tipo, o medicamentos digestivos tipo antidiarreicos o loperamida para cualquier episodio de gastroenteritis, o mucolíticos (que son para fluidificar las secreciones respiratorias), para disminuir  cualquier proceso de tos.


El mal uso puede generar intoxicaciones, como podrían ser las sobredosis, o provocar interacciones de medicamentos aumentando y disminuyendo los efectos de los mismos o causar algún efecto dañino  no deseado.


Las cifras de venta indican que los argentinos consumieron en el período apuntado un promedio de 500 mil envases de medicamentos de venta libre por día.


Argentina es uno de los países con mayor consumo de medicamentos por habitante con un promedio de más de 16 unidades anuales, cifra que solo es superada por Francia y España.


La Fundación CONAMED (Comisión Nacional de Medicamentos), ONG que trabaja en el tema del mal uso de los medicamentos, calculó que por cada peso gastado en medicamentos se destinan otros 10 para neutralizar efectos colaterales posteriores, a causa de una medicación errónea o el consumo excesivo.


El mercado de venta libre en permanente crecimiento en Argentina durante la última década en virtud de la abundancia de campañas publicitarias, la venta en góndolas y las escasas regulaciones.
El mercado “popular” o de venta libre tuvo un crecimiento continuo desde 2001 ya que de 14,37 por ciento trepó por encima del 26 por ciento anual a partir de 2008.


Visitadores médicos, colegios profesionales de farmacéuticos, académicos e incluso algunos legisladores de la Ciudad de Buenos Aires, decidieron combatir el autoconsumo que alienta la venta libre y piden que todos los medicamentos sólo puedan ser expedidos en farmacias y por un profesional habilitado.


El Senado argentino aprobó en diciembre de 2009 la Ley 26.567 que prohíbe la venta de medicamentos (incluso los de venta libre) fuera de las farmacias. O sea, está prohibido desde entonces el expendio en kioscos y supermercados y el expendio debe ser por mostrador y no en góndolas al alcance del público.
La publicidad es cada vez mayor y más llamativa. Las farmacias son cada vez más grandes y se parecen más a centros comerciales que a las tradicionales farmacias, en definitiva lugares a los cuales uno recurre en busca de consejo y, sobre todo, con una prescripción médica.


Una alternativa a la consulta médica es consultar con el farmacéutico, que posee un importante conocimiento de los medicamentos que dispensa adquiridos mediante una carrera universitaria y mediante su constante formación postuniversitaria. El farmacéutico debe jugar un rol de mayor consideración en el esquema de la atención sanitaria.


Hay como dijimos legislación nacional que debe ser cumplida y todos debemos contribuir a advertir y corregir el peligro que significa para la población la automedicación.
 
 
Autor: Eduardo Tassano (*)
 Máster en Gerenciamiento en Servicios y Sistemas de Salud
 Especial para época

viernes, 21 de noviembre de 2014

Cuidado con la deshidratación.








La definición es muy sencilla: significa que el cuerpo no tiene tanta agua y líquidos como debiera.  

La deshidratación puede ser leve, moderada o grave dependiendo de la cantidad de líquido corporal que se haya perdido o que no se haya repuesto. Cuando es grave, la deshidratación es una emergencia potencialmente mortal.

Puede ser causada por la pérdida excesiva de líquidos, por no ingerir suficiente agua o líquidos o por ambas: entre los ejemplos de pérdidas importantes tenemos: sudoración excesiva (por ejemplo, a causa del ejercicio físico),  gasto urinario excesivo, como por ejemplo, en la diabetes no controlada o con el uso de diuréticos, por fiebre, vómitos o diarrea.

Las causas de ingestión no suficiente de líquidos pueden ser: pérdida del apetito debido a una enfermedad, náuseas, Irritación de la garganta o úlceras bucales.

Los bebés y los niños tienen más probabilidades de deshidratarse que los adultos, ya que su peso es menor y sus cuerpos asimilan el agua y los electrolitos con más rapidez. Los ancianos y los enfermos también están en un alto riesgo.

