OPINIONES – Dr. Eduardo Tassano

jueves, 26 de diciembre de 2013

Deshidratación: cuidado en el verano







La definición es muy sencilla: significa que el cuerpo no tiene tanta agua y líquidos como debiera.  
La deshidratación puede ser leve, moderada o grave dependiendo de la cantidad de líquido corporal que se haya perdido o que no se haya repuesto. Cuando es grave, la deshidratación es una emergencia potencialmente mortal.

Puede ser causada por la pérdida excesiva de líquidos, por no ingerir suficiente agua o líquidos o por ambas: entre los ejemplos de pérdidas importantes tenemos: sudoración excesiva (por ejemplo, a causa del ejercicio físico),  gasto urinario excesivo, como por ejemplo, en la diabetes no controlada o con el uso de diuréticos, por fiebre, vómitos o diarrea.
Las causas de ingestión no suficiente de líquidos pueden ser: pérdida del apetito debido a una enfermedad, náuseas, Irritación de la garganta o úlceras bucales.

Los bebés y los niños tienen más probabilidades de deshidratarse que los adultos, ya que su peso es menor y sus cuerpos asimilan el agua y los electrolitos con más rapidez. Los ancianos y los enfermos también están en un Alto Riesgo.

La deshidratación en niños enfermos es a menudo una combinación tanto de la renuencia a comer o beber cualquier cosa como de la pérdida de líquidos a causa de vómitos, diarrea o fiebre. De hecho en niños y jóvenes las causas más frecuentes de deshidratación están relacionadas con procesos de infección intestinales.
Ante estas situaciones es conveniente la consulta precoz para evitar que la deshidratación avance.

Los síntomas de la deshidratación pueden ser, desde sentir sed, sequedad de mucosas, sentir mareos, que se detecte disminución de la presión arterial, desasosiego, inclusive en casos avanzados hasta shock.

En climas cálidos como el nuestro es aconsejable llevar ropas livianas, buscar que no haya mucho tiempo de exposición a los rayos solares, y no permanecer en lugares cerrados con temperaturas elevadas.
En Corrientes  es esencial, con el clima que tenemos, ingerir amplias cantidades de líquidos, especialmente agua, incluso cuando se esté bien de salud, se debe tomar mucho líquido todos los días y más cuando  se  esté  haciendo ejercicio físico.
 
Consejos para prevenir la deshidratación
* Beber al menos 2,5 litros de líquidos diarios. Aumentar estas cantidades, complementándolas con una mayor ingesta de líquidos si se realiza actividades y esfuerzos físicos notables.

* No exponerse al sol innecesariamente, ni realizar ejercicio físico en las horas centrales del día. Atención a la reposición de líquidos tras la práctica de deportes o intensa actividad; la desaparición de la sed no significa que se haya logrado el nivel óptimo de hidratación.

* Llevar ropa fresca y poco ajustada para una menor sudoración.

* No incorporar el consumo de bebidas alcohólicas para la recuperación. Los niños son muy vulnerables a la acción del calor hay que aconsejarles beber agua, zumos y bebidas en abundancia. Las personas mayores también constituyen un grupo especialmente sensible a los efectos del calor. Controle que repongan frecuentemente líquidos. Con la edad pueden perder el mecanismo de la detección e identificación de la sed y, además, la toma de medicamentos hace muy recomendable vigilar una correcta hidratación.

* Siempre anime al enfermo a consumir líquidos y no olvide que las necesidades de líquidos son mayores cuando la persona tiene fiebre, vómitos o diarrea. Los signos más fáciles de vigilar son el gasto urinario (debe haber pañales húmedos o idas al baño frecuentes), saliva en la boca y lágrimas.
 
Tratamiento

Tomar líquidos generalmente es suficiente en casos de una deshidratación leve. Es mejor tomar pequeñas cantidades de líquido frecuentemente (utilizando una cuchara o una jeringa en los bebés y en los niños), en vez de tratar de forzar una gran cantidad de líquido de una sola vez. En casos de problemas digestivos,  la ingesta de grandes cantidades de líquido de una sola vez puede producir más vómitos.

Las soluciones de electrolitos son muy efectivas y están disponibles en las farmacias. Las bebidas para deportistas contienen mucho azúcar y pueden causar o empeorar la diarrea. Igualmente, evite el uso del agua como primer recurso de reemplazo de líquidos en bebés y niños.

En los casos de deshidratación moderada a grave, puede ser necesaria la hospitalización del paciente y la administración de líquidos intravenosos. El médico intentará determinar y luego tratar la causa de la deshidratación.
 Importancia de la hidratación al hacer ejercicio.

Algunas funciones del agua cuando se hace ejercicio es regular la temperatura corporal (por medio de la sudoración), lubricar las articulaciones y ayudar a transportar los nutrientes necesarios para obtener energía y mantener la salud. Si usted no está adecuadamente hidratado, su cuerpo no podrá funcionar a su máximo nivel de capacidad, causando fatiga, calambres musculares, mareos y hasta un inadecuado funcionamiento del cerebro.

Durante el ejercicio la importancia de la hidratación se basa en contrarrestar la pérdida de agua corporal que se da por el sudor. Además de la pérdida de agua, muchos nutrientes, como el sodio, se pierden por el sudor y por ello es necesaria la reposición de los mismos para un adecuado funcionamiento del cuerpo.
 
¿Cuándo debo tomar bebidas hidratantes?

Las bebidas hidratantes se recomiendan cuando se realiza ejercicio físico de alta intensidad y de larga duración (más de una hora y media). Las bebidas hidratantes son beneficiosas para aquellas personas que realizan actividad física de forma intensa y de larga duración. Sin embargo, si no son utilizadas adecuadamente pueden provocar riesgos en la salud.

Una bebida hidratante es una mezcla de agua y sales minerales (sodio, potasio, magnesio y cloro). La función principal de las bebidas hidratantes o deportivas es reponer las pérdidas de líquido y electrolitos o sales minerales que ocurren como consecuencia de la sudoración, provocada por hacer ejercicio físico de alta intensidad y larga duración. Algunas bebidas hidratantes también pueden contener carbohidratos, los cuales proporcionan energía.

