Los accidentes de tránsito son la principal causa de enfermedad y muerte en jóvenes. Luego vienen las adicciones.
Es conocido a nivel internacional, y nuestro país no escapa a esta realidad, que como señala la Organización Mundial de la Salud, el 50% de la morbi-mortalidad vinculada a accidentes de tránsito está asociada al consumo de alcohol. El alcohol hace que quien conduce deteriore marcadamente su función psicomotora y la capacidad para conducir con seguridad, ya que disminuyen las funciones cognitivas, perceptivas y motoras de manera que en cuanto mayor es el consumo, mayor es la pérdida de estas funciones. Se dispone de gran cantidad de datos e investigaciones sobre la pérdida de habilidad motora bajo la influencia del alcohol.
Con respecto a los accidentes en general se puede observar que se trata de conductores de sexo masculino, de los cuales el 50% es menor de 25 años.
Esta relación entre alcohol y accidentes hace que las legislaciones de muchos países están limitando la alcoholemia máxima tolerable.
-En Argentina la Ley de Tránsito nos dice que está prohibido conducir con impedimentos físicos o psíquicos, sin la licencia especial correspondiente; en estado de intoxicación alcohólica o habiendo tomado estupefacientes o medicamentos que disminuyan la aptitud para conducir; por esta razón es que las autoridades competentes están obligadas a realizar un control mediante métodos adecuados a tal fin.
Un instrumento de gran valor está dado por los controles de alcoholemia realizados de manera sistemática y responsable, sancionando sin excepciones a los infractores, potenciales homicidas y suicidas de nuestras calles y rutas. Sin lugar a dudas de esta manera habremos logrado el objetivo de salvar vidas, sin muertes absurdas, ni ignorancias inexcusables. Además de un buen plan de concientización.
Una vez ingerido el alcohol pasa a la circulación sanguínea. Su absorción se realiza sobre todo a nivel del intestino delgado y es mayor cuando la persona está en ayunas. Hasta un 10% del alcohol presente en la sangre se elimina por la orina, el sudor y la evaporación a través de los alvéolos pulmonares. Esto último permite realizar mediciones en el aire espirado (alcoholímetros de espiración). El 90% restante se metaboliza en el hígado a razón de 10 gramos por hora.
El método más preciso para determinar la alcoholemia se basa en un análisis de sangre, pero en la práctica han surgido test basados en el aire espirado y en eso consisten la mayoría de los controles que se realizan y que son muy útiles.
El control de alcoholemia o test de alcoholemia mide la concentración de alcohol en sangre. Se obtiene por medio de una relación entre el alcohol en gramos y el volumen en litros. Por ejemplo, un nivel de 0,2 de alcohol en sangre significa 0,02 g de alcohol por cada 100 ml de sangre.
Al medirse por el alcohol detectado en el aire espirado, la unidad utilizada es la de “miligramos por litro de aire”, que en la práctica usual se convierte de manera convencional en “gramos por litro de sangre”, multiplicando por el coeficiente 2. Sin embargo este test es menos preciso ya que la toma de medicamentos por inhalador o el uso de algunos enjuagues bucales con etanol pueden dar lugar a mediciones muy superiores a las reales.
Los test de alcoholemia están estandarizados y si bien los valores pueden cambiar por diferentes motivos inclusive de absorción individual, se considera que a partir de 0,5 g/l los trastornos del comportamiento son evidentes, con 2,0 se produce un sueño profundo (coma etílico) y con 3,0 o más, la muerte por intoxicación etílica aguda.
Por ello es que la mayoría de los países adoptan el valor de 0.5 como puntos de referencia. Ya hay países que exigen el nivel de cero alcohol en las pruebas. Esto se debe a que hay estudios que revelan que en el 87,5 % de los casos positivos los registros de alcoholemia son inferiores a 0,5 mlgr. Es decir, que el consumo de alcohol se encuentra asociado a la producción de accidentes automovilísticos aún cuando los valores de la sustancia en sangre se encuentran muy por debajo de los valores aceptados por la normativa vigente.
A la luz de estos resultados, se corrobora la necesidad de continuar con un sistema de registro sistemático de las alcoholemias y definir los estándares mínimos que permitan análisis comparativos poniendo énfasis en la eficacia de las políticas locales y nacionales que permitan luchar contra este problema.
Cómo se traduce lo que uno toma con los niveles de alcoholemia
Las diferentes bebidas se diferencian por su graduación alcohólica, no por el tipo de alcohol, que es siempre el mismo; según el tipo de elaboración se distingue entre:
Bebidas fermentadas: su graduación está entre los 5 y los 15 grados (ejemplo: cerveza)
Bebidas destiladas: su graduación suele oscilar entre los 15 y los 45 grados (ejemplo whisky).
Las bebidas alcohólicas contienen porcentajes variables de alcohol en peso, según indica su etiqueta: las cervezas, del 4% al 10%; los vinos, del 10% al 18%; los aperitivos y licores suaves, del 20% al 25%; el fernet 45% y los licores fuertes del 35% al 45% (es decir, 100 ml de whisky contienen aproximadamente 40 gramos de etanol).
Cuando la cantidad de alcohol en la sangre alcanza entre el 0.02 y el 0.03%, uno comienza a sentir una "estimulación" relajante.
El alcohol ingresa al torrente sanguíneo rápidamente. La cantidad y tipo de alimento en su estómago pueden cambiar la rapidez con la que esto ocurre. Por ejemplo, los alimentos ricos en carbohidratos y en grasas pueden hacer que su cuerpo absorba el alcohol más lentamente.
Ciertos tipos de bebidas alcohólicas ingresan al torrente sanguíneo más rápidamente. Una bebida alcohólica carbonatada (gaseosa), como la champaña, se absorberá más rápidamente que una bebida no carbonatada.
El alcohol disminuye la frecuencia respiratoria, la frecuencia cardíaca y el buen funcionamiento del cerebro. Estos efectos pueden aparecer al cabo de 10 minutos y pueden alcanzar su punto máximo en alrededor de 40 a 60 minutos. El alcohol permanece en el torrente sanguíneo hasta que el hígado lo descompone. La cantidad de alcohol en su sangre se denomina "nivel de alcoholemia". Si usted bebe alcohol más rápido de lo que el hígado puede descomponerlo, este nivel se elevará.
Cómo se traduce lo que uno toma en los test
En un hombre de aproximadamente 70 Kg. de peso: el análisis revela 0.5g/l de sangre con 2 latas de cerveza de 330 CC, o 2 vasos y medio de vino, o 2 vasos de whisky. Como ven el margen es muy estrecho.
Todos tenemos que extremar la preocupación y los cuidados con los jóvenes, el alcohol y el tránsito. Es una deuda pendiente que tenemos con nuestra sociedad. Los daños por enfermedad y muerte que esta entidad produce hoy son inconmensurables.
Autor: Eduardo Tassano (*)
(*)Master en Gerenciamiento en Servicios y Sistemas de Salud
Especial para época
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