OPINIONES – Dr. Eduardo Tassano

viernes, 18 de marzo de 2016

Alcohol y Jóvenes





 En la sociedad moderna, en el mundo,  creció enormemente el consumo de alcohol en jóvenes, de tal manera que hoy constituye un problema serio no totalmente asumido.

   Cuando se analizan las causas de morbimortalidad en jóvenes se desprenden claramente dos hechos. Los accidentes de tránsito y el consumo de drogas. Cuando hablamos de drogas siempre pensamos en las llamadas drogas ilícitas, o de venta ilegal como la marihuana, la cocaína o la heroína.
Sin embargo las dos drogas que más daño lehacen a los jóvenes son dos drogas de venta legal como el tabaco y el alcohol.

El alcohol es por un gran margen la droga psicotrópica más utilizada en el mundo. Cuatro de cinco hombres y mujeres mayores de doce años de edad lo han probado, lo que constituye 2,5 veces la cantidad que ha experimentado con marihuana.

El alcohol contribuye con  dos de cinco muertes en accidentes de tránsito. Proporciones similares de ahogamientos, caídas fatales, muertes relacionadas con incendios y muertes industriales también se pueden relacionar con el abuso de alcohol. El costo financiero para la sociedad por abuso de alcohol es grandísimo. Difícil de calcular pero tener en cuenta que incluye  tratamiento médico, terapia de rehabilitación, pérdida de ganancias, accidentes automovilísticos etc.

   Muchas veces los adolescentes se comparan con los padres y dicen “si tú tomas cerveza porque yo no puedo”. Además, dicen“no es como inyectarse heroína o aspirar marihuana”.

   La contradicción y lo difícil está en que el alcohol no es una droga prohibida. Por lo que es difícil  contestar a los jóvenes.  Lo que se debe convenir con los jóvenes es que pueden tomar desde los 21 años cuando son responsables. Además esa es la edad de prohibición del  alcohol. Y además decir “las drogas ilícitas no podrás ingerir nunca”.

   En los jóvenes el consumo de alcohol excesivo hasta intoxicarse está asociado principalmente a los accidentes de tránsito. En la Argentina más de la mitad de los accidentes de tránsito cursan con niveles de alcoholemia alta. Además se detectan niveles de alcohol en  casi la mitad de las agresiones sexuales que involucran adolescentes y estudiantes universitarios, incluyendo violaciones en las salidas. Un atemorizante y alto porcentaje de adolescentes, uno de cada seis, admiten haber experimentado desmayos provocados por el alcohol y no pueden recordar los eventos de la noche anterior.

Los adolescentes sexualmente activos que beben demasiado también están menos propensos a protegerse contra embarazos y enfermedades de transmisión sexual, por la sencilla razón de que están demasiado atontados para tomar las precauciones necesarias antes de tener contacto sexual. El hecho de que beber en exceso debilita el sistema inmunológico se suma al riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual.
El 80% de los adolescentes dicen que sus padres son la mayor influencia en su decisión de beber. De ahí  que los padres son la fuerza más poderosa para proteger a los hijos del abuso de alcohol. Hay que hablar con ellos, saber que hacen donde están, con quien. Esto es lo más fuerte contra las tendencias actuales de comportamiento que dominan todo.

   No nos olvidemos de los niños. Los niños comienzan a pensar positivamente sobre el alcohol alrededor de 9-13 años de edad, por lo que se recomienda empezar a hablar con ellos  sobre el alcohol alrededor de 9 años de edad.

   Hay datos que fehacientemente demuestran que cuanto antes empiezan a beber alcohol los niños o jóvenes más probabilidades de ser alcohólico existen. Los que empiezan a  los 15 años tienen 6 veces más posibilidades de tener dependencia al alcohol que si empiezan luego de los 21 años.  

   Sin dudas que las nuevas costumbres no ayudan para nada. El hecho de que “si no se toma no hay diversión “es un hecho tan arraigado en los jóvenes que a veces parece una utopía discutir lo contrario.  Además beber sin dudas es una moda. La instalación de “la previa” que es la reunión en casas particulares de los grupos que empiezan a consumir antes de ir a bailar a los “boliches”. Eso provoca que los jóvenes lleven muchas horas de consumo, y que prácticamente salgan a la calle alcoholizados. El tercer hecho es la incorporación de las mujeres a los grupos de consumo. Las imágenes actuales de niñas o jóvenes alcoholizadas no era en hecho común años atrás.

   Es sabido que las mujeres tienen menos resistencia al alcohol y son más proclives a embriagarse  con pocas cantidades de alcohol.

    Además del rol preponderante de los padres, se pueden analizar acciones a nivel sociedad que se pueden tener en cuenta.

Es preciso tener  programas de educación, que enfaticen sobre los efectos positivos del no consumo. Esto sería mejor que hablar sobre los efectos negativos del consumo. Lo otro es desmitificar sobre algunas creencias erróneas del alcohol. Creencias como “aumento de la potencia sexual, modo de combatir el frío, o como utilidad terapéutica”, transmitidas de generación en generación.  
           
Desarrollar programas de preadolescencia para concientizar especialmente e aeste grupo etareo. Es preciso retrasar la edad del inicio del consumo.

A nivel de la industria considerar hacer  más baratas las bebidas no alcohólicas, ya que actualmente es más barato consumir una bebida alcohólica que un refresco, así como potenciar bebidas exóticas con menor o nulo contenido alcohólico pero "que entren por los ojos" a los jóvenes.

Por último, estimular el debate entre las diversas fuerzas políticas para la creación de diversos programas juveniles de control y prevención de las adicciones.

   Sin dudas lo primero es asumir el problema en toda su magnitud. Evitar las soluciones mágicas o rápidas. El rol de los padres y la familia es fundamental tanto en los conceptos que se enseñan como en los ejemplos que se dan. Y sin dudas el estado debe realizar decididas acciones par a combatir este flagelo que tanto daño hace a nuestra juventud y a nuestra sociedad.


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