OPINIONES – Dr. Eduardo Tassano

miércoles, 20 de enero de 2016

El agua potable: nueva tecnología.







El agua es esencial para la vida y constituye un elemento de vital importancia para la salud pública mundial. La cantidad de agua dulce existente en la tierra es limitada, y su calidad está sometida a una presión constante. La conservación de la calidad del agua dulce es importante para el suministro de agua de bebida, la producción de alimentos y el uso recreativo. La calidad del agua puede verse comprometida por la presencia de agentes infecciosos, productos químicos tóxicos o radiaciones entre otros.

El manejo del agua potable se incluye dentro de  lo que es la salubridad ambiental. La salubridad ambiental comprende  el manejo sanitario del agua potable, las aguas residuales, los residuos orgánicos tales como las excretas y residuos alimenticios, los residuos sólidos y el comportamiento higiénico que reduce los riesgos para la salud y previene la contaminación. La salubridad ambiental busca la mejor calidad de vida de las personas.

    El concepto de saneamiento tiene que ver con el tratamiento diferenciado de las excretas y residuos que deben tener un tratamiento diferenciados del agua que se consume.

  Desde la OMS (Organización Mundial de la Salud) sostienen que el agua y el saneamiento son uno de los principales motores de la salud pública. El objetivo es garantizar el acceso al agua salubre y a instalaciones sanitarias adecuadas para todos, independientemente de la diferencia de sus condiciones de vida. Esto tiene una consecuencia inmediata que es la batalla  contra todo tipo de enfermedades.

   En el último decenio los esfuerzos se dirigieron a que la provisión del agua y el saneamiento se instalen en la agenda definitiva de los gobiernos y que se asista en los países más pobres a las personas con mayor vulnerabilidad.   

    Algunos avances ha habido desde los años 90. La población mundial de 5.2 billones paso a 7.3 billones. En los 90 la población rural en el mundo era del 57%, actualmente el 54% es urbana y, de una cobertura de agua potable del 76% en los 90 se pasó al 91% actual. El numero en valores relativos  y absolutos muestra una enorme mejoría. 

      Por otra parte entre el año 1990 y el 2015, 2100 millones de personas han tenido acceso a una letrina, inodoro u otras formas mejoradas de saneamiento, con lo que ya hay un 68% de la población que tiene acceso a algún tipo de saneamiento. Sin embargo no se ha llegado al objetivo del milenio de saneamiento. Falta mucho por hacer.

A pesar de todos los esfuerzos  hay todavía más de 700 millones de personas que beben agua de fuentes no mejoradas en 2015. Las zonas urbanas y las zonas rurales presentan diferentes problemas en cuanto a la provisión de agua potable. La urbanización desorganizada de las ciudades constituye un creciente y significativo problema para el logro de los objetivos.

   Lo ideal es  que los  servicios de abastecimiento de agua y saneamiento para cada persona  sean continuos y suficientes para el uso personal y doméstico. Estos usos incluyen normalmente agua de boca, saneamiento personal, lavado de ropa, preparación de alimentos, higiene personal y limpieza del hogar. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), son necesarios entre 50 y 100 litros de agua por persona al día para garantizar que se cubren las necesidades básicas y que no surjan grandes amenazas para la salud.
Además de las organizaciones existen personas que en forma individual o privada tratan de aportar soluciones a los principales problemas del mundo. 

Y la tecnología puede contribuir a dar algunas soluciones.Existe un diseñador industrial chileno que se llama Alfredo Zolezzi que ha inventado un sistema de purificación de agua que va a revolucionar este tema y que podría asegurar el agua potable a las 780 millones de Personas que reciben agua contaminada y los 2500 millones que no tienen servicios sanitarios adecuados.

   Zolezzi había estado trabajando en experimentos en el campo de la minería y, el petróleo. Estaba trabajando una máquina que transformaba el petróleo solido en líquido, y era para reactivar pozos petroleros que se habían cerrado. El invento tenía muchas dificultades. Y en el 2010 decidió probar esa máquina para la purificación de agua, es decir transformar el agua contaminada en agua potable.

   Luego realizo un convenio de cooperación entre su laboratorio de Viña del Mar y la NASA. Se construyó un aparato muy sencillo que primero transforma el agua contaminada en plasma y esta en agua purificada. La calidad del agua fue certificada por las autoridades chilenas. Y luego fue probado en un populoso barrio muy pobre sin agua potable. Si bien falta tiempo para el desarrollo definitivo,  el aparato era capaz de proveer 50 litros por día por familias. 

El método fue validado por la NSF de Estados Unidos (National Sanitation Foundation), certificando que el agua era libre de  bacterias y potable. Es decir esa máquina transformaba el agua contaminada en potable.
   Como esto tiene sus costos además se modelo un sistema de innovación social por el que la maquina se vende y es financiada por empresas con fines de lucro que utilizan el agua (los fabricantes de bebidas gaseosas) y a su vez se ofrece gratuitamente a las comunidades y países pobres que la necesitan. Es decir que esto también es un modelo de innovación en los modelos de negocios. Con un evidente sentido social.

En el 2014 el equipo fue probado en varios países como Ghana, Kenia, Brasil, India, Bolivia, Paraguay, Chile y Haití con la idea de probar diferentes climas y poblaciones. Actualmente hay dos empresas que lo van a producir masivamente y se calcula que para el 2016 el purificador estará en el mercado.

   Sin dudas es alentador pensar que dispondremos de esta nueva arma para cumplir con el objetivo de que todos los seres humanos de este mundo cuenten con agua potable.

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