OPINIONES – Dr. Eduardo Tassano

sábado, 20 de septiembre de 2014

Tuberculosis: historia y presente



Cuando se pensó que su erradicación era posible, nuevos casos y nuevas cepas han aparecido al punto de ser considerada una pandemia mundial

DESTACADO:
La Organización Mundial de la Salud se planteó como objetivo para el siglo XXI la erradicación de la tuberculosis.


Una rica, variada y trágica historia tiene la tuberculosis (TB). Hace unos años se pensó en la erradicación total de la enfermedad ya  que estaban dadas todas las características para lograr esto,  pero nuevos actores han aparecido  imposibilitando cumplir con dicho objetivo por el momento.

Es una enfermedad famosa desde la antigüedad y que recibió diferentes nombres según las diferentes naciones y culturas (ejemplo Tisis  en la antigua Grecia). Hay datos en Europa, en Asia menor, los países orientales, los países del nuevo mundo, entre otros. 

Era una enfermedad grave que adoptaba diferentes formas de agresión al organismo. Por ello existían diferentes teorías donde predominaba el pensamiento mágico, inclusive se creía que era una enfermedad hereditaria.

En la edad media hubo epidemias. Acercándose a la edad moderna se la asocio mucho con la pobreza. La era industrial y el traslado del campesinado a zonas de la ciudad, mas  el hacinamiento y la miseria sumada a largas jornadas de trabajo aumentaron muchísimo la incidencia y el temor por esta enfermedad.
Desde la edad media en adelante esta enfermedad  ha sido objeto de diversas obras importantes tanto en la  literatura, la pintura, el teatro,  la música. Hay cuadros famosos como   “La primavera” de Botticelli que  destaca las características físicas de una hermosa mujer con aspecto pálido y febril que da origen al modelo de mujer bella del romanticismo.  

 Entre las operas famosas tenemos que los personajes principales de La Boheme y la Traviata  padecen tuberculosis. Para completar personajes famosos de la historia de diversas actividades como Chejov, Kafka, Chopin, Moliere  entre muchos otros fallecieron por tuberculosis.

En los dos últimos siglos estuvo presente en la Sociedad como un mal mayor difícil de combatir. Nuestros abuelos tienen un temor reverencial a esta enfermedad, y todos recuerdan algún familiar o amigo que padeció la enfermedad.

Con respecto a los aspectos científicos e históricos de la enfermedad los hechos trascendentales han sido a fines del siglo 19 y mediados del siglo 20. Hubo innumerables avances  histórico científicos, notables en muchos casos, solo citaremos los más trascendentes. 


Los experimentos de Villemin confirmando la contagiosidad de la enfermedad (tras inocular por vía subcutánea material purulento a conejos) obligan a la comunidad médica a plantearse el hecho de que la tuberculosis es una infección específica y que su agente causante es transmisible, lo que abre la posibilidad de encontrarlo.  

En 1882 un médico prusiano, Robert Koch, emplea un novedoso método de tinción y lo aplica a muestras de secreción o flema que se produce en los pulmones (esputo) procedentes de pacientes con tuberculosis, revelándose por primera vez el agente causante de la enfermedad: el Mycobacterium tuberculosis, o bacilo de Koch, en su honor.

Este proceso lo repite con otros microorganismos lo que lo lleva a enunciar los postulados que también llevan su nombre, sobre enfermedades transmisibles:
•El agente debe estar presente en cada caso de la enfermedad en las condiciones apropiadas y ausente en las personas sanas.
El agente no debe aparecer en otra enfermedad de manera fortuita, luego debe ser aislado del cuerpo en un cultivo puro a partir de las lesiones de la enfermedad.
•Siguiendo el proceso el agente debe provocar la enfermedad en un animal susceptible a ser inoculado, y por último 
El agente debe ser aislado de nuevo de las lesiones producidas en los animales de experimentación.

En 1944, en plena Guerra Mundial,  Schatz y  Waksman descubren la estreptomicina a partir de un pequeño hongo capaz de inhibir el crecimiento del Mycobacterium,  denominado Streptomyces griseus. 
La estreptomicina , con una eficacia limitada pero superior a los tratamientos dietéticos e higiénicos  empleados hasta ese momento marca un hito que se considera el comienzo de la era moderna de la tuberculosis, aunque la verdadera revolución se produce algunos años después, en 1952, con el desarrollo de la isoniacida (hidracina del ácido isonicotínico), el primero de los antibióticos específicos que conseguirán convertir a la TB en una enfermedad curable en la mayoría de los casos. 

La aparición de la rifampicina en la década de los sesenta  acortó notablemente los tiempos de curación, lo que hizo disminuir el número de casos nuevos de manera importante hasta la década de los ochenta.

 En ese momento se pensó que la erradicación era posible. Pero dos actores nuevos aparecen:
1) En 1981 hace su aparición otra enfermedad: el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, cuya principal característica es debilitar el sistema inmunitario de los sujetos infectados por el virus VIH. Pronto alcanza la categoría de pandemia, lo que resulta un terreno abonado para el rebrote de enfermedades que se creían en retroceso como la tuberculosis. Este hecho, una intensificación de las migraciones masivas Sur-Norte y unas condiciones mantenidas (e incluso agravadas) de pobreza en muchos países subdesarrollados (principalmente en Asia y África) fueron abonando el terreno para que en 1993 la Organización Mundial de la Salud declara a la tuberculosis "urgencia mundial".

2) Por otra parte el tratamiento actual para la tuberculosis consiste en una combinación de varios antibióticos específicos (isoniacida, rifampicina, pirazinamida, etambutol) durante un período que en la mayoría de los casos supera los seis meses. Esto ha determinado (por motivos culturales, sociales, económicos) que la adherencia y el cumplimiento del tratamiento haya sido incompleto o parcial en muchos casos provocando la aparición de numerosas cepas de Mycobacterium resistentes a los antibióticos.

En 1985 la OMS comienza una campaña masiva de vacunación para inmunizar a cada niño en el mundo contra tos ferina, tétanos, poliomielitis, tuberculosis, sarampión y difteria.

Tras la erradicación de la viruela y prácticamente la de la poliomielitis en el siglo XX, la Organización Mundial de la Salud se ha planteado como objetivo para el siglo XXI la erradicación de la tuberculosis, al ser una enfermedad que cuenta con las características necesarias para ello: existe un tratamiento de razonable eficacia y una vacuna barata capaz de cortar la cadena de transmisión. 

Sin embargo  los dos factores antedichos (el  Sida y la Multirresistencia) han impedido este objetivo. Incluso actualmente se considera  una pandemia mundial  y  para peor la aparición de 2 cepas muy resistentes a todos los fármacos empleados hasta el momento agravan la situación notablemente.  En 2007 se contabilizan unos nueve millones de casos de tuberculosis en el mundo y la OMS estima que el 2% de ellos (unos 180.000) presentan estas nuevas  cepas.

En octubre de 2007 un equipo de científicos sudafricanos secuencia por primera vez el genoma de la cepa resistente, como primer paso para la elaboración de nuevos tratamientos específicos y eficaces. Una nueva esperanza para el control de esta enfermedad comienza, el tiempo dirá.


Dr. Eduardo Tassano
Máster en gerenciamiento en
servicios y sistemas de salud
Especial para época

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