OPINIONES – Dr. Eduardo Tassano

jueves, 18 de diciembre de 2014

Contaminación del agua




La contaminación de los cursos de agua, tanto los superficiales como los profundos, constituyen un problema ambiental de gran magnitud.  Cantidades ingentes de sustancias originadas en la actividad humana son vertidas al mar, a los ríos, arroyos y lagos, y a las napas subterráneas.

La contaminación ambiental está causando estragos de alto impacto para los ecosistemas. Esa contaminación puede ser del aire del suelo y del agua.
La contaminación es la introducción de sustancias en un medio que provocan que este sea inseguro o no apto para su uso. El medio puede ser un ecosistema, un medio físico o un ser vivo. El contaminante puede ser una sustancia química o energía (como sonido, calor, luz o radiactividad).

La contaminación es siempre una alteración negativa del estado natural del medio, y por lo general, se genera como consecuencia de la actividad humana considerándose una forma de impacto ambiental.

Los ríos, lagos y mares recogen, desde tiempos inmemoriales, las basuras producidas por la actividad humana. 

El ciclo natural del agua tiene una gran capacidad de purificación. Pero esta misma facilidad de regeneración del agua, y su aparente abundancia, hace que sea el vertedero habitual en el que arrojamos los residuos producidos por nuestras actividades. Pesticidas, desechos químicos, metales pesados, residuos radiactivos, etc., se encuentran, en cantidades mayores o menores, al analizar las aguas de los más remotos lugares del mundo. Muchas aguas están contaminadas hasta el punto de hacerlas peligrosas para la salud humana, y dañinas para la vida.

La degradación de las aguas viene de antiguo y en algunos lugares, como la desembocadura del Nilo, hay niveles altos de contaminación desde hace siglos; pero ha sido en este siglo cuando se ha extendido este problema a ríos y mares de todo el mundo.

Primero fueron los ríos, las zonas portuarias de las grandes ciudades y las zonas industriales las que se convirtieron en sucias cloacas, cargadas de productos químicos, espumas y toda clase de contaminantes. Con la industrialización y el desarrollo económico este problema se ha ido trasladando a los países en vías de desarrollo, a la vez que en los países desarrollados se producían importantes mejoras.
En el agua, pueden existir contaminantes  en diferentes estados. Estos contaminantes pueden estar disueltos o pueden estar en suspensión, lo que significa que existen en forma de gotas o partículas.

En cualquiera de  los estados  los contaminantes pueden viajar grandes distancias a través del agua de muchas maneras diferentes. Las partículas pueden caer al fondo de los arroyos o lagos o subir a la superficie, en función de su densidad. Esto significa que la mayoría permanecen en el mismo lugar cuando el agua no fluye o se trata de aguas estancadas.

En los ríos, los contaminantes suelen viajar grandes distancias. La distancia depende de la estabilidad y del estado físico de los contaminantes, así como de la velocidad del flujo del río. Los contaminantes pueden viajar más lejos cuando están en disolución en un río que fluye rápido. Las concentraciones de un lugar, son generalmente bajas, pero dicho contaminante se puede detectar en muchos más sitios a largas distancias, debido a la facilidad que tienen en ser transportados.

En lagos y océanos los contaminantes son transportados a través de las corrientes. Hay muchas corrientes en los océanos, que son impulsadas por el viento. Esto permite a un contaminante viajar de un continente a otro.

En ocasiones, se suele contar con  la capacidad de los océanos para reducir la concentración, el llamado "auto-limpieza " de los océanos. Pero esto no siempre funciona, porque el movimiento de las corrientes en los océanos no es uniforme.
Cuando los contaminantes persistentes se acumulan en los peces o las aves marinas, puede convertirse en un peligro tóxico para las cadenas alimentarias acuáticas, y también pueden viajar grandes distancias dentro de estos animales y terminar en la cadena alimentaria de zonas no contaminadas.

Entre los contaminantes del agua más comunes se incluyen:

-         Los agentes biológicos causantes de enfermedades. Estos se generan por la eliminación, en los ríos y mares, de desechos cloacales o animales que no reciben un tratamiento previo adecuado. Tal es el caso de la bacteria que produce el cólera o de los virus que provocan hepatitis o diarrea.

-         La materia orgánica, que proviene de diferentes fuentes, como son los desechos cloacales, los residuos que producen las industrias frigoríficas, papeleras, alimentarías, los mataderos, las granjas de pollo, etc., la gran cantidad de detergente utilizada en las casas, y los abonos agrícolas.

-         Los plaguicidas, que se usan en los campos agrícolas para combatir malezas y plagas que atacan los cultivos.

-         Aguas residuales y otros residuos que demandan oxígeno compuesta en su mayor parte por materia orgánica, cuya descomposición produce la desoxigenación del agua. El problema de la aguas residuales domésticas no es solamente generado por microorganismos dañinos para la salud, si no además, la eliminación de compuestos que permiten el crecimiento de algas y otros organismos que consumen el oxigeno de las aguas.

-         Nutrientes vegetales que pueden estimular el crecimiento de las plantas acuáticas. Éstas, a su vez, interfieren con los usos a los que se destina el agua y, al descomponerse, agotan el oxígeno disuelto y producen olores desagradables.

-         Productos químicos, incluyendo los pesticidas, diversos productos industriales, las sustancias tensioactivas contenidas en los detergentes, y los productos de la descomposición de otros compuestos orgánicos. El petróleo, especialmente el procedente de los vertidos accidentales. Minerales inorgánicos y compuestos químicos.

-         Sedimentos formados por partículas del suelo y minerales arrastrados por las tormentas y escorrentías desde las tierras de cultivo, los suelos sin protección, las explotaciones mineras, las carreteras y los derribos urbanos.

-         El calor también puede ser considerado un contaminante cuando el vertido del agua empleada para la refrigeración de las fábricas y las centrales energéticas hace subir la temperatura del agua de la que se abastecen.

  Se deberían desarrollar e implementar políticas, esquemas de planificación y coordinación, preparación y adaptación de legislación, reglamentaciones y vigilancia del cumplimiento de las normas de calidad del agua, programas de monitoreo, capacitación y diseminación de información y evaluación del impacto ambiental.  Identificar,  clasificar  y priorizar los problemas locales relacionados con la calidad del agua y el control de la contaminación.   Considerar estrategias de largo plazo para el control de la contaminación del agua basadas en metas realistas de corto plazo.

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