El clima es otro factor que debe de tomarse en consideración ya que un ambiente caliente fomenta aún más la sudoración y con esto una mayor pérdida de líquidos, electrolitos y glucosa que deben ser reemplazados. La reposición de los mismos mejora el rendimiento, retrasa la fatiga y acelera la recuperación.
 
¿Cómo elegir el tipo de bebida al hacer ejercicio?

1) Ejercicio leve, moderado o intenso, 60 minutos o menos de duración: Agua o bebidas sin azúcar: Junto con una dieta equilibrada, son la mejor opción para estar bien hidratado si no se realiza gran desgaste físico. Para reponer líquidos y electrolitos perdidos durante la sudoración. Sin aporte de carbohidratos como fuente de energía.

2) Ejercicio intenso entre 60 y 90 minutos. . Bebida hidratante sin azúcar. Para reponer líquidos y electrolitos perdidos durante la sudoración. Sin aporte de carbohidratos como fuente de energía.

3) Ejercicio intenso de más de 90 minutos. Bebida hidratante con azúcar. Con aporte de carbohidratos como fuente de energía.
Con respecto a las bebidas energizantes, dan cierta sensación de fuerza y vitalidad, pero no son adecuadas para recuperar líquidos perdidos. Y en general no se recomiendan para hacer ejercicios.
Todos elementos a tener en cuenta para prevenir la deshidratación.

 Autor: Eduardo Tassano 
 Máster en gerenciamiento en Sistemas y servicios de salud
Especial para época

viernes, 20 de diciembre de 2013

El mundo es de plástico








Tenemos que seguir bregando por un mejor ambiente que, sin duda alguna, nos permitirá tener un mundo más saludable. Pero hoy, muchas de nuestras acciones van en sentido contrario.


Si miramos a nuestro alrededor, difícilmente encontremos algún objeto material producido por el hombre que no contenga plásticos, es más probable que sea casi totalmente de plástico (con unos pocos miligramos de metales). Autos, aparatos electrónicos, envases, casas, ropa, el plástico se ha vuelto omnipresente por sus características: puede ser rígido o flexible, duradero, liviano, agradable al tacto, resistente a la corrosión, relativamente barato, excelente aislante eléctrico, extremadamente versátil y accesible a cualquier nivel de tecnología. Nuestra civilización, nuestro mundo, resultan inconcebibles sin el plástico.

Pero como suele suceder, este material extraordinario tiene una cara oscura. Cuando el plástico no se emplea adecuadamente, esas características positivas se convierten en un arma de doble filo: siendo muy resistente y de larga duración, su persistencia en el ambiente es muy elevada, aunque el plástico suele usarse para fabricar objetos que sean empleados por poco tiempo, y muchas veces directamente descartables.


Cuando observamos la basura, vemos diversidad de bolsas, envases y elementos de plástico desechables originando entre el 5 al 10% del total de los residuos domiciliarios, el 7% de su peso y el 20% del volumen. En números gruesos, cada argentino genera por día de 100 a 170 gramos de basura plástica (que va de bolsas de supermercado a envases, carcasas de aparatos, juguetes en desuso, entre otros), la que una vez liberada al medio ambiente tiene una vida promedio de 150 años, y en algunos casos, casi infinita. Algunos no son biodegradables ni fáciles de reciclar, y si se queman, son muy contaminantes. Y la gran mayoría no pueden asimilarse de nuevo en la naturaleza. Una opción es el reciclado, aprovechando plástico “viejo” y reconstruyendo otros elementos, aunque la diversidad de plásticos hace que no sea sencillo su reciclado.


¿Pero sabe Ud. qué es el plástico? Se trata de polímeros sintéticos, que son compuestos orgánicos fabricados a partir de hidrocarburos, mayormente del petróleo. Pero la estructura molecular de los polímeros de plástico es sumamente variable, lo que explica la variedad de plásticos que existen. La industria plástica es pues una parte de la petroquímica, aunque sólo un 5 al 7% de la cantidad total de petróleo que se extrae se destina a fabricar plásticos. Su componente principal es el carbono, por lo que el plástico es material de origen orgánico (a pesar de que como residuo se lo considere inorgánico).


Todas las formas de plástico son muy resistentes y pueden permanecer mucho tiempo en cualquier ecosistema, siendo extraño en todos ellos, e incapaz de integrárseles. Por eso, se lo suele encontrar regado como basura en los más diversos lugares, desde el desierto hasta los polos.


Ensucian el ambiente, afectan las especies vivientes, contaminan las aguas y el suelo, desprenden gases tóxicos si se los incinera (como el fluoruro de hidrógeno y el ácido clorhídrico), además de los demás contaminantes que se desprenden de las tintas y colorantes con que son tratados.
¿Qué sucede con los desechos plásticos más comunes? Las botellas de plástico son las más rebeldes a la hora de transformarse. Al aire libre pierden su tonicidad, se rajan y quiebran, se fragmentan y se dispersan. Enterradas, duran más. La duración puede ir entre 100 y mil años.


Otros aguantadores son los vasos descartables de polipropileno, que contaminan menos que los de poliestireno (el material de las cajas de huevos), pero también tardan más en transformarse. El plástico queda reducido a moléculas sintéticas invisibles pero siempre presentes durante cerca de 1.000 años. Los juguetes plásticos tales como muñecas, autitos y otros pueden ser degradados por la radiación ultravioleta del sol a moléculas pequeñas a lo largo de unos 300 años, pero sin desaparecer de la faz de la tierra. Las bolsas de plástico, por causa de su mínimo espesor, pueden transformarse más rápido que una botella de ese material en “apenas” 150 años. Las bolsitas están hechas de polietileno de baja densidad, contra el cual la naturaleza cuenta solamente con bacterias y algunos químicos presentes en el suelo, los que suelen ser insuficientes para degradarlos naturalmente.


Vemos esos residuos cubriendo casi cualquier paisaje de la Tierra, desde los polos a los desiertos, desde islas remotas hasta grandes ciudades. Y no solamente en tierra firme.