La deshidratación en niños enfermos es a menudo una combinación tanto de la renuencia a comer o beber cualquier cosa como de la pérdida de líquidos a causa de vómitos, diarrea o fiebre. De hecho en niños y jóvenes las causas más frecuentes de deshidratación están relacionadas con procesos de infección intestinales.
Ante estas situaciones es conveniente la consulta precoz para evitar que la deshidratación avance.

Los síntomas de la deshidratación pueden ser, desde sentir sed, sequedad de mucosas, sentir mareos, que se detecte disminución de la presión arterial, desasosiego, inclusive en casos avanzados hasta shock.

En climas cálidos como el nuestro es aconsejable llevar ropas livianas, buscar que no haya mucho tiempo de exposición a los rayos solares, y no permanecer en lugares cerrados con temperaturas elevadas.

En Corrientes  es esencial, con el clima que tenemos, ingerir amplias cantidades de líquidos, especialmente agua, incluso cuando se esté bien de salud, se debe tomar mucho líquido todos los días y más cuando  se  esté  haciendo ejercicio físico.
 
Consejos para prevenir la deshidratación

* Beber al menos 2,5 litros de líquidos diarios. Aumentar estas cantidades, complementándolas con una mayor ingesta de líquidos si se realiza actividades y esfuerzos físicos notables.

* No exponerse al sol innecesariamente, ni realizar ejercicio físico en las horas centrales del día. Atención a la reposición de líquidos tras la práctica de deportes o intensa actividad; la desaparición de la sed no significa que se haya logrado el nivel óptimo de hidratación.

* Llevar ropa fresca y poco ajustada para una menor sudoración.

* No incorporar el consumo de bebidas alcohólicas para la recuperación. Los niños son muy vulnerables a la acción del calor

hay que aconsejarles beber agua, zumos y bebidas en abundancia. Las personas mayores también constituyen un grupo especialmente sensible a los efectos del calor. Controle que repongan frecuentemente líquidos. Con la edad pueden perder el mecanismo de la detección e identificación de la sed y, además, la toma de medicamentos hace muy recomendable vigilar una correcta hidratación.

* Siempre anime al enfermo a consumir líquidos y no olvide que las necesidades de líquidos son mayores cuando la persona tiene fiebre, vómitos o diarrea. Los signos más fáciles de vigilar son el gasto urinario (debe haber pañales húmedos o idas al baño frecuentes), saliva en la boca y lágrimas.
 
Tratamiento

Tomar líquidos generalmente es suficiente en casos de una deshidratación leve. Es mejor tomar pequeñas cantidades de líquido frecuentemente (utilizando una cuchara o una jeringa en los bebés y en los niños), en vez de tratar de forzar una gran cantidad de líquido de una sola vez. En casos de problemas digestivos,  la ingesta de grandes cantidades de líquido de una sola vez puede producir más vómitos.

Las soluciones de electrolitos son muy efectivas y están disponibles en las farmacias. Las bebidas para deportistas contienen mucho azúcar y pueden causar o empeorar la diarrea. Igualmente, evite el uso del agua como primer recurso de reemplazo de líquidos en bebés y niños.

En los casos de deshidratación moderada a grave, puede ser necesaria la hospitalización del paciente y la administración de líquidos intravenosos. El médico intentará determinar y luego tratar la causa de la deshidratación.

 Importancia de la hidratación al hacer ejercicio.

Algunas funciones del agua cuando se hace ejercicio es regular la temperatura corporal (por medio de la sudoración), lubricar las articulaciones y ayudar a transportar los nutrientes necesarios para obtener energía y mantener la salud. Si usted no está adecuadamente hidratado, su cuerpo no podrá funcionar a su máximo nivel de capacidad, causando fatiga, calambres musculares, mareos y hasta un inadecuado funcionamiento del cerebro.

Durante el ejercicio la importancia de la hidratación se basa en contrarrestar la pérdida de agua corporal que se da por el sudor. Además de la pérdida de agua, muchos nutrientes, como el sodio, se pierden por el sudor y por ello es necesaria la reposición de los mismos para un adecuado funcionamiento del cuerpo.
 
¿Cuándo debo tomar bebidas hidratantes?

Las bebidas hidratantes se recomiendan cuando se realiza ejercicio físico de alta intensidad y de larga duración (más de una hora y media). Las bebidas hidratantes son beneficiosas para aquellas personas que realizan actividad física de forma intensa y de larga duración. Sin embargo, si no son utilizadas adecuadamente pueden provocar riesgos en la salud.

Una bebida hidratante es una mezcla de agua y sales minerales (sodio, potasio, magnesio y cloro). La función principal de las bebidas hidratantes o deportivas es reponer las pérdidas de líquido y electrolitos o sales minerales que ocurren como consecuencia de la sudoración, provocada por hacer ejercicio físico de alta intensidad y larga duración. Algunas bebidas hidratantes también pueden contener carbohidratos, los cuales proporcionan energía.

El clima es otro factor que debe de tomarse en consideración ya que un ambiente caliente fomenta aún más la sudoración y con esto una mayor pérdida de líquidos, electrolitos y glucosa que deben ser reemplazados. La reposición de los mismos mejora el rendimiento, retrasa la fatiga y acelera la recuperación.
 
¿Cómo elegir el tipo de bebida al hacer ejercicio?

1) Ejercicio leve, moderado o intenso, 60 minutos o menos de duración: Agua o bebidas sin azúcar: Junto con una dieta equilibrada, son la mejor opción para estar bien hidratado si no se realiza gran desgaste físico. Para reponer líquidos y electrolitos perdidos durante la sudoración. Sin aporte de carbohidratos como fuente de energía.

2) Ejercicio intenso entre 60 y 90 minutos. . Bebida hidratante sin azúcar. Para reponer líquidos y electrolitos perdidos durante la sudoración. Sin aporte de carbohidratos como fuente de energía.

3) Ejercicio intenso de más de 90 minutos. Bebida hidratante con azúcar. Con aporte de carbohidratos como fuente de energía.
Con respecto a las bebidas energizantes, dan cierta sensación de fuerza y vitalidad, pero no son adecuadas para recuperar líquidos perdidos. Y en general no se recomiendan para hacer ejercicios.
Todos elementos a tener en cuenta para prevenir la deshidratación.
 

Autor: Eduardo Tassano 
Máster en gerenciamiento en Sistemas y servicios de salud
Especial para época

jueves, 13 de noviembre de 2014

Ley de reducción de sodio en la Argentina.

 

 
Han pasado un año, el miércoles 13 de noviembre  del año 2013 la Cámara Alta sancionó la Ley de Regulación del Consumo de Sodio. El objetivo de ésta norma es disminuir el impacto de las enfermedades cardiovasculares y la hipertensión, reduciendo el contenido de sodio en los alimentos procesados y eliminando saleros de los locales de venta de comida.
 
Es una iniciativa que persigue disminuir el consumo de Sal de la población en su conjunto para reducir la importante carga sanitaria que representan las enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y renales. Constituye una de las principales acciones de promoción de la salud y forma parte de un plan integral de prevención y control de Enfermedades crónicas no transmisibles.
 
La OMS señala que el aumento de la presión arterial en el mundo es el principal factor de riesgo de  muerte  y el segundo de discapacidad por enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular e insuficiencia renal.
 
Desde antaño es conocida la relación entre el consumo de sal (cloruro de sodio), función del riñón e hipertensión arterial. Desde considerar que el sodio retiene agua y eso aumenta el volumen de liquido del organismo, pasando por las teorías de que por fallas en el riñón se elimina menos sodio y agua y los mecanismos íntimos bioquímicos que provocan que las arteriolas sufran una constricción mayor de lo aconsejable; todo lleva a una mayor presión arterial con todo lo que ello desencadena en el organismo.
 
De allí se desprende el clásico consejo médico ante los  casos de hipertensión arterial en recomendar la dieta hiposodica o sin sal. Hay pruebas sólidas de que la sal añadida a la alimentación es un factor importante para el aumento de la  presión arterial en personas normotensas e hipertensas, sean adultos o niños. Una dieta alta en sal  aumenta también el riesgo de hipertrofia ventricular izquierda (engrosamiento de las paredes del corazón)  y daño renal, es una causa probable de  cáncer gástrico, y tiene posibles asociaciones con la osteoporosis, entre otras.  Debido a que los alimentos salados causan sed, es  probable que sea un contribuyente importante a la obesidad entre los niños y adolescentes a través de la  asociación con un mayor consumo de bebidas de altas calorías.
 