Hablando de botellas, supongamos que usted arroja una botella al mar con un mensaje. Si es de vidrio, flotará casi para siempre sin actuar sobre el medio ambiente, ya que si bien es frágil a los golpes, es extraordinariamente resistente a su degradación, y como el vidrio se compone básicamente de arena, no tendrá consecuencias ambientales.


Sin embargo, si usa una botella de plástico, descubrirá que tampoco se oxida ni se descompone con el tiempo: simplemente pasa por un proceso llamado fotodegradación en el que es reducida a partículas invisibles en alrededor de mil años. Pero en realidad ese plástico diminuto nunca deja de existir. Ningún organismo cuenta con las enzimas o los medios para transformar el plástico en otro tipo de material que pueda ser reintegrado a los ciclos de la naturaleza, así que sólo se acumula.


¿Y hacia dónde se dirigirá esa botella? Buscará compañía en un lugar del Océano Pacífico a donde llegará por efecto de las corrientes marinas desde cualquier parte del mundo. Se trata de una verdadera isla flotante, un nuevo minicontinente creado por la desidia del hombre en un área del Pacífico Norte al que se conoce como “El gran parche de basura del Pacífico”, “Remolino de basura del Pacífico”; y más siniestro aún “La sopa tóxica”. Se trata de una zona del océano cubierta de basura (especialmente plástica) en el centro del Pacífico Norte, con una superficie de 1.400.000 km² (algo más de la mitad de Argentina), que se arrincona indolente contra un vórtice de corrientes oceánicas, difícil de visualizar desde el aire e invisible a los radares, con un grosor que le permite llegar a los diez metros. En realidad se trata de dos grandes acumulaciones: una, la oriental, está entre Hawaii y California. La occidental flota entre Hawaii y Japón. Se calcula que allí se concentra el 10% de toda la basura plástica del mundo.


Entonces, ¿qué hacemos con nuestros plásticos? No desaparecerán de un día para el otro: aunque se prohibieran hoy mismo, existen enormes concentraciones en todas las formas imaginables. Toda nuestra cultura material está basada o tiene como componente principal al plástico. Se podría cubrir nuestro planeta con varias capas de plástico, y se sigue fabricando más cada día.


Esto hace urgente pensar una forma limpia, inocua y segura de disponer de este material. Las técnicas de reciclado son costosas y algunas están en estudio. Sin embargo ese es el camino que tiene que tomar la civilización.


Dr. Eduardo Tassano
Autor: Máster en gerenciamientos en servicios y sistemas de salud Especial para época. Se gradece la colaboración de Gustavo Salvador.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Alcohol y accidentes





Los accidentes de tránsito son la principal causa de enfermedad y muerte en jóvenes. Luego vienen las adicciones.


Es conocido a nivel internacional, y nuestro país no escapa a esta realidad, que como señala la Organización Mundial de la Salud, el 50% de la morbi-mortalidad vinculada a accidentes de tránsito está asociada al consumo de alcohol. El alcohol hace que quien conduce deteriore marcadamente su función psicomotora y la capacidad para conducir con seguridad, ya que disminuyen las funciones cognitivas, perceptivas y motoras de manera que en cuanto mayor es el consumo, mayor es la pérdida de estas funciones. Se dispone de gran cantidad de datos e investigaciones sobre la pérdida de habilidad motora bajo la influencia del alcohol. 
 
Con respecto a los accidentes en general se puede observar que se trata de conductores de sexo masculino, de los cuales el 50% es menor de 25 años.
 
Esta relación entre alcohol y accidentes hace que  las legislaciones de muchos países están limitando la alcoholemia máxima tolerable.
 
-En Argentina la Ley de Tránsito nos dice que está prohibido conducir con impedimentos físicos o psíquicos, sin la licencia especial correspondiente; en estado de intoxicación alcohólica o habiendo tomado estupefacientes o medicamentos que disminuyan la aptitud para conducir; por esta razón es que las autoridades competentes están obligadas a realizar un control mediante métodos adecuados a tal fin.
 
Un instrumento de gran valor está dado por los controles de alcoholemia realizados de manera sistemática y responsable, sancionando sin excepciones a los infractores, potenciales homicidas y suicidas de nuestras calles y rutas. Sin lugar a dudas de esta manera habremos logrado el objetivo de salvar vidas, sin muertes absurdas, ni ignorancias inexcusables. Además de un buen plan de concientización.
 
Una vez ingerido el alcohol pasa a la circulación sanguínea. Su absorción se realiza sobre todo a nivel del intestino delgado y es mayor cuando la persona está en ayunas. Hasta un 10% del alcohol presente en la sangre se elimina por la orina, el sudor y la evaporación a través de los alvéolos pulmonares. Esto último permite realizar mediciones en el aire espirado (alcoholímetros de espiración). El 90% restante se metaboliza en el hígado a razón de 10 gramos por hora.
 
El método más preciso para determinar la alcoholemia se basa en un análisis de sangre, pero en la práctica han surgido test basados en el aire espirado y en eso consisten la mayoría de los controles  que se realizan y que son muy útiles.
 
El control de alcoholemia o test de alcoholemia mide la concentración de alcohol en sangre. Se obtiene por medio de una relación entre el alcohol en gramos y el volumen en litros. Por ejemplo, un nivel de 0,2 de alcohol en sangre significa 0,02 g de alcohol por cada 100 ml de sangre.
 
Al medirse por el alcohol detectado en el aire espirado, la unidad utilizada es la de “miligramos por litro de aire”, que en la práctica usual se convierte de manera convencional en “gramos por litro de sangre”, multiplicando por el coeficiente 2. Sin embargo este test es menos preciso ya que la toma de medicamentos por inhalador o el uso de algunos enjuagues bucales con etanol pueden dar lugar a mediciones muy superiores a las reales. 
 
Los test de alcoholemia están estandarizados y si bien los valores pueden cambiar por diferentes motivos inclusive de absorción individual, se considera que a partir de 0,5 g/l los trastornos del comportamiento son evidentes, con 2,0 se produce un sueño profundo (coma etílico) y con 3,0 o más, la muerte por intoxicación etílica aguda. 
 