Un informe técnico de la OMS (organización mundial de la salud)  y la FAO (Organización para la alimentación y la agricultura) recomienda una ingesta de sal de menos de 5g/día/persona, el  objetivo de una dieta saludable, equivalente a 2000 mg de sodio.  Entre los países de las Américas,  donde se ha estudiado la excreción de sodio de forma estandarizada y comparable, la ingesta de sal  resultó ser de 11.5g/día/persona.  
 
Datos recientes de los Estados Unidos indican que el 95% de los  hombres y el 75% de las mujeres de 31 a 50 años de edad, regularmente consumen más sal que la cantidad máxima.  En Canadá, más del 85% de los hombres y el 60% de las mujeres entre 19 y 70  años de edad tienen una ingesta de sal por encima del nivel máximo de ingesta.  En Argentina, según estimaciones de la cartera sanitaria, el consumo es de 11,2 gramos de promedio.
 
Reducir la presión arterial efectivamente en una escala universal requiere de acciones con gran alcance en  la población.  Si bien el asesoramiento individual y la enseñanza son parte de cualquier enfoque global de la  presión arterial saludable, tienen un impacto limitado.
 
Por otro lado, la reducción de sal en la dieta de  poblaciones enteras, no se limita a lo que se utiliza en la mesa, siendo más importante aun, la que se añade a  alimentos tratados y confeccionados como el pan, carnes procesadas y cereales para el desayuno. Ambos pueden  distribuir los beneficios de la disminución de la presión arterial amplia y equitativa.
 
Se justifica que los gobiernos tomen un enfoque poblacional para reducir la ingesta de sal, ya que los  aditivos de sal en los alimentos son muy comunes. Las personas no son conscientes de la cantidad de sal que están comiendo en diferentes alimentos y de los efectos adversos en su salud, siendo los niños  especialmente vulnerables.
 
La reducción de la presión arterial mediante la reducción de la ingesta de sal a nivel poblacional es efectiva.  Una estrategia que combine los medios de comunicación y campañas de concientización con la regulación del contenido de sal en los productos alimenticios puede evitar un importante número de muertes en 10 años.  
 
La iniciativa del Plan Argentina Saludable del Ministerio de Salud de la Nación “Menos Sal Más Vida”, trabaja desde 2011 en la reducción del consumo de sal a través de acuerdos con la industria alimenticia y las panaderías artesanales
 
Firmaron este acuerdo 45 empresas del rubro alimenticio comprometidas en disminuir la cantidad de sodio en sus productos elaborados y son casi 500 los alimentos de consumo masivo incorporados al convenio, entre lácteos, cárnicos, sopas, aderezos, conservas y farináceos.
 
La nueva Ley establece que el Ministerio d Salud fijará la cantidad de sal máxima permitida para cada tipo de alimento producido por la industria, y plantea un programa de reducción progresiva hasta alcanzar esos topes. Luego la industria tendrá un plazo de 24 meses para adecuarse a la norma.
 
La Ley de regulación del consumo de sodio plantea:
 
-Reducción progresiva de la sal contenida en los alimentos procesados hasta alcanzar los valores máximos en cada grupo alimentario, fijados por la cartera sanitaria nacional;
-Regula la fijación de advertencias en los envases sobre los riesgos del consumo en exceso de sal;
-Promueve la eliminación de los saleros en las mesas de los locales gastronómicos;
-Fija el tamaño máximo para los envases en los que se venda sal no superar los 500mg y
-Establece sanciones para las empresas infractoras.
 
- También se  reduce a la mitad el tamaño de los sobrecitos de sal que hay en los restaurantes, que serán de medio gramo en lugar de un gramo.  
 
La Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA) celebró  la sanción de la Ley Nacional de Regulación del Consumo de Sodio, cuyo objetivo es lograr que la población consuma menos sal de mesa en las comidas y destacó que se trata de una norma "de alto impacto que reducirá las muertes por infarto y ACV".