Por ello es que la mayoría de los países adoptan el valor de 0.5 como puntos de referencia. Ya hay países que exigen el nivel de cero alcohol en las pruebas. Esto se debe a que hay estudios que revelan que  en el 87,5 % de los casos positivos los registros de alcoholemia son inferiores a 0,5 mlgr. Es decir, que el consumo de alcohol se encuentra asociado a la producción de accidentes  automovilísticos aún cuando los valores de la sustancia en sangre se encuentran muy por debajo de los valores aceptados por la normativa vigente. 
 
A la luz de estos resultados, se corrobora la necesidad de continuar con un sistema de registro sistemático de las alcoholemias y definir los estándares mínimos que permitan análisis comparativos poniendo énfasis en la eficacia de las políticas locales y nacionales que permitan luchar contra este problema. 
 
Cómo se traduce lo que uno toma con los niveles de alcoholemia 
 
Las diferentes bebidas se diferencian por su graduación alcohólica, no por el tipo de alcohol, que es siempre el mismo; según el tipo de elaboración se distingue entre:
Bebidas fermentadas: su graduación está entre los 5 y los 15 grados (ejemplo: cerveza)
 
Bebidas destiladas: su graduación suele oscilar entre los 15 y los 45 grados (ejemplo whisky).
 
Las bebidas alcohólicas contienen porcentajes variables de alcohol en peso, según indica su etiqueta: las cervezas, del 4% al 10%; los vinos, del 10% al 18%; los aperitivos y licores suaves, del 20% al 25%; el fernet 45% y los licores fuertes del 35% al 45% (es decir, 100 ml de whisky contienen aproximadamente 40 gramos de etanol).
 
Cuando la cantidad de alcohol en la sangre alcanza entre el 0.02 y el 0.03%, uno comienza a sentir una "estimulación" relajante.
 
El alcohol ingresa al torrente sanguíneo rápidamente. La cantidad y tipo de alimento en su estómago pueden cambiar la rapidez con la que esto ocurre. Por ejemplo, los alimentos ricos en carbohidratos y en grasas pueden hacer que su cuerpo absorba el alcohol más lentamente.
 
Ciertos tipos de bebidas alcohólicas ingresan al torrente sanguíneo más rápidamente. Una bebida alcohólica carbonatada (gaseosa), como la champaña, se absorberá más rápidamente que una bebida no carbonatada.
 
El alcohol disminuye la frecuencia respiratoria, la frecuencia cardíaca y el buen funcionamiento del cerebro. Estos efectos pueden aparecer al cabo de 10 minutos y pueden alcanzar su punto máximo en alrededor de 40 a 60 minutos. El alcohol permanece en el torrente sanguíneo hasta que el hígado lo descompone. La cantidad de alcohol en su sangre se denomina "nivel de alcoholemia". Si usted bebe alcohol más rápido de lo que el hígado puede descomponerlo, este nivel se elevará.
 
Cómo se traduce lo que uno toma en los test
 
En un hombre de aproximadamente 70 Kg. de peso: el análisis revela 0.5g/l de sangre con 2 latas de cerveza de 330 CC, o 2 vasos y medio  de vino, o 2 vasos de whisky. Como ven el margen es muy estrecho.
 

Todos tenemos que extremar la preocupación y los cuidados con los jóvenes, el alcohol y el tránsito. Es una deuda pendiente que tenemos con nuestra sociedad. Los daños por enfermedad y muerte que esta entidad produce hoy son inconmensurables.


Autor: Eduardo Tassano (*)
(*)Master en Gerenciamiento en Servicios y Sistemas de Salud
Especial para época

jueves, 5 de diciembre de 2013

Actividad física en la tercera edad






La expresión tercera edad es un término que hace referencia a la población de personas mayores o ancianas. En esta etapa el cuerpo se va deteriorando y, por consiguiente, es sinónimo de vejez y de ancianidad. Se trata de un grupo de la población que tiene de 65 años de edad o más. Hoy en día, es más utilizado el término personas mayores y adulto mayor. 

El envejecimiento definido como el conjunto de modificaciones que el factor tiempo produce en el ser vivo, es un ciclo más de la vida del ser humano. Su llegada conduce a una serie de pérdidas en las capacidades funcionales que, no sólo se verán incrementadas con la falta de actividad física, sino que la inactividad favorece el  envejecimiento.
 
Tradicionalmente, la vejez ha sido relacionada con la enfermedad, la dependencia y la falta de productividad, generando una serie de políticas y programas vinculadas a este paradigma, que hoy se encuentra desfasado de la realidad de los mayores en el mundo. 
 
Ha llegado el momento de instaurar un nuevo paradigma, el que considere a las personas mayores, participantes activos de una sociedad que integra el envejecimiento. El envejecimiento debe vivirse como una experiencia positiva, una vida más larga que debe ir acompañada de oportunidades, autonomía, salud, productividad y protección. 
 
El envejecimiento activo es el proceso por el cual se optimizan las oportunidades de bienestar físico, social y mental durante toda la vida, con el objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad y la calidad de vida de la vejez.
 
Existen algunos factores de riesgo para padecer enfermedades, con la edad y la inactividad: el sobrepeso, hipertensión, tabaquismo y alcoholismo, sedentarismo, osteoporosis, obesidad, estrés, soledad.  
 
Existen  factores que retardan el envejecimiento: el sueño adecuado, la actividad física continuada, la buena alimentación y  la participación social. 
 
La actividad física es esencial para la salud de las personas ancianas. Lo importante es realizar un chequeo médico previo, aumentar el ritmo lentamente y tener continuidad. La natación, caminatas y la bicicleta serían muy beneficiosas para muchas personas mayores.
 
El ejercicio habitual puede ayudar emocionalmente a los ancianos de salud delicada sin causarles dolor. Estos resultados se suman a la evidencia de que la actividad puede ofrecer beneficios más allá del bienestar físico.  
 
Con el envejecimiento sobrevienen una serie de modificaciones en el funcionamiento de los órganos y sistemas de nuestro organismo. En las personas mayores, suele existir una disminución importante de la fuerza y la masa muscular ya que a  partir de la adolescencia se produce una  disminución de un 1% anual en la capacidad física, responsable en gran parte de las enfermedades características de este grupo etario.
 
Muchos ancianos, especialmente aquellos que padecen de artritis u otras dolencias, son reacios a hacer ejercicio porque piensan que les ocasionará dolor o molestias, el hecho más importante es que el ejercicio, desde las actividades de resistencia hasta el entrenamiento para aumentar la fuerza y la flexibilidad, no causaría dolor a los participantes que tengan enfermedades como la artrosis. En diversos estudios se observó que los participantes habían mejorado su salud emocional después de los programas de ejercicios. Aún no está claro qué frecuencia, qué tipos y cuál es la intensidad de los ejercicios que se necesita para una mejoría emocional, indicando que se deben realizar más estudios para definir los beneficios del ejercicio en varias poblaciones.La realización de programas de ejercicios, en forma constante y por periodos prolongados, produce innumerables beneficios en todas las edades. Entre los más importantes tenemos:
 
a) Menor incidencia de caídas y fracturas óseas, por aumento de la fuerza muscular y coordinación de los movimientos, producto del entrenamiento.
b) Retraso en la aparición de osteoporosis, sobre todo en mujeres posmenopáusicas.
c) Mejora la depresión, sobre todo en mujeres con los programas de ejercicios físicos.
d) La actividad física cotidiana constituye uno de los pilares de los programas de prevención de la ateroesclerosis.
e) En personas hipertensas produce una disminución de las cifras de tensión arterial, con una gran mejoría de su cuadro clínico.
f) Aumenta el gasto calórico del organismo, contribuyendo a la pérdida de peso y al mantenimiento de la misma.
g) Mejora el sueño e induce una sensación de bienestar general.
h) Incrementa la capacidad para desarrollar tareas cotidianas y laborales.
 
Qué tipo de actividad física realizar es materia de todo un capítulo pero es indispensable tener en cuenta la historia de la persona que va a realizar la actividad. Es primordial que aunque sea mínimo que la persona haga algo para comenzar. Si no hace nada es mejor  empezar con pocos minutos de caminata, o bicicleta fija. La natación es muy aconsejable, incluso el hecho de estar en una pileta en movimiento, ya es suficiente. El peso de la persona es clave ya que al empezar los movimientos pueden producirse tendinitis y dolores diversos que alejan a su vez más a la persona que está comenzando. 
 
Hay personas que les resulta mejor estar en grupo y otras hacer tareas individuales. En las tareas grupales, los conductores de la actividad son las claves para cuidar a la persona y mantener el nivel de actividad. Siempre 5 minutos de cualquier actividad por día es mejor que nada. En muchas ocasiones es menester realizar fortalecimientos musculares localizados antes de empezar y luego una actividad más intensa. Es ampliamente conocido que 30 minutos de actividad diaria moderada produce un incremento notable en la calidad de vida de la persona y mejoría de la salud en general.
 
El entrenamiento físico debe estar dirigido a incrementar la capacidad funcional aeróbica y la fuerza muscular, y además, a mejorar la flexibilidad de las articulaciones. Hay que pensar en lograr mejorías en mediano y largo plazo. En cuanto a la mejora en la  resistencia sabemos que se asocia a la mejora en las enfermedades cardiacas. 
 
Es indispensable considerar la tercera edad en los planes de gobierno y en las políticas de estado  generando los ámbitos donde puedan desarrollar actividad física con la infraestructura y recursos humanos necesarios para realizarla y con los cuidados correspondientes a este grupo etario que es cada vez más numeroso. 

Autor: Eduardo Tassano
 

Máster en Gerenciamiento en  servicios y sistemas de salud Especial para época

jueves, 28 de noviembre de 2013

Pilas y baterías: la energía en un bolsillo








Como muchos elementos que nos rodean, nuestra civilización ha puesto a nuestra disposición una serie de artefactos a los que vemos con absoluta naturalidad y sin los cuales nos encontramos incómodos, cuando no fastidiados. Teléfonos celulares, controles remotos, automóviles, juguetes, todos tienen algo en común: funcionan en todo o en parte a electricidad.

La aplicación de esta energía entre nosotros tiene fecha de origen: el 20 de marzo de 1800, cuando el científico Alejandro Volta explicó a sus pares cómo puso unas arandelas de cobre (o plata) y de zinc una encima de la otra, y separadas entre sí por trozos de cartón o de fieltro impregnados de agua o de salmuera, y obtuvo chispas eléctricas. Y como sus arandelas estaban apiladas, la posteridad las llamó para siempre… “pilas”, y así las conocemos hoy.

Llamamos pues pila o elemento galvánico (por Luigi Galvani), al sistema en el que la energía química mediada por una reacción química es transformada en energía eléctrica. Dicha reacción se llama redox (oxidorreducción). De esa manera se genera  electricidad. De ahí a tener en el bolsillo la potencia eléctrica suficiente para encender una linterna, activar un despertador o hacer funcionar un celular hay un paso.

Una vez que termina su vida útil se transforman en un residuo peligroso dentro de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU), y su tratamiento es altamente complejo por varias causas. Las pilas y baterías, por su composición, resultan especialmente tóxicas y peligrosas para el medio ambiente, debido a que los elementos químicos que se usan para generar su energía son metales pesados, como el mercurio, el cadmio y otros metales contaminantes como el manganeso, níquel y cinc.

Los metales que alcanzan al medio ambiente contaminan el agua, el aire y el suelo. Este problema aparece cuando una pila pierde su cobertura protectora de metal, liberando al ambiente los diferentes tipos de metales contenidas en ella, produciendo efectos nocivos para el ecosistema y la salud de los seres humanos.
Las pilas pueden sufrir la corrosión de sus carcasas, las cuales pueden ser afectadas internamente por sus componentes y externamente por la acción climática y por el proceso de descomposición de los RSU, si se encuentran mezclados con este tipo de residuos. Cuando se produce el derrame de los químicos contenidos en las pilas, éste puede acarrear con él los metales pesados que conforman la pila (¿vieron a las pilas sulfatadas, y cómo queda lo que las rodea…?).

Estos metales pueden “moverse” por los suelos y fluir por cursos de agua y acuíferos, contaminando el ambiente en general. Y nuestra provincia tiene un inmenso capital ambiental acuático que debe proteger.
En resumen, los peligros provenientes de las pilas se originan en los siguientes hechos:

1)   Cada pila grande o pequeña es una combinación de varios materiales polucionantes y tóxicos.
2)   Hay una inmensa variedad de formas y combinaciones de elementos químicos.
3)   Esta variedad hace que las consecuencias toxicológicas sean múltiples y complejas.
4)   Las pilas y baterías tienen infinidad de formas, tamaños, usos, diseños y destinos.
5)   Cada vez se desecha un número mayor de pilas mezcladas entre los residuos domiciliarios, sin ser separadas de la basura común. Esto se debe en parte a que la población las sigue considerando un residuo inocuo.
6)   Con semejante variedad de tipos, tamaños, capacidad y orígenes, las pilas ofrecen infinidad de sistemas y combinaciones químicos posibles.  Esto complica su gestión dado que las formas de tratamiento y reciclado difieren, así como también su grado de toxicidad.

Nuestro país encuadra a pilas y baterías usadas como residuos peligrosos, contempladas en la Ley Nacional de Residuos Peligrosos Nº 24.051. Esta Ley define a los residuos peligrosos en su Art. Nº 2: "Será considerado peligroso [...] todo residuo que pueda causar daño, directa o indirectamente, a seres vivos o contaminar el suelo, el agua, la atmósfera o el ambiente en general.

 Cualquiera sea el enfoque de su tratamiento como RSUs, todos coinciden en que lo que no debe hacerse, de ninguna manera, es tratarlas como basuras comunes. Lo ideal es que regresen al fabricante para que éste se encargue de reciclarlas y reutilizar sus elementos útiles mediante tecnologías adecuadas. Pero en el terreno práctico, lo mínimo que debe hacerse es recolectarlas en forma separada de los RSU, para darles disposición final de modo seguro.

En nuestro país existen unos pocos sitios de disposición con rellenos de seguridad con habilitación orgánica renovable anualmente. La Secretaría de Ambiente de la Nación está trabajando en la evaluación de varias propuestas tecnológicas para el reciclado y/o disposición final ambientalmente segura de las pilas, en una tarea conjunta con todos los actores involucrados. El objeto es establecer normativas concertadas y sancionar una resolución de aplicación real y de factible cumplimiento.

Estas propuestas se basan en un conjunto de alternativas tecnológicas de tratamiento o disposición final de pilas y baterías usadas. La complejidad del tema excede la finalidad de este artículo pero si es notable que se están estudiando alternativas tecnológicas y existe una sensata preocupación por el tema.

En conclusión, una correcta gestión ambiental de residuos de pilas y baterías deberá realizarse teniendo en cuenta los siguientes objetivos, de acuerdo con los principios de “quien contamina paga” y de responsabilidad extendida del productor:
 a) prevenir la generación de residuos de pilas y baterías utilizando pilas recargables, más caras pero más seguras;
 b) facilitar su recolección selectiva y su correcto tratamiento y reciclado con la finalidad de reducir al mínimo su peligrosidad; y
 c) evitar la eliminación de las pilas y baterías agotadas en el flujo de residuos urbanos no seleccionados.  

Dentro de los destinos posibles, la disposición final en rellenos de seguridad y la exportación son consideradas hoy por la Dirección de Residuos Peligrosos de la Secretaría de Medio Ambiente como las alternativas legales y posibles en nuestro país para los residuos de pilas y baterías agotadas. No se recomienda la cementación ni la incineración, ambos potencialmente peligrosos.

Y finalmente, cualquiera sea nuestro pensamiento sobre las pilas usadas, nunca las tiremos al agua de un río, lago o laguna. Se calcula que una pila de mercurio puede contaminar 600.000 litros de agua, una alcalina 167.000 litros, y una de óxido de plata, 14.000. Una sola…

Pensemos en nuestros niños y jóvenes y el mundo que vamos a dejar.
 
Se agradece la colaboración de Gustavo Salvador

Autor: Eduardo Tassano (*) 
(*) Máster en Gerenciamiento en 
Servicios Y Sistemas de Salud 
Especial para época
 

jueves, 21 de noviembre de 2013

Paco: Una droga que pega fuerte a todo nivel






Estiman que en Argentina se consumen 400.000 dosis por día. Un estudio del SEDRONAR indicó que el consumo de pasta base de cocaína creció en los últimos años más de un  200%. La organización Madres en Lucha advirtió que en la zona Sur de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano mueren "dos jóvenes por semana" debido a causas relacionadas al PACO.

Hace pocos días la Suprema Corte de la Nación solicitó al Poder Ejecutivo de la Nación arbitre los medios para intensificar la lucha en contra del narcotráfico. El serio problema no es nuevo y todos los actores de la vida social en Argentina saben que las adicciones están socavando las bases de nuestra sociedad. Ni más ni menos que destruyendo uno de los tesoros más grandes de cualquier país: su juventud.

En ese auge del consumo y la comercialización en nuestro país tuvo mucho que ver la aparición del PACO. Muchos atribuyen la aparición del PACO a la crisis socioeconómica que tuvo lugar en nuestro país en el 2001.
El bajo costo de la droga sumado a los altos elementos adictivos de la misma resultaron en un lamentable terreno fértil para su excesivo crecimiento.

Hoy las adicciones en jóvenes constituyen el segundo problema de la salud pública en ese grupo etario, luego de los accidentes de tránsito. Las adicciones como el alcoholismo y el tabaquismo en primer término y luego las adicciones de drogas cuya venta no es legal como la cocaína por ejemplo. En este grupo encuadra el PACO.
Hace más o menos 5 años los medios periodísticos y entidades no gubernamentales más otros profesionales están intentando difundir qué es esto, de qué estamos hablando y a que nos estamos exponiendo.

El PACO es la pasta base de cocaína. A veces se confunde con el crack, aunque es totalmente diferente. Es elaborada con residuos de la cocaína que luego va a ser transformada en clorhidrato de cocaína. Esa pasta que queda es procesada con ácido sulfúrico y queroseno. En ocasiones suele mezclarse con cloroformo, éter o carbonato de potasio, entre otras cosas. Es decir se hace con el residuo de la cocaína.  

Por lo tanto el PACO es una droga de proceso previo. El crack se hace con el clorhidrato de cocaína más una elaboración con bicarbonato de sodio y agua o amoníaco. Entonces, la pasta base es la pasta de cocaína previa al refinamiento o a veces el sobrante de éste. Puede decirse que la pasta base está en el paso previo a la cocaína y el crack está en un paso posterior. Es una cocaína más elaborada.

Algunos especialistas sostienen que en 15 días la adicción es casi irreversible y puede haber un desenlace fatal en 6 meses. También es difícil tener un solo tipo de PACO ya que en principio se procesan de diferente manera y cada “productor” lo realiza como se puede.

La vía de ingreso es por inhalación. Se suele consumir fumándola en pipas (generalmente caseras), utilizando antenas de aluminio. Se mezcla el residuo de cocaína con veneno de rata, virulana y pequeños fragmentos de vidrio, más marihuana o tabaco en forma de cigarrillo. Debido a su composición química, es altamente tóxica y al ser muy breve su efecto (entre 10 y 15 minutos) es extremadamente adictiva.

Con el uso prolongado, aún en corto tiempo, el deterioro neurológico y por ende intelectual del sujeto se hace evidente, se acompaña también de alteraciones pulmonares y cardíacas, marcada pérdida de peso y estado de abandono personal. Existen consecuencias indirectas asociadas como los traumatismos o lesiones por accidentes o riña, en ocasiones, graves.

Lamentablemente es en los países sudamericanos donde más ha crecido la venta y el consumo.
En Perú, Chile y en Argentina, así como en Uruguay, se le conoce por los nombres de "pasta básica", "pasta base", "pasta", "lata", " PACO", "tumba", "base", "tubo" entre otros. En Venezuela, Ecuador y Colombia se le conoce como BASUCO, ya que hace parte de un juego de palabras "base sucia de coca". En Brasil, más precisamente en la zona del Amazonia, es donde ha tenido un crecimiento explosivo y actualmente el problema se ha extendido a San Pablo y Rio de Janeiro. En todos los lugares empieza en los barrios de menores ingresos económicos y se va extendiendo a toda la ciudad.

¿Qué sensaciones produce la droga? Primero hay una sensación de intensa euforia y desinhibiciones, luego sigue una etapa de depresión cuando va pasando el efecto. Esto genera la necesidad de ingerir de nuevo. Luego se produce el daño al sistema nervioso y viene la etapa de psicosis y alucinaciones (en consumidores compulsivos y que ya lleven mucho tiempo consumiéndola o en personas con tendencias genéticas a sufrir desequilibrios mentales suele desencadenar los mismos a muy corto plazo): surge la pérdida de contacto con la realidad, agitación, paranoias, agresividad y alucinaciones que pueden durar semanas (siempre y cuando no se deje de consumir).

La euforia que siente el usuario al ingerir una dosis dura de 2 a 15 minutos, dependiendo de la cantidad y la calidad de la droga. Considerando lo anterior y la adicción a la misma, cuando un consumidor empieza fumando una dosis generalmente sigue hasta que se le agotan sus recursos, volviendo repetidamente a la "boca de venta" a buscar más, cegado por las ansias de volver a fumar.

Durante la euforia, pueden manifestarse diversos efectos según la persona. Desde estar atontado hasta estar muy acelerado y hablar mucho. El hecho es que se ha perdido la capacidad de razonar. Luego la persona se vuelve seria y su único interés es seguir fumando a cualquier costo, de ahí viene el altísimo nivel de robos y asesinatos con tal de conseguir su dosis, que nunca es suficiente para el que la consume. 

Si se tuviera que comparar con la cocaína y a modo popular se puede decir que produce el efecto de la cocaína pero potenciado 10 veces y con una duración mucho menor lo cual lleva a no poder dejar de fumarla para evitar el bajón. Es penoso que dentro del mundo de la droga los mismos cocainómanos los discriminan y los observan con  repulsión.

Se estima que en Argentina se consumen 400.000 dosis de PACO por día. El Estudio Nacional sobre Consumo de Sustancias Psicoactivas del SEDRONAR indicó que el consumo de pasta base de cocaína creció en los últimos años más de un 200%. La organización Madres en Lucha, que reúne unas 150 mujeres con hijos afectados por el consumo de pasta base, advirtió que en la zona Sur de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano mueren "dos jóvenes por semana" debido a causas relacionadas al PACO.

Es necesario aunar esfuerzos en esta lucha mundial contra la droga y el narcotráfico. Nuestros jóvenes y nuestra sociedad en general así nos exigen.

Autor: Eduardo Tassano

jueves, 14 de noviembre de 2013

Bolsas Plásticas; Un nuevo paisaje para la vista




El mundo moderno trae un sin número de ventajas para la civilización, pero se están acumulando problemas ambientales a cada paso que damos. Los residuos sólidos urbanos generan en sí mismos un problema serio a considerar y a su vez estos poseen otros problemas derivados que no podemos dejar de con observar. Antes no se conocían pero hoy en la mayoría de los centros de ventas de alimentos se entregan las famosas bolsitas de plástico.


A  fines de los años ’70, aparecieron las bolsitas plásticas, las que se popularizaron rápidamente, en especial a través de su distribución gratuita en supermercados y en embalajes cada vez más elaborados (hubo una época en que se embalaba sólo con madera y cartón). Al principio eran blancas o semitransparentes, pero pronto se descubrió que eran un buen escaparate para publicidad. Y desde ahí también se volvieron una de las formas más comunes de disponer de la basura doméstica.

 En este estado, se convierten en parte de los llamados RSU (Residuos Sólidos Urbanos), y pasan a ser uno de los tantos problemas a los que se enfrenta la ecología, ya que originan problemas de contaminación del agua, aire y suelo, y que impactan directamente al ambiente y a la salud.

Las bolsas de plástico pueden estar hechas de polietileno de baja densidad, polietileno lineal, polietileno de alta densidad o de polipropileno, polímeros de plástico no biodegradable, con espesor variable. De la cantidad de petróleo que se extrae en todo el mundo, el 5% se utiliza para la industria del plástico.


El progreso ha instalado el uso de bolsas plásticas para todas las compras. Es muy posible que una norma que pretenda su prohibición lisa y llana sea extremadamente resistida. En este estado de cosas, no hay forma práctica de limitar su uso, ¿Durante cuánto tiempo utilizamos estas bolsas? Un promedio de 15 minutos. ¿Y cuánto tardan en degradarse? Entre 150 y 300 años, dependiendo de su grosor.


Su reutilización podría ser un primer paso pero es evidente que no son lo bastante resistentes como para soportar muchos usos, a la vez de que terminan ensuciándose o desgarrándose, y entonces el público elige usarlas para tirar la basura, casi siempre sin clasificarla. Incluso la recolección de basura se basa en que la misma sea dispuesta en bolsas plásticas, y cuando se ve su volcado en un vertedero o basural, se observan millones de bolsas cayendo del camión, multiplicadas hasta el infinito. Cualquier solución termina siendo muy pobre para la solución del problema ambiental: si se quema a cielo abierto se emiten gases tóxicos que dañan la atmósfera y aumentan el nivel de compuestos orgánicos volátiles en el aire; y en los vertederos se mantienen indefinidamente como parte del “pool” mundial de los residuos plásticos.


 La gran mayoría son desechadas sin control invadiendo los ecosistemas naturales. En el mar su impacto puede ser letal para animales como tortugas, ballenas o delfines, que mueren tras ingerirlas al bloquear sus tubos digestivos. Los animales terrestres no están inmunes, ya que pueden taponar sus vías respiratorias, asfixiándolos. Cualquiera de estos desenlaces es una horrible y lenta forma de morir.

Si bien los Estados Unidos y Europa suman el 80% de la producción y consumo mundial, países en vías de desarrollo como el nuestro están generalizando su empleo. Argentina utiliza 2.000 millones de bolsas plásticas por año, y eso teniendo en cuenta que desde que en 2009 surgió una legislación que prohibía su uso en la provincia de Buenos Aires este número se redujo en un 20%, aunque solamente se recicla el 10% o menos de esa cifra. Países como China e Irlanda han prohibido el uso, fabricación y distribución de bolsas plásticas de un solo uso: avance pequeño pero avance al fin. España espera obligar a que sean biodegradables hacia el 2015, y eliminar por completo su empleo en el 2018, y el resto de Europa se plantea programas semejantes, pero están todavía en una etapa inicial. Hay que reconocer la labor de algunos supermercados que han dejado de distribuir de manera gratuita las bolsas de plástico, como forma de convencer a la ciudadanía para que reduzca su consumo, pero por el momento es solamente una iniciativa aislada.


Existen iniciativas para el reciclado de los plásticos en general, tema muy amplio que trataremos en otro momento. Argentina no tiene suficiente infraestructura para el reciclaje de residuos de plástico, por lo que una alternativa sería exportarlos a China o India, donde la infraestructura es mayor. También es posible aplicar un proceso térmico para la recuperación de la energía contendida en los materiales plásticos. Otra, a más largo plazo, es el reemplazo de plásticos derivados del petróleo por los llamados bioplásticos, obtenibles de fuentes renovables como plantas y bacterias, y fabricados a partir de polímeros derivados del almidón, colágeno o ácido láctico, entre otros. Su ventaja es que permanecen en el ambiente por mucho menos tiempo (quince días a dos meses); y su inconveniente es que aún son demasiado caros (aunque si comparamos los gastos que posteriormente generan, el costo del plástico tradicional es alto).


¿Y mientras tanto? Hoy, menos del 1% de las bolsas se recicla, ya que es muchísimo más costoso reciclar una bolsa plástica que producir una nueva: procesar y reciclar una tonelada de bolsas plásticas cuesta 4.000 dólares aproximadamente; y la misma cantidad se vende en el mercado a un promedio de 35 dólares. Y a pesar de que puede parecer que una vez enterradas en un vertedero dejan de ser un problema, la erosión y el viento las sacan de nuevo a la superficie y el viento las desparrama (paisaje habitual en nuestro país). Varios millones de toneladas llegan anualmente a cursos de agua y al océano, causando estragos en la vida acuática; y se han encontrado acumulaciones de bolsas de plástico incluso en plena Antártida y en el Polo Norte. En las ciudades, las bolsas taponan alcantarillas y caños de desagüe, y son una de las principales causas de inundación localizada.


¿Algo más? Sí: que las bolsas se rompan no significa que se degrade el plástico que las compone, y al convertirse en pequeños trozos se desparraman por grandes superficies, donde se convierten en pequeños trocitos plásticos sumamente tóxicos. En todo el mundo, unos 25 millones de toneladas de plásticos se acumulan en el ambiente cada año y pueden permanecer inalterables por un período de tiempo entre 100 y 500 años. No hay sitio en el planeta en donde no haya polución plástica.


Las bolsas plásticas no dejarán de ser usadas, así como el plástico no desaparecerá en el futuro inmediato, ya que nuestra entera civilización aplica al plástico en todas partes (busque algún producto fabricado que no contenga algo de plástico y asómbrese).


La solución definitiva (una hipótesis), pasa por el reciclado no sólo de las bolsitas sino de los plásticos en general. Proceso costoso pero más barato a la larga. La investigación proporcionara nuevas soluciones a los problemas ambientales, y sobre todo la concientización de los habitantes del mundo actual sumado a las políticas de fondo que apliquen los gobiernos.


Autor: Eduardo Tassano (*)
(*) Máster en Gerenciamiento en
Servicios y Sistemas de Salud
Especial